Tras el asesinato del periodista independiente hondureño Luis Almendares, RSF hace un llamado a las autoridades para que identifiquen lo antes posible a quienes ordenaron el ataque, así como a replantearse los mecanismos de protección a la prensa en un país donde el periodismo independiente es cada vez más vulnerable.
Luis Almendares era un periodista independiente que denunciaba con vehemencia la corrupción de los cargos electos locales y la violencia de la policía hondureña. Dos hombres armados no identificados lo asesinaron a tiros en la noche del domingo 27 de septiembre de 2020 en Comayagua, municipio del estado homónimo, cerca de la capital, Tegucigalpa. Los dos encapuchados, que viajaban en motocicletas, atacaron al periodista mientras caminaba hacia el supermercado. A pesar de había grabado una petición de ayuda y la había difundido en las redes sociales, y de que fue trasladado al hospital, murió el lunes 28 de septiembre.
Después de colaborar con medios nacionales como Radio Globo, Patrulleros Choluteca y Unetv, Luis Almendares había creado su propia página de información en Facebook, llamada Periodista504, que era seguida por más de 25.000 personas. En esta página en particular fue donde publicó información local sobre la vida del municipio de Comayagua, sobre la corrupción de los funcionarios electos locales y sobre la violencia de la policía hondureña. Tres días antes de que lo asesinaran, había difundido un video en el que se puede ver a un vehículo policial abriendo fuego en plena noche contra la fachada de un edificio, para después huir.
A raíz de sus publicaciones, lo amenazaron e intimidaron en varias ocasiones, sobre todo en abril de 2018, en marzo de 2019 y, más recientemente, en junio de 2020, según informa la organización local C-Libre. Recientemente, y después de que publicase información comprometedora sobre el funcionamiento de la Cámara de Comercio de Comaguaya, varios miembros de dicha entidad lo habían presionado para que revelara sus fuentes. Sin embargo, el Mecanismo Nacional de Protección a los Periodistas, contactado por RSF, niega haber recibido ninguna denuncia específica o solicitud de protección por parte del periodista.
“Las autoridades hondureñas deben identificar lo antes posible a los responsables materiales e intelectuales de esta cobarde ejecución y dar preferencia a la hipótesis profesional”, señala el director de la oficina de RSF en América Latina, Emmanuel Colombié. “Hay que poner fin a esta espiral de violencia en la que sigue hundiéndose la prensa hondureña. ¿Cuántos asesinatos de periodistas harán falta para que las autoridades reaccionen, para que fortalezcan sus mecanismos de protección y para que pongan en marcha un plan duradero de lucha contra la impunidad de estos crímenes?».
La violencia contra la prensa hondureña es endémica. Según la organización C-Libre, Luis Almendares es el 85° periodista, empleado o dueño de un medio asesinado en Honduras desde 2001, y el tercero desde principios de 2020, después de que Germán Gerardo Vallecillo y Jorge Posas, que trabajaban para el canal de televisión 45TV. En 2019, al menos otros dos periodistas –Edgar Joel Aguilar y Gabriel Hernández-, fueron también asesinados en relación con sus actividades profesionales. Está claro que en ninguno de estos casos ha habido avances significativos en las investigaciones. En Honduras, según la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CONADEH), la tasa de impunidad por los asesinatos de periodistas supera el 91%.
La impunidad fomenta también otros tipos de agresiones. El domingo 27 de septiembre de 2020, en la ciudad de La Ceiba, el reportero de 45TV y corresponsal del canal Canal 6 Wilmer Montoya, y el periodista del canal Litoral Atlántico Fernando Lanza, fueron golpeados por miembros de la policía local cuando acudieron a la comisaría para pedir información sobre unos hechos. La policía también destruyó su material periodístico para después justificar la violencia alegando que los periodistas no habían respetado las medidas de salud impuestas por la pandemia de Covid19.
Desde principios de año, el presentador del canal de televisión HCH (Hable Como Habla), Santiago López, también ha sido víctima de campañas de intimidación y ha recibido amenazas de muerte por parte de miembros de la policía de la ciudad de Copán.
Honduras ocupa el puesto 148 de 180 países en la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa 2020 de RSF.