Reporteros Sin Fronteras no entiende la decisión de la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) de pedir a los países que dan asilo a los refugiados ruandeses que les retiren dicho estatus a mediados del año que viene, alegando que la vida política en Ruanda está volviendo a la normalidad.
En diciembre de este año tendrá lugar una reunión entre varios países que dan asilo político a refugiados y otros actores relevantes de la escena internacional. En la agenda, los refugiados ruandeses y qué hacer con ellos. Según un portavoz de ACNUR, Fatoumata Lejeune-Kaba, la agencia prevé recomendar que los refugiados ruandeses dejen de tener ese estátus para junio de 2012.
«¿De qué normalidad habla ACNUR?» se pregunta Reporteros Sin Fronteras. «El Predidente, Paul Kagame fue reelecto con el 93% de los votos en 2010, en unas elecciones donde sus principales opositores no pudieron presentarse: uno está en la cárcel y el otro en el exilio tras escapar de un intento de asesinato. Las autoridades ruandesas no toleran la crítica. La prensa independiente se ve constantemente acosada.
Incluso estancando en el exilio, algunos refugiados corren peligro. Hace un año tres periodistas ruenadeses fueron víctimas de un intento de asesinato en la capital de Uganda, Kampala. Decenas de ciudadanos, incluidos algunos periodistas, estarían en peligro si ACNUR y los gobiernos les retiran su estatus de refugiados y les hacen regresar a Ruanda.
Un periodista ruandés refugiado en Europa recuerda que «los campos de refugiados siguen siendo los principales centros de reclutamiento de niños y jóvenes por grupos armados. Sería la mejor manera de combatir la reorganización de estos grupos armados peligrosos que operan en la República Democrática del Congo. Pero sería un gran error, una grave violación a los derechos humanos, hacer la vista gorda a la represión de la libertad de expresión en Ruanda y retirar el estatus de refugiado a los opositores al gobierno, periodistas y activistas de derechos humanos, que correrían el riesgo de ser encarcelados o asesinados».
Otro periodista de Ruanda, refugiado en el sur de África, afirma que muchos de los refugiados ruandeses viven en pésimas condiciones fuera del país, sobre todo en los países cercanos. «Si no regresan, será por algún motivo. Queremos volver a un país donde nuestros derechos y libertades están garantizados. Sin embargo, en Ruanda, sólo tienes que ser injustamente acusado de «negación del genocidio» o «revisionismo» para ir a la cárcel. No podemos regresar a un país donde reina la justicia arbitraria».
Reporteros Sin Fronteras recuerda que aún hay dos mujeres periodistas, Agnes Uwimana Nkusi y Mukakibibi Saidath, cumpliendo sendas condenas de 17 y siete años de cárcel, respectivamente, por cargos de incitación a la desobediencia civil, a la división y negación del genocidio de 1994 de los tutsis.
Cada año, Reporteros Sin Fronteras registra varios casos de periodistas ruandeses amenazados, acosados y obligados a huir del país. Desde el 2010 una decena de ellos han huido al extranjero. Reporteros Sin Fronteras ha aprobado 10 proyectos de asistencia para periodistas de Ruanda o de sus familias. El cese de la condición de refugiado podría poner en peligro la seguridad de muchos de los periodistas ruandeses que han sido ayudados por Reporteros Sin Fronteras.
En un informe publicado con motivo del Día Mundial del Refugiado, el 20 de junio, titulado «Obligado al exilio, pero no silencio» ESF incluía un perfil de Jean-Bosco Gasasira, editor ruandés de la web de noticias Umuvugizi.com, refugiado en Suecia.
Ruanda ocupa el puesto número 169 de los 178 países de la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa que publica todos los años Reporteros Sin Fronteras. Esta es el tercer país peor clasificado del ranking, sólo superado por Eritrea y Sudán.
