BURUNDI | Tras las elecciones presidenciales, las emisoras siguen cerradas y los periodistas huidos

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| Tras las elecciones presidenciales, las emisoras siguen cerradas y los periodistas huidos
29.07.2015 21:32

Las emisoras de radio privadas de Burundi siguen en silencio a pesar de que el presidente Pierre Nkurunziza consiguió forzar al país a celebrar unas elecciones que le han dado un tercer mandato. Reporteros Sin Fronteras pide la reapertura rápida e incondicional de los medios de comunicación, así como garantías para el retorno seguro de todos los periodistas que huyeron al extranjero.

Las elecciones se llevaron a cabo en medio de un apagón informativo impuesto por Nkurunziza. Los que votaron – entre el 40 y el 80 por ciento del electorado, según los medios estatales, y muchos menos según los observadores – lo hicieron en medio de una cobertura de noticias sesgada y parcial debido a que los a medios de difusión privados no se les permitió reanudar sus operaciones.

Sin avances en la investigación judicial

Las cuatro principales emisoras de radio privadas – Isanganiro FM, RPA, Bonesha FM y Radio-Télé Renaissance – siguen cerradas por motivos oficiales, ya que son objeto de una investigación sobre los ataques que sufrieron durante un fallido golpe de estado el 14 de mayo.

Oficialmente, el objetivo de estos cierres es proteger las pruebas de la investigación iniciada por el Ministerio Público el día después de los ataques. Pero, a pesar de que lleva en marcha desde hace más de dos meses, la investigación no ha avanzado y ni se han presentado resultados.

«Hacemos un llamamiento a las autoridades judiciales para que aceleren la investigación, si es que ha comenzado, y para que emitan sus conclusiones lo antes sea posible», dijo Cléa Kahn-Sriber, responsable de Reporteros Sin Fronteras para África. «La prioridad del gobierno debe ser la reapertura de la prensa privada, que es esencial para un ambiente político pluralista y democrático».

Medios bajo presión

Según los observadores internacionales, las elecciones no cumplieron con los requisitos de transparencia de un proceso democrático legítimo. Naciones Unidas dijo que no eran «libres, creíbles e inclusivas». El secretario de Estado norteamericano, John Kerry, las calificó como «profundamente defectuosas», y la Unión Europea retiró en abril su apoyo a las elecciones.

Los medios de comunicación que intentaron, a pesar de todos los problemas, cubrir las elecciones, fueron sometidos a presiones. El portavoz presidencial, Willy Nyamitwe, calificó de «tendencioso» una información de la cadena de televisión francesa France 24 titulada «Baja participación, violencia y críticas: las elecciones presidenciales de Burundi no engañan a nadie».

France 24 cambió el titular en respuesta a las críticas, aunque no el contenido de la noticia. Una decisión que la cadena explica por «la tensión que podría indicar que la seguridad de nuestros reporteros destacados se veía comprometida». Uno de los enviados especiales de France 24 tuvo que salir del país a toda prisa a principios de junio después de que su acreditación fuera retirado repentinamente.

Si semejantes métodos se utilizan con medios de comunicación internacionales, cabe imaginar los utilizados con los medios de Burundi que todavía están tratando de trabajar. Siguen siendo objeto de constante presión que los obliga a autocensurarse y tratan de operar con la máxima discreción.

Algunos, como el diario de propiedad privada Iwacu, continúan reuniendo información y publicando en Internet con mucha prudencia. Otros nos han pedido que no hablemos de sus actividades online con el fin de no llamar la atención. Se están concentrando en informar a la diáspora o en la recopilación de pruebas y testimonios sobre lo que ocurrió en las semanas anteriores a las elecciones, incluyendo los muchos casos de violencia policial.

El ministerio público permitió hace unos días que reabriera Humuriza FM, una estación de radio comunitaria con sede en la ciudad oriental de Gitega que lleva cerrada desde mayo a pesar de que no había sido blanco de la violencia. No hay información publicada por parte de la investigación judicial.

La emisora no ha reanudado la radiodifusión, no obstante, debido a que las autoridades locales de Gitega se niegan a darles permiso. Solía operar gracias a una alianza con el periódico Iwacu, que cubrió sin interrupciones los acontecimientos que condujeron a las elecciones. Las autoridades están prohibiendo arbitrariamente que continúe esta asociación.

Al estudio que utiliza de forma conjunta la Asociación de emisoras de radio de Burundi obtuvo el permiso del ministerio público para reanudar sus emisiones en junio, pero los empleados de todas las emisoras de radio privadas – excepto Radio Rema, que apoya al gobierno – tienen prohibido utilizarlo.

Los recursos de los medios de Burundi se debilitan día a día. Las decenas de periodistas que han huido al extranjero viven en condiciones de extrema precariedad. Aquellos que se han quedado ya no tienen ningún ingreso. Y las emisoras de radio cerradas corren el riesgo de tener que cerrar para siempre, sobre todo, porque la ayuda internacional ha sido suspendida desde su cierre.

Garantías insuficientes para un regreso seguro

Periodistas de Burundi que viven en el exilio lanzaron recientemente una emisora de radio en Internet llamada Inzamba, que emite dos horas de noticias sobre el país cada noche. Pero sus periodistas dicen que han sido el blanco de ataques cibernéticos y que ha sido creado un sitio similar utilizando su logotipo con el propósito de desinformar.

Aunque Inzamba puede ser buena para la cobertura de noticias de Burundi, preocupa a los periodistas que siguen en país y que temen que podrían ser acusados ​​de alimentar la información.

Los periodistas huidos no tienen planes inmediatos de volver porque piensan que su seguridad no estaría asegurada.

«Un policía me vio tomar una foto mientras estaba golpeando a un manifestante durante los disturbios en mayo. Me estaba mirando a mí, así que huí. Unos días más tarde, mi hermano pequeño fue atacado por hombres armados con machetes que me estaban buscando a mí. Todavía está hospitalizado con lesiones graves en la cabeza. No puedo volver ahora», ha explicado uno de ellos.