Periodismo asediado en el norte de Gaza: RSF condena el bloqueo informativo israelí
Sólo un puñado de periodistas sigue informando sobre la mortífera ofensiva israelí en el norte de Gaza. Trabajan en unas condiciones de seguridad terribles y con incesantes cortes de electricidad e Internet. Reporteros Sin Fronteras (RSF) denuncia el apagón informativo impuesto por el Ejército israelí en Gaza, y de forma aún más intensa en el norte del enclave palestino, desde donde cada vez llega menos información.
«El periodismo es cada vez más necesario en el norte de Gaza, donde su presencia está claramente a punto de desaparecer. No obstante, las autoridades israelíes hacen casi imposible la labor periodística, especialmente en el norte de este territorio, donde bloquean cualquier imagen o voz que pueda dar testimonio de la guerra en curso y de las graves condiciones humanitarias impuestas a la población. Con estos actos, Israel también obstaculiza la labor de la justicia, que se apoya en los testimonios de las víctimas civiles recogidos por los periodistas. Este asedio a la información es intolerable. Reporteros Sin Fronteras condena las acciones del Ejército israelí y reitera su compromiso de llevar todos estas violaciones del Estado de Israel ante la justicia internacional».
Jonathan Dagher | Responsable del Área de Oriente Medio de RSF
“Siento miedo en cuanto empiezo a grabar”, confiesa un periodista atrapado en el norte de la Franja de Gaza a RSF. Esta zona representa casi una quinta parte del territorio del enclave palestino. Pocas horas antes de nuestra llamada, este reportero, quien prefiere no ser identificado por su nombre por motivos de seguridad, acudió con su cámara al mercado de Beit Lahya, una de las localidades asediadas del norte de la Franja de Gaza, para documentar las consecuencias de otro ataque israelí. Los temblores en el vídeo publicado en el canal de Telegram que creó al inicio de la ofensiva, Sawt El Shemel (‘La voz del Norte’), evidencian el miedo de este periodista, de unos cuarenta años, mientras sigue con su cámara a un carro cargado de cuerpos sin vida. El municipio de Beit Lahya fue declarado zona catastrófica el 30 de octubre, tras un bombardeo israelí que causó al menos 93 muertos.
Este reportero, que también colabora con el canal palestino Alkofiya TV, es uno de los últimos profesionales de la información presentes en el norte del enclave, asediado por el Ejército de Israel. Desde principios de octubre, las fuerzas israelíes han intentado expulsar de esta zona a la población, incluidos los profesionales de los medios. A pesar del riesgo constante de ser alcanzado por un bombardeo, este periodista se aferra a su misión: transmitir “historias humanas”, “para que el mundo detenga esta guerra y permita que la vida recupere sus derechos”.
En condiciones humanitarias sumamente duras, los profesionales de la información tienen que trabajar con medios materiales muy limitados. “Contamos con pocos teléfonos móviles y cámaras, sin mencionar la red de Internet muy débil, que se corta con frecuencia”, explica el corresponsal del sitio de noticias Donia El Watan en Beit Lahya. Este periodista de 26 años, procedente del campo de Jabalia, en el norte de la Franja, se encontraba atrapado en un barrio de Beit Lahya, sin poder desplazarse a las zonas vecinas. “No podemos ir a ninguna parte, ni como ciudadanos ni como periodistas”, afirma el reportero. Por su parte, Oussama al-Derini, periodista de la emisora palestina Sawt El Shaab («La voz del pueblo»), fue detenido por las fuerzas israelíes el 24 de octubre en la localidad de Beit Lahya, en el marco de la detención arbitraria de un grupo de desplazados.
Cubrir desde lejos, dentro de la Franja de Gaza
Al sur de la línea de demarcación trazada por el Ejército israelí en la región norte de Gaza, la mayoría de los periodistas cubren el asedio y sus devastadoras consecuencias humanitarias desde la distancia. “Hay muy pocos reporteros experimentados en el norte; el resto sólo publica en redes sociales”, afirma Khader al-Zaanoun, corresponsal de varios medios locales e internacionales, entre ellos la agencia palestina WAFA, los canales saudíes Al Arabiya y Al Hadath, la CNN y la BBC. Al-Zaanoun permanece confinado en la ciudad de Gaza, a apenas cuatro kilómetros de la zona norte, donde, en noviembre de 2023, la torre que albergaba la oficina de la Agencia France-Presse (AFP) y el edificio que albergaba el grupo Media Palestine fue destruida por fuego israelí.
Para cubrir los ataques, Al-Zaanoun recorre a pie los distintos distritos de Gaza debido al altísimo coste del combustible, que puede llegar a 100 dólares (unos 91 euros) por litro. Su información se basa en reportes de los servicios de emergencia, defensa civil, directores de hospitales y fuentes civiles.
La televisión catarí, Al Jazeera, el único medio internacional que dedica la mayor parte de su cobertura a la guerra en Gaza, ha dado instrucciones a sus corresponsales de no viajar al norte de la ciudad de Gaza. “Recibimos información e imágenes, pero para nuestros compañeros es una zona prohibida”, señala una fuente del medio a la organización. Esta decisión responde a las constantes amenazas contra el personal de la cadena catarí. Al Jazeera ha perdido a cuatro de sus periodistas desde el comienzo del conflicto, y hace unas semanas, seis reporteros fueron acusados de terrorismo. Además, dos de sus periodistas, Ali al-Attar y Fadi Alwahidi, permanecen hospitalizados en estado crítico y necesitan ser evacuados urgentemente.
Desde el 7 de octubre de 2023, más de 140 periodistas han sido asesinados en Gaza a manos del Ejército israelí, de los cuales al menos 34 estaban ejerciendo su profesión en ese momento, según la información de la que dispone RSF.