
8 de marzo: el 60 % de las periodistas que cubren temas de género son víctimas de ciberacoso
Con motivo del Día Internacional de la Mujer, Reporteros Sin Fronteras (RSF) denuncia la gran magnitud del ciberacoso que sufren las periodistas que cubren los derechos de la mujer y las violencias machistas y sexuales. Ante el auge de los ataques en Internet, son muchas las que se autocensuran por temor a represalias, lo cual supone una grave amenaza al derecho a la información. RSF propone 16 recomendaciones, dirigidas a las autoridades policiales y judiciales, a las plataformas digitales, a las redacciones de los medios y también a los Estados.
Aunque los temas sobre los derechos de las mujeres y las violencias de género y sexual están más presentes en los medios desde el movimiento MeToo, desencadenado en 2017 por las investigaciones periodísticas del New York Times y el New Yorker, y aunque han surgido medios especializados y se han creado redes de apoyo de mujeres periodistas, investigar sobre los derechos de las mujeres y las violencia de género y sexuales sigue siendo arriesgado.
Casi el 60 % de las periodistas entrevistadas por RSF en su informe El periodismo en la era MeToo, en más de 110 países, conocen al menos un caso de una periodista que cubre estos temas y que ha sido víctima de ciberacoso. Una forma de ataque que, como comenta a RSF la directora general de la Red Internacional de Periodistas con Visión de Género (RIPVG), “ menudo puede pasar de la vida virtual a la vida real, afectando a su seguridad, libertad de expresión, salud mental e incluso a la de su familia”.
Esto es lo que le sucedió a la periodista nigeriana Kiki Mordi, víctima de ciberacoso tras la publicación en 2019 de una investigación sobre el acoso sexual en la educación superior en Nigeria y Ghana. Tuvo que mudarse y poner en pausa la mayoría de sus actividades periodísticas. Más recientemente, en septiembre pasado, la periodista de investigación del canal de televisión búlgaro NOVA TV, Marieta Nikolaeva, fue víctima de un deepfake de carácter pornográfico: una foto manipulada de ella apareciendo desnuda circulaba por Internet. Lo mismo le sucedió a la periodista francesa Salomé Saqué: “El ciberacoso tiene un gran impacto en mi actividad. Tengo en cuenta este riesgo en mi práctica. Hay ciertos temas que me niego a tratar en determinados momentos porque no tengo la fuerza para hacerlo”, confesó a RSF.
En India, donde el Comité Nacional de Mujeres Periodistas (National Women Journalists’ Conclave) ha pedido recientemente a la administración que reaccione rápidamente ante el ciberacoso que sufren las mujeres periodistas, la reportera Rana Ayyub se ha convertido en un símbolo de las víctimas de acoso digital y físico. En América Latina, los periodistas que cubren el tema de los derechos reproductivos también son blanco de violentas campañas de ciberacoso. Es lo que vivió la periodista guatemalteca Jovanna Mariám Garcon, que trabajaba para el medio feminista digital Ruda: recibió mensajes anónimos en sus redes y amenazas de violación después de cubrir el Día Internacional por la Despenalización del Aborto.
Ante la constatación de la persistente impunidad de la violencia contra las periodistas que trabajan en el ámbito de los derechos de la mujer, – al 93 % de las encuestadas en el informe de RSF no les consta ninguna condena al autor de un ataque cometido contra un periodista que trabaja sobre cuestiones de género y violencias sexuales – RSF formula varias recomendaciones dirigidas a las autoridades policiales y judiciales, a las plataformas digitales, a las redacciones de los medios y también a los Estados.
«Hay un antes y un después del #MeToo, con un claro aumento de la atención que se presta a los temas relacionados con los derechos de las mujeres, y una mejor cobertura de las violencias de género y sexual. Pero estos avances no están exentos de riesgos. Trabajar sobre estas violencias o ser una mujer periodista sigue siendo peligroso: ciberacoso, presiones judiciales, amenazas, etc. Más de una cuarta parte de las periodistas que trabajan en estos temas se enfrentan a ello y más del 60 % dan testimonio del ciberacoso dirigido a las periodistas que cubren estos temas. Esto no es, ni debe ser, una fatalidad. Debemos exigir a los gobiernos más protección, hacer que las plataformas asuman sus responsabilidades, movilizar a las autoridades judiciales y policiales para luchar de manera realmente eficiente contra la impunidad. Se trata de nuestro derecho a la información. A escala de la Unión Europea, pedimos en particular a los Estados miembros que adopten sin demora las medidas penales necesarias para poner fin a la impunidad de la ciberviolencia contra las mujeres periodistas, y a las demás instancias nacionales y regionales de todo el mundo que se inspiren en ellas para sus propias regulaciones».
Anne Bocandé | Directora Editorial de RSF
Debido a que la represión de las periodistas sigue siendo un desafío importante que requiere la involucración de todos los actores en juego, RSF reitera sus 16 recomendaciones dirigidas a los Estados, las autoridades policiales y judiciales, las plataformas digitales y las redacciones.
A los Estados:
- Garantizar, en nombre de la libertad de prensa y el derecho a la información, la protección de las periodistas que trabajan en temas relacionados con los derechos de las mujeres, así como de los profesionales de los medios que les asisten.
- Introducir en el derecho penal la tipificación de determinadas formas de ciberacoso como circunstancias agravantes para los autores y responsables de estos delitos cuando estos se dirijan a mujeres periodistas y a minorías de género. Para los Estados miembros de la Unión Europea, se trata de transponer la Directiva UE (2024/1385) de 14 de mayo de 2024 sobre la lucha contra la violencia contra contra las mujeres y la violencia doméstica, en particular su artículo 11, que les pide que reconozcan, en su derecho penal, que atacar a una periodista constituye un agravante en casos de ciberacoso.
- Garantizar la protección de los periodistas que trabajan sobre la violencia de género y sexual, en particular en el marco de los procedimientos de solicitud de asilo y obtención de permisos de residencia.
- Alentar a los medios, incluso mediante financiación pública, a dotarse de herramientas para evaluar el lugar que ocupan las mujeres y las minorías de género, de códigos éticos en materia de igualdad entre mujeres y hombres en sus estructuras, y de herramientas de formación para sensibilizar a sus equipos sobre la paridad y la igualdad.
A las autoridades policiales y judiciales:
- Crear comités nacionales para la seguridad de estas periodistas especializadas, que incluyan a representantes de la justicia, la policía y las asociaciones de periodistas, para mantener un diálogo habitual.
- Designar, entre las fuerzas policiales, agentes de enlace encargados de recoger los testimonios de las víctimas de ataques físicos o en línea.
- Documentar, con la ayuda de las redacciones afectadas, los ataques dirigidos a periodistas que trabajan en temas relacionados con los derechos de la mujer y la violencia de género, con el fin de medir su alcance.
A las plataformas digitales:
- Sensibilizar al público en general transmitiendo gratuitamente campañas de comunicación sobre la violencia contra las periodistas especializadas en violencia de género y sexual.
- Dar prioridad a la denuncia de periodistas víctimas de ciberacoso, así como a la de organizaciones de la sociedad civil que actúen en su nombre, tan pronto como se reciba una notificación.
- Responder sin demora a las órdenes de las autoridades judiciales que investigan casos de violencia contra periodistas.
- Luchar contra las amenazas anónimas y las campañas coordinadas y repetidas de acoso por parte de las “fábricas de trolls” aplicando todas las medidas de retirada de contenidos y suspensión de cuentas prescritas por la legislación aplicable, y dedicando los medios adecuados a la moderación humana.
A las redacciones de los medios:
- Fomentar la creación de puestos de editoras de género.
- Fomentar la participación de las periodistas en redes de investigación transmedia e internacionales.
- Formar a las periodistas en materia de ciberacoso para que puedan adoptar buenos reflejos y comportamientos ante este tipo de situaciones (véase nuestro informe Acoso en línea a periodistas: cuando los troles arremeten contra los periodistas pag. 34-35).
- Proteger a las periodistas especializadas en estos temas, incluidos los y las fixers, y establecer mecanismos de emergencia internos para apoyarlas, así como formación en seguridad física y psicológica.
- Desarrollar mecanismos de ayuda financiera para apoyar mejor el trabajo de investigación sobre las violencias de género y sexuales, por ejemplo, en forma de becas específicas.