TWITTER | RSF pide que se regule la plataforma antes de que sea demasiado tarde

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En tan solo unas pocas semanas, Elon Musk ha demostrado al mundo entero que su gestión de Twitter es un desastre para el derecho a la información. Reporteros Sin Fronteras (RSF) afirma que la decisión de Twitter de vetar las cuentas de varios periodistas demuestra que la arbitrariedad con que se gestionan las principales plataformas online supone una grave amenaza para la democracia. 

Las cuentas de Twitter de diversos periodistas han sido suspendidas sin ninguna explicación por parte de la plataforma. Por su parte, el dueño de Twitter, Elon Musk, afirma que las medidas se llevaron a cabo porque estos periodistas estaban controlando sus movimientos en tiempo real. Sin embargo, en el caché de sus cuentas no aparece tal seguimiento de localización.

Lo que sí aparece en los perfiles de los periodistas vetados es su cobertura de la decisión de Musk de introducir una nueva política en la plataforma que prohíbe compartir datos de seguimiento de localización en tiempo real.

«Nos estamos hundiendo en una pesadilla kafkiana», afirma el secretario general de RSF, Christophe Deloire. «Exigimos la inmediata restauración de las cuentas de estos periodistas. Este comportamiento arbitrario de las plataformas ya ha durado demasiado. Debemos recuperar el control democrático antes de que sometan completamente las democracias a sus caprichos y sea demasiado tarde». 

Musk se ha burlado del proceso de suspensión de cuentas al hacer una encuesta entre sus seguidores de Twitter, pidiéndoles que le dijeran si estos vetos debían levantarse «ahora» o «en 7 días».

De acuerdo con el caché de sus cuentas de Twitter, los periodistas censurados no habían hecho más que compartir información sobre la nueva política de Musk y criticarla. El 15 de diciembre, el multimillonario suspendió la cuenta de @elonjet, que rastreaba los movimientos de su jet privado basándose únicamente en datos públicos. Para justificar esta acción, Twitter actualizó su política de «doxxing», es decir, la divulgación de información personal sin el consentimiento de la persona afectada.

La censura de periodistas y la creación de nuevas reglas para acomodar los caprichos del jefe no son las señas de identidad de un espacio de información online sano. Ya es hora de que los dueños de las grandes plataformas pongan los pies en la Tierra mediante la ley y que sus plataformas queden al servicio de la información y la democracia.

El tiempo se está agotando para las sociedades democráticas, las cuales deben organizarse para responder a lo que ya es una amenaza real. Existen iniciativas como la Alianza para la Información y la Democracia, impulsada por RSF y que actualmente cuenta con el respaldo de casi 50 Estados. Tan solo la coordinación internacional podrá ganar esta batalla. El Foro sobre Información y Democracia ya ha publicado cientos de recomendaciones sobre cómo se debe proceder.