Reporteros Sin Fronteras (RSF) alerta sobre la aumento de los crímenes contra los periodistas de Guatemala tras el asesinato, el cuarto en lo que va de año, de Víctor Hugo Valdez Cardona, el 7 de julio, en Chiquimula.
La organización pide a las autoridades guatemaltecas que frenen esta espiral de violencia y garanticen una protección duradera al gremio periodístico.
El periodista Víctor Hugo Valdez Cardona fue asesinado a balazos el martes, 7 de junio, en las calles de Chiquimula por dos individuos que circulaban en motocicleta. Víctor era director de Chiquimula de Visión, un programa cultural de televisión que conducía desde hacía más de 27 años. También era médico. La policía local ha abierto una investigación. Según Gerson Rodas, presidente de la Asociación de Comunicadores Sociales de Chiquimula, Valdez Cardona nunca denunció haber recibido amenazas, pero este crimen podría ser una «intimidación hacia la prensa del departamento».
Este drama se suma a los tres asesinatos de periodistas de radio registrados desde el inicio del año en el país. El móvil de estos crímenes aún no se ha aclarado y no se ha identificado a los responsables:
El 17 de marzo de 2016 el periodista y director de la radio Estéreo Azúcar, Mario Roberto Salazar Barahona, de 32 años de edad, fue asesinado por sicarios en Asunción Mita, en el departamento de Jutiapa, en la frontera con El Salvador.
El 8 de abril de 2016, Winston Leonardo Túnchez Cano, locutor de Radio La Jefa, fue asesinado a tiros en una tienda de abarrotes del departamento de Escuintla.
El 30 de abril, el periodista Diego Salomón Esteban Gaspar, conductor de Radio Sembrador, fue asesinado por tres hombres armados en el municipio de Ixcán, al noreste del país. El director Radio Sembrador había denunciado en 2015 las persecuciones que sufría con frecuencia el medio de comunicación.
«¿Cuántos asesinatos de periodistas harán falta para que las autoridades de Guatemala se preocupen por su protección?», cuestiona Emmanuel Colombié, responsable del Despacho América Latina de RSF. «La justicia de Guatemala debe identificar y juzgar a los responsables de estos asesinatos y frenar esta oleada de violencia. La creación de un programa nacional de protección a periodistas, que se debate desde noviembre 2013, debe ser ratificada urgentemente. Los periodistas guatemaltecos no pueden trabajar más en este ambiente de miedo y autocensura, que hace callar a numerosos medios de comunicación”, agrega.
Desafortunadamente, la violencia armada no es la única forma de intimidación que padecen los profesionales de la información en el país. El 1 de mayo de 2016 la Fiscalía de Delitos Contra Periodistas anunció que desde enero de 2015 se han registrado en Guatemala 256 casos de amenazas, agresiones e intimidaciones.
Periodistas de la revista semanal Contrapoder fueron víctimas de insultos y amenazas a través de cuentas falsas de Twitter, tras un reportaje publicado el 22 de abril de 2016 en el que denunciaban las maniobras fraudulentas de Manuel Baldizón, excandidato a la presidencia de Guatemala. Asier Andrés, autor del texto, y Luis Font, director de Contrapoder, fueron amenazados directamente en las redes sociales. Grupo A, propietario del semanario, señaló que este tipo de ataques y de campañas de difamación contra periodistas se había vuelto una práctica común desde 2013. Se presentó una denuncia ante la Fiscalía de la Sección de Derechos Humanos de Guatemala y el Relator Especial para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
La misma CIDH publicó en marzo de 2016 un informe sobre la Situación de los Derechos Humanos en Guatemalaen la que señala la gran dificultad que enfrentan los periodistas para ejercer su oficio, en especial aquellos que investigan casos de corrupción y de violación de los derechos humanos. “Este contexto genera un ambiente de intimidación sobre la prensa con el consiguiente efecto inhibitorio y autocensura entre los comunicadores y la afectación del derecho a la información en distintas zonas del territorio”, se subraya en el documento.
Guatemala se encuentra en el lugar 121, entre 180 países, en la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensapublicada por RSF en abril de 2016.