BIRMANIA | Radio Free Asia, prohibida por usar la palabra ‘rohingya’

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Seis meses después de la detención de dos periodistas de la agencia Reuters que investigaban la crisis de los rohingyas, ‘Radio Free Asia’ (RFA) ha sido prohibida en Birmania por utilizar el término ‘rohingyas’ en antena. Reporteros Sin Fronteras condena esta nueva injerencia de las autoridades en el trabajo de los periodistas.

Fue la última transmisión de RFA en Birmania. La noche del lunes, 11 de junio, la cadena de televisión MRTV emitió el último programa producido por la emisora financiada por Estados Unidos Radio Free Asia. La red Voz Democrática de Birmania (VDB ), propietaria de la cadena, ha recibido la orden de las autoridades de no transmitir la programación de RFA si continuaba utilizando la palabra «rohingya» para referirse, precisamente, a los miembros de dicha comunidad.

«Radio Free Asia se niega a poner en peligro su código de ética periodística, que prohíbe el uso de lenguaje abusivo contra las minorías étnicas», explica Libby Liu, presidenta de RFA.

«Transmitimos nuestra solidaridad a los periodistas de la RFA que, sobre el terreno, han trabajado a diario para proporcionar a los birmanos información libre e imparcial», destaca Daniel Bastard, responsable de la oficina de Reporteros Sin Fronteras para Asia y el Pacífico.

«Querer imponer su ‘neolengua’ al prohibir un término en los medios es prerrogativa de los peores regímenes totalitarios, especialmente cuando este término es utilizado por el resto del mundo. Prohibir la palabra ‘rohingya’ es un intento intolerable de reescribir la historia y la realidad. Recordando las horas oscuras de la Junta, esta nueva violación de la libertad de prensa compromete aún más la transición democrática iniciada por el partido de Aung San Suu Kyi».

Mandato orwelliano

La primera prohibición de tipo orwelliano del término “rohingya” se produjo en junio de 2016, dos meses después de que accediera al poder el gobierno liderado por Aung San Suu Kyi, quien por mucho tiempo encarnó las esperanzas democráticas en Birmania. Las autoridades dijeron que la palabra “rohingya” debía ser reemplazada por la peregrina frase «gente que cree en el Islam en el Estado de Arakan oriental».

Desde entonces, los medios birmanos que quieren seguir publicando o emitiendo en el país deben cumplir con esta directiva. Aquellos que toman una posición crítica sobre la política gubernamental en Arakan, como el Myanmar Times, usan el término neutro «musulmanes». Otros medios, cercanos a las posiciones de las autoridades, usan el término discriminatorio «bengalíes», que implica que los rohingyas son solo inmigrantes del vecino Bangladesh, lo que niega su asentamiento multisecular en el norte de Arakan, y legitima, a largo plazo, la limpieza étnica a la que han estado sometidos desde finales de agosto de 2017.

Ya el 4 de septiembre de 2017, el servicio en birmano de la cadena BBC anunció el fin de sus programas en la cadena de televisión MNTV, precisamente porque su socio local estaba sometido a la presión de las autoridades para que no se usase el término “rohingya”.

La prohibición de pronunciar siquiera la palabra «rohingya» da una idea del alcance del tabú que esta cuestión representa para las autoridades birmanas. Hace seis meses, los periodistas de Reuters Wa Lone y Kyaw Soe Oo fueron arrestados y acusados de «revelar secretos de Estado» como resultado de una trampa tendida por las fuerzas de seguridad. Se estaban preparando para publicar una investigación sobre el asesinato de varios civiles rohingya en el pueblo de Inn Din.

Con un descenso de seis puestos en la presente edición, Birmania ocupa la posición 137, entre 180 países, en la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa publicada por RSF en 2018. Ver también el Informe Anual de la organización.