BULGARIA | El Primer Ministo amenaza con espiar a los periodistas
«Lo que han hecho se lo puedo hacer yo a todos los hoy aquí presentes. Puedo ordenar a los servicios secretos que investiguen a todos los periodistas, a todos vosotros sin excepción». En estos términos reaccionó, el 6 de febrero, el Primer Ministro Boyko Borisov, en una rueda de prensa informal, a la publicación en la web Bivol.bg de documentos relacionados con sus actividades profesionales durante la década de los noventa.
Según Bivol (socia en los Balcanes de Wikileaks), el departamento de policía usó a Borisov como informante bajo el nombre de «Agente Buddha», dado que poseía una empresa privada de seguridad y tenía buenos contactos con el crimen organizado, pero posteriormente decidieron que estaba demasiado involucrado con dichos contactos.
Reporteros Sin Fronteras manifiesta su sorpresa e indignación con estos comentarios irresponsables del Primer Ministro, que constituyen una seria y directa amenaza a los profesionales de la información. «La investigación de los servicios secretos a los periodistas parecía una práctica del pasado, de la Guerra Fría más bien», afirma la organización.
«Borisov es un líder europeo y no puede apoyar bajo ninguna circunstancia el uso de los servicios secretos para elaborar registros sobre los periodistas o hacer escuchas telefónicas. Ha vivido en la era de la censura y el control soviético y debe comprender que estos comentarios mandan una señal desastrosa a los medios, que tienen derecho a estar preocupados por las medidas que puedan derivarse de ellos», añade RSF.
«Si se trata de un «lenguaje incontrolado» debe retractarse públicamente y reconocer la gravedad de su lapsus. Si no ha sido tal, las instituciones de la unión Europea deberán considerar si sus palabras son compatibles como representante de la Unión», solicita la organización.
Cundo fue nombrado Primer Ministro, Borisov defendió la necesidad de abolir este tipo de prácticas que habían amenazado a los medios búlgaros durante años. Dijo que la libertad de prensa era una de sus prioridades y prometió reformas, pero muy pocas se han adoptado. «Su comportamiento tendrá consecuencias desastrosas, no sólo para Bulgaria, sino para todos los Balcanes. Muchos verán en él el apoyo oficial a prácticas cuestionables, frecuentemente de naturaleza criminal. ¿Cómo insistir en la conducta intachable a los Balcanes como países candidatos a la unión Europea cuando su vecino más próximo se comparta de esta manera?», se pregunta RSF.
Ahora más que nunca existe la necesidad de ese comportamiento ejemplar dentro de la unión Europea. Bulgaria ocupa el puesto 87 de la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa, el más bajo de los países de la UE. Borisov ha confirmado los temores sobre Bulgaria y está contribuyendo directamente a mantener un peligroso ambiente para los periodistas en su país», concluye la oranización.
