En Afganistán, donde la represión a los periodistas independientes continúa desde el regreso al poder de los talibanes, las detenciones se han disparado en 2023. Muchos periodistas han tenido que abandonar su profesión o salir del país para refugiarse en Pakistán, donde su situación administrativa y financiera es extremadamente precaria.

En Birmania, las repercusiones del golpe de Estado de 2021 siguen sacudiendo el panorama mediático, mientras la junta militar prosigue sin tregua su guerra contra el derecho a la información. Los periodistas se ven obligados a refugiarse en Tailandia, donde siguen ejerciendo su profesión como buenamente pueden. Muchos de ellos carecen de permiso de residencia permanente en Tailandia y tienen que viajar con frecuencia para evitar ser detenidos. Algunos siguen cruzando habitual e ilegalmente la frontera con Birmania, a riesgo de ser arrestados, para seguir cubriendo la actualidad en su país. Las ayudas del Área de Asistencia les permiten cubrir sus gastos de alojamiento y desplazamiento.

En Sudán, en plena guerra por el poder entre dos generales, numerosos periodistas han sido víctimas de ataques por las partes en conflicto y se han visto obligados a abandonar el país. La asistencia proporcionada por RSF les ha permitido sufragar los gastos de transporte y los visados necesarios para ponerse a salvo.

En Irán, perdura la ola de represión desatada contra los periodistas que han cubierto las protestas que sucedieron a la muerte de Mahsa Amini, tanto dentro del país como en el extranjero. El Área de Asistencia RSF ha concedido ayudas de emergencia a 23 de ellos para que puedan buscar refugio.

Ayudar a los periodistas a proseguir su trabajo informativo

En Rusia, la represión judicial también ha empujado a muchos periodistas a huir a Europa para seguir adelante con su trabajo, especialmente en la lucha contra la propaganda. Las ayudas de RSF les permiten sufragar los gastos administrativos y jurídicos asociados a la obtención y renovación de sus permisos de residencia.

En Palestina, la situación es catastrófica para los periodistas atrapados en Gaza y amenazados cada día por los bombardeos del ejército israelí. En colaboración con Arab Reporters for Investigative Journalism (ARIJ), el Área de Asistencia de RSF ha hecho llegar ayudas a 27 periodistas gazatíes, con las que han podido adquirir equipos profesionales: teléfonos, e-sims, ordenadores o baterías solares que les permiten seguir informando al resto del mundo.