La falta de pluralismo de los medios de comunicación en Guatemala se reafirma con el cierre intempestivo e injustificado de dos radios comunitarias en el departamento de Quiché, en el oeste del país.
Reporteros Sin Fronteras expresa su alarma por la represión que padecen los medios comunitarios guatemaltecos y se pregunta cuándo recibirán el mismo respeto que los medios de comunicación públicos y comerciales en Guatemala. La Policía Nacional Civil (PNC) cerró el 21 de junio las radios comunitarias Estéreo Luz y La voz de Sonora, en el departamento de Quiché, por orden del Ministerio Público y sin razón aparente. Los agentes que se presentaron en las instalaciones de las dos radios no mostraron ningún documento legal que validara la acción.
El primer allanamiento se efectuó en Ixcán, municipio del departamento de Quiché, donde los miembros de la PNC irrumpieron en las oficinas de la radio Estéreo Luz sin presentar ninguna orden de allanamiento. Juan Tzul, director de la emisorao, denunció la actitud violenta de los agentes de la policía, que apuntaron con sus armas a varias personas. Según la radio Voces del Iximulew, las autoridades decomisaron equipo con un valor de unos 30.000 quetzales (cerca de 3.800 dólares). La emisora La voz de Sonora, ubicada en el mismo departamento, sufrió una operación similar, en la que la policía detuvo a un hombre y confiscó equipo de transmisión valorado en unos 60.000 quetzales (cerca de 7.700 dólares).
“Reporteros Sin Fronteras exige el restablecimiento de las radios Estéreo Luz y La voz de Sonora”, señaló Camille Soulier, responsable del Despacho Américas de Reporteros sin Fronteras. “Estas emisoras deben obtener lo antes posible una concesión para que cuenten con frecuencias legales. Guatemala está marcada por una concentración mediática extrema, contraria al pluralismo”, agregó.
La legislación guatemalteca perjudica a los medios de comunicación comunitarios, en particular después de la reforma de la Ley General de Telecomunicaciones aprobada en 2011. Esta ley permite a las frecuencias de radio y televisión que ya poseen una concesión, ampliar los títulos de usufructo (obtener su renovación) de forma casi automática, y omite la regularización de la situación de los medios de comunicación comunitarios.
Reporteros Sin Fronteras pide a las autoridades guatemaltecas que traten este problema lo antes posible, a fin de crear un espacio mediático equitativo y plural, única garantía real de la libertad de información.
Sería conveniente que éstas siguieran el ejemplo de Argentina, que en 2012 aprobó la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, que otorga un tercio de las frecuencias a los medios de comunicación comunitarios. El gobierno uruguayo también emprendió el camino del pluralismo mediático: en mayo de 2014 presentó en el Senado un proyecto de Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, tras una serie de productivos debates con la sociedad civil.
Guatemala se encuentra en el lugar 125, entre 180 países, en la edición 2014 de la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa de Reporteros sin Fronteras.