De España a Polonia y Rusia: Pablo González se benefició de los derechos de los periodistas en democracia

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Reporteros Sin Fronteras (RSF) responde a las críticas por su postura con respecto a Pablo González, ciudadano ruso-español que ya no figura en el mandato de la organización. Liberado gracias a un canje de prisioneros, ha sido acusado por un fiscal polaco de espionaje a favor de Rusia. Respetando la prerrogativa de la justicia polaca para determinar su inocencia o culpabilidad, la organización siempre ha abogado por la transparencia y la imparcialidad de su proceso, que ha durado dos años y medio.

Hace más de cuatro meses, el 1 de agosto, un canje de prisioneros puso en libertad a Evan Gershkovich y Alsu Kurmacheva, a quienes RSF ha defendido sin descanso como periodistas encarcelados arbitrariamente por Rusia. A cambio, Polonia puso en libertad al ciudadano ruso-español Pablo González – también llamado Pavel Rubtsov – a quien RSF incluía hasta entonces en su mandato, pero no consideraba detenido arbitrariamente, a la espera de evidencias.

Desde su llegada a Rusia –momento a partir del cual RSF España dejó de defenderle como preso, pues ya era libre para dar explicaciones–, Pablo González se ha comportado de acuerdo con los intereses del Kremlin. Sólo ha concedido entrevistas a medios de propaganda rusos, a pesar de las peticiones de medios internacionales e independientes. En declaraciones al canal estatal ruso Perviy Kanal, describió a las fuerzas rusas, que ocupan Ucrania, como «protectoras» y explicó cómo practicó su apretón de manos «para asegurarse de que fuese firme» antes de saludar al presidente ruso Vladimir Putin, a su llegada a suelo ruso. Mientras tanto, siguen apareciendo nuevas revelaciones sobre sus presuntas actividades de espionaje. El 29 de noviembre, el medio ruso en el exilio The Insider identificó a su oficial de enlace en la inteligencia militar rusa GRU como la persona que le recibió en el aeropuerto de Moscú.

A pesar de la posición ampliamente explicada y justificada de RSF en el caso de Pablo González, cuya presunción de inocencia y derechos fundamentales a la espera de juicio RSF siempre ha defendido, la organización sigue recibiendo críticas, de las que también se hace eco el artículo de The Insider.

«Como espía ruso, Pablo González está fuera del mandato de RSF desde el canje de prisioneros. Comprometió la profesión periodística y se aprovechó de los derechos de los periodistas en democracia. En cuanto a nuestra posición en el pasado sobre el caso, siempre actuamos dentro de los principios del Estado de derecho, incluyendo la presunción de inocencia, los derechos de los presos y un juicio justo. Al mismo tiempo, esperamos a que actuase la justicia polaca: nunca calificamos de inocente a Pablo González y nunca calificamos de arbitraria su detención de dos años y medio».

Pavol Szalai  | Responsable del área de la UE-Balcanes de RSF

«Aun siendo conscientes del riesgo de que los servicios secretos recluten en el sector de los medios, seguiremos guiándonos por las normas internacionales de derechos humanos y luchando por los derechos de los periodistas. Nuestro planteamiento refleja la debilidad, pero también la fuerza de la democracia y de la lucha por la libertad de prensa».

Alfonso Bauluz | Presidente de RSF España

Hoy, todo indica que el hombre -detenido por las autoridades polacas del 28 de febrero de 2022 al 1 de agosto de 2024 y acusado por el fiscal polaco de un delito de espionaje dos semanas después del canje de prisioneros- era un espía ruso.

Pero antes de acusarle, las autoridades polacas revelaron poca información del sumario, clasificado como secreto de Estado: solo alegaron que había estado en posesión de dos pasaportes con dos nombres diferentes. Se negaron a confirmar las revelaciones del medio independiente ruso Agentstvo, según las cuales Pablo González había espiado a Zhanna Nemtsova, la hija del líder opositor ruso Boris Nemtsov, asesinado en 2015, o que había viajado con un miembro del GRU de Moscú a San Petersburgo en 2017.

Al citar estas revelaciones, RSF no disponía de medios para determinar si Pablo González era culpable o inocente. Dado que en una democracia solo un tribunal puede dar ese veredicto, la organización exigió constantemente que Pablo González fuera juzgado lo antes posible. Debido a las duras condiciones y a la duración (nada infrecuente en Polonia) de la detención de González, RSF solicitó que fuera puesto en libertad a la espera de juicio o que se mejorara su régimen penitenciario.

RSF respetó los plazos y la confidencialidad procesal del sistema judicial polaco, que acabó retrasando su imputación formal hasta después de su puesta en libertad. Si la Justicia polaca hubiese obrado con mayor diligencia y transparencia, RSF habría podido posicionarse mucho antes.

La organización continúa siguiendo de cerca el caso, en el que otra persona sigue estando procesada por las autoridades polacas. 

Mientras, RSF sigue haciendo todo lo que está en su mano a favor de los numerosos periodistas perseguidos por el Kremlin y para conseguir la liberación de los 38 periodistas rusos y ucranianos injustamente encarcelados por las autoridades del país. Así se hizo con el último llamamiento de la organización durante la cumbre de Malta de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), en la que intervino el ministro ruso de Asuntos Exteriores, Serguéi Lavrov.