ESPAÑA | Reporteros Sin Fronteras recibe con honor y emoción el premio “Abogados de Atocha 2018”
La organización comparte galardón con el ex presidente uruguayo José Mujica, en el 41 aniversario de la vil matanza
De izquierda a derecha: el secretario general de CCOO, Unai Sordo; la vicepresidenta de RSF España Macu de la Cruz; el presidente de RSF, Alfonso Armada; la vicepresidenta de RSF España Alicia G. Montano; el secretario general de CCOO Madrid, Jaime Cedrún, y el presidente de la Fundación Abogados de Atocha, Alejandro Ruiz-Huerta.
El 24 de enero de 1977, los abogados laboralistas Enrique Valdelvira, Luis Javier Benavides y Javier Sauquillo, así como el estudiante de derecho Serafín Holgado y el administrativo Ángel Rodríguez fueron vilmente asesinados, en su despacho de la madrileña calle de Atocha, por terroristas de ultraderecha del tardofranquismo español. Además, resultaron gravemente heridos Miguel Sarabia, Alejandro Ruiz-Huerta, Luis Ramos y Dolores González Ruiz, casada con Sauquillo. En homenaje constante a todos ellos, la Fundación Abogados de Atocha de Comisiones Obreras de Madrid trabaja para que la memoria de las víctimas permanezca viva, especialmente entre los más jóvenes. Con este espíritu de conjurar el olvido, la fundación instituyó, hace ya 14 años, los “Premios Abogados de Atocha”, que han recibido personalidades y organizaciones, como ACNUR, Médicos Sin Fronteras, la alcaldesa de Madrid (y compañera de despacho) Manuela Carmena, la jueza argentina María Servini, los históricos secretarios generales de CCOO y UGT: Marcelino Camacho y Nicolás Redondo, o la escritora Almudena Grandes, entre otros.
Por el recuerdo de todos los asesinados, la carga simbólica que su crimen atroz representa para la defensa de las libertades y la democracia en España, y por cumplirse hoy 41 años de la matanza, Reporteros Sin Fronteras recibió con profunda emoción esta mañana el “Premio Abogados de Atocha 2018”. El presidente de la Fundación y actualmente único superviviente de la masacre, Alejandro Ruiz-Huerta, así como el secretario general de Comisiones Obreras, Unai Sordo y el secretario general de CCOO en Madrid, Jaime Cedrún, entregaron el galardón a Alfonso Armada, presidente de RSF España, que lo recibió junto a las dos vicepresidentas de la organización: Macu de la Cruz y Alicia Gómez Montano.
“Los medios de comunicación, pese a la crisis que les afecta, son un elemento determinante para jerarquizar la información y distinguir lo importante de lo accesorio, además de para concienciar y formar espíritu crítico. Nos ayudan, como dice la canción, a “que la guerra no nos sea indiferente”, afirmó el secretario general de CCOO, Unai Sordo, en las palabras que dirigió a Reporteros Sin Fronteras, antes de la entrega del premio.
En su discurso de agradecimiento, Alfonso Armada, presidente de RSF España, evocó la memoria de los asesinados y reivindicó la lucha contra el olvido como una forma de reparar y hacer justicia. “Sin la memoria, no somos nada. Sin la memoria de cómo hemos llegado aquí, estaríamos perdidos. O, como rezan los versos de Paul Éluard en el recordatorio del cuadragésimo primer aniversario de la matanza de Atocha, ‘si el eco de su voz se debilita, pereceremos’. Recordar es una forma de hacer justicia, un paliativo. Por eso, tratemos de evocar aquella noche fría del 24 de enero de 1977, no muy lejos de aquí…”, dijo, antes de pronunciar, uno por uno, los nombres de las víctimas.
El presidente de RSF quiso detenerse especialmente en la figura de una de ellas: Lola Gónzalez, presidenta de la Fundación Abogados de Atocha hasta su fallecimiento, hace dos años. Casada con Javier Sauquillo, no solo perdió a su marido el día de la matanza, sino que resultó herida de gravedad. Lola González había perdido también, años antes, a su entonces novio, el estudiante de derecho Enrique Ruano, a manos del mismo terror fascista. “Por eso hay que recordar”, insistió el presidente de RSF, quien también mencionó especialmente al actual presidente de la Fundación, Alejandro Ruiz-Huerta: “consiguió salvar la vida gracias a un bolígrafo Inoxcrom que llevaba en el bolsillo de la camisa, que le había regalado esa misma tarde Ángel Rodríguez Leal, y que consiguió desviar una bala que podría haber sido mortal, y gracias también a que el cuerpo de su amigo Enrique Valdelvira le cayó encima, protegiéndole de los disparos. Los bolígrafos sirven para contar la verdad, pero a veces, insospechadamente, pueden actuar de detente bala”, señaló Alfonso Armada, en alusión a la profesión periodística.
Puesto que de honrar la memoria se trataba, el presidente de RSF España no quiso terminar su intervención sin mencionar a su antecesora en el cargo, Malén Aznárez, fallecida el pasado 31 de julio. “En nombre de Reporteros Sin Fronteras, y sobre todo de todos los periodistas que se enfrentan a los poderes (de los Estados, de los partidos, de las empresas, de los grupos violentos) para intentar contar la verdad, para ponerse en el lugar del otro, para prestar atención al dolor de los demás, agradezco este premio que la organización que presido desde hace muy poco tiempo recibe de manos de la Fundación Abogados de Atocha. Mi predecesora al frente de Reporteros Sin Fronteras, Malén Aznárez, que nos dejó el verano pasado, se hubiera emocionado sobremanera por un premio de esta naturaleza, tan entreverado con la historia de la segunda mitad del siglo XX español. Me gustaría por esto, también, recordarla esta mañana de enero con especial cariño”, afirmó.
Los luchadores sociales son los escalones del progreso
El honor y la emoción por la distinción de la Fundación Abogados de Atocha es mayor, si cabe, porque Reporteros Sin Fronteras comparte este año el premio con el ex presidente uruguayo José Mujica. Tan carismático como apreciado, al margen de tendencias ideológicas, Mujica recogerá personalmente su premio más adelante, en un próximo viaje a España, pues sus médicos le han recomendado no desplazarse. Aun así, el ex presidente uruguayo agradeció con un emotivo vídeo el galardón. “Recibo este reconocimiento como un reconocimiento a los infinitos luchadores sociales anónimos de mi país, que son los escalones del progreso humano. Cuando mis viejos huesos me lo permitan, acudiré a esa España comprometida para recogerlo y darle un abrazo”, dijo José Mujica.
La ceremonia, conducida por el director de la Fundación, Francisco Naranjo, tuvo lugar en el Auditorio Marcelino Camacho, para quien no solo Alfonso Armada, sino todos los oradores, tuvieron palabras de recuerdo y agradecimiento, cuando se acaban de cumplir y conmemorar los 100 años de su nacimiento. El acto se abrió con la entrega del Premio Internacional de Narrativa Joven, que recayó sobre tres jóvenes escritores (Laura Ruiz Benito, María Sánchez Robles y Antonio José Martínez Román) y fue amenizado con las actuaciones de las niñas violonchelistas Mirella Fucong Pérez Llucian y Alejandra Comín.
Jaime Cedrún, secretario general de CCOO Madrid, incidió en la vocación de la Fundación Abogados de Atocha de “recuperar la memoria e institucionalizarla, porque cada vez que recordemos a las víctimas sus valores nos harán más fuertes”. Cedrún recordó también al millar de periodistas asesinados en los últimos 15 años, a los 65 fallecidos en 2017 y a los más de 300 detenidos, encarcelados, secuestrados o desaparecidos.
José María Alonso, Decano del Ilustre Colegio de Abogados de Madrid (ICAM), renovó con lealtad y pasión el compromiso del Colegio con la Fundación Abogados de Atocha. “Siempre, estaremos a vuestro lado para que el recuerdo de los compañeros se mantenga vivo”, dijo, mientras alabó la valentía de los abogados que, como muchos periodistas, sufren persecuciones por su profesión.
En el mismo sentido, Victoria Ortega, presidenta del Consejo General de la Abogacía, recordó que el 24 de enero es en Europa el “día del abogado amenazado”, en homenaje a las víctimas de la matanza y reiteró su más firme compromiso con la Fundación y con la memoria viva de los Abogados de Atocha. “Ahora, como entonces, estamos a su lado en la defensa de la igualdad, el Estado de derecho y los Derechos Humanos”, dijo.
Tras la entrega del premio a Reporteros Sin Fronteras, a quien invitó a “combatir la postverdad para recuperar la verdad”, Alejandro Ruiz-Huerta cerró el acto pronunciando, en el respetuoso y sobrecogido silencio de un auditorio abarrotado, los nombres de los Abogados de Atocha. “Hay que decir sus nombres, como decía Miguel Sarabia, ‘despaciosamente’, porque diciéndolos, cobra sentido la Historia y se pone en armonía el Universo”.
