Los sangrientos ataques que tuvieron lugar en el centro comercial Westgate, el 21 de septiembre, en Kenia, han recordado a la comunidad internacional las deplorables prácticas de la milicia somalí Al-Shabaab. Unas prácticas, sin embargo, denunciadas desde hace tiempo por Reporteros Sin Fronteras, que incluye desde hace varias ediciones a la milicia en su lista de «Depredadores de la Libertad de Prensa».
Desde que cediera el control de la capita, Mogadiscio, en agosto de 2011, la milicia ha recurrido a todo tipo de métodos terroristas, incluidos atentados y ejecuciones, de los que son víctimas muy a menudo los periodistas y todo tipo de informadores. Según las cifras que maneja Reporteros Sin Fronteras, un total de 45 periodistas han sido asesinados en Somalia desde 2007, la mayoría de las veces a manos de Al-Shabaab. Hasta la fecha, 2012 ha sido el peor año de todos, con 18 informadores asesinados, conviertiendo al país en el segundo más peligroso del mundo para ejercer el periodismo, sólo por detrás de Siria. Actualmente Somalia ocupa el puesto 170 de los 179 países que conforman la Clasificación Mundial de la Libertad de Información, elaborada anualmente por Reporteros Sin Fronteras.
Entre los medios de comunicación que son objetivo habitual de la milicia se encuentra Radio Shabelle, una de las emisoras privadas más respetadas en el país, galardonada con el Premio RSF a la Libertad de Prensa 2010. Desde 2009, seis de sus colaboradores han sido asesinados.
El último periodista asesinado en Somalia este año -el sexto en 2013- es Ahmed Sharif, de la emisora estatal Radio Mogadishu. Individios armados le esperaron a las afueras de su domicilio, el 17 de agosto, y le dispararon en varias ocasiones. El método es uno de los más frecuente en Somalia, también usado por Al-Shabaab.
Recientemente la milicia ha reivindicado el atentado suicida en el restaurante The Village, muy frecuentado por políticos y periodistas del país. El ataque se produjo el 7 de septiembre, dos semanas antes del aniversario de otro atentado de las mismas características, en el mismo restaurante, que mató el año pasado a tres periodistas e hirió a otros cuatro. Al día siguiente, el periodista Youssouf Absuge, fue también asesinado por cubrir un ataque a Radio Mantaa.
«En la actualidad Kenia acoge a miles de refugiada somalíes, incluidos muchos periodistas que han tenido que exiliarse ante la amenaza que ya suponía la milicia Al-Shabaab antes del 2001 y que sigue suponiendo ahora en muchas parte de Somalia. La población keniata hasta ahora ha demostrado una increíble solidaridad, donando sangre y ayudando a los heridos», afirma Reporteros Sin Fronteras. La organización manifiesta su deseo de que los somalíes residentes en Kenia puedan tener una vida sin sufrimiento y, en particular, los periodistas exiliados, para que puedan informar libremente de lo que ocurre en el interior de su país.