Ante el horror de los salvajes asesinatos de dos periodistas brasileños en apenas unos días, Reporteros Sin Fronteras ha escrito a la presidenta de Brasil, Dilma Roussef, pidiéndole que ponga fin a la impunidad de siguen teniendo los delitos violentos contra los trabajadores de los medios de comunicación en su país.
Presidenta Dilma Roussef
Palacio do Planalto
Plaza de los Tres Poderes
Brasilia
París, 01 de junio 2015
Estimada Presidenta Roussef,
Después de dos brutales asesinatos de periodistas en el espacio de una semana, Reporteros Sin Fronteras, organización internacional de defensa de la libertad de información, insta a Brasil a adoptar rápidamente medidas concretas y eficaces para garantizar la protección de los proveedores de noticias, así como luchar contra la impunidad de los crímenes violentos contra ellos.
Brasil es el tercer país más mortífero del hemisferio occidental para los medios de comunicación (por detrás de México y Honduras), con un total de 38 periodistas asesinados -en relación clara o posible con su trabajo-, entre enero de 2000 y diciembre de 2014. Casi todos investigaban temas delicados como el crimen organizado, violaciones de los derechos humanos, la corrupción o diferentes tipos de tráfico.
La presencia del crimen organizado en algunas regiones hace la cobertura de estos temas particularmente arriesgada. Al mismo tiempo, la impunidad imperante en la mayoría de los casos aumenta la probabilidad que se repitan. La tendencia se ha agravado en los últimos años con al menos diez periodistas asesinados en Brasil en relación directa con su trabajo en 2012 y 2013, dos en 2014 y ahora tres desde el inicio de 2015.
La última víctima fue Djalma Santos da Conceição, periodista de radio de RCA FM, en Conceição da Feira, en el nororiental estado de Bahía, que fue secuestrado y asesinado a tiros el 22 de mayo. Su cuerpo llevaba las marcas de tortura. Según fuentes locales, había sido amenazado y había estado investigando el asesinato de una adolescente por parte de los traficantes.
Evany José Metzker, un periodista de investigación que mantenía un blog llamado Coruja do Vale, fue encontrado decapitado cerca de Padre Paraíso, en el noreste del estado de Minas Gerais, el 18 de mayo, cinco días después de que fuera dado por desaparecido. Había estado investigando el tráfico de drogas y la prostitución infantil durante varios meses y había cubierto varios casos de corrupción regional en su blog, acusando a los funcionarios locales de estar implicados.
Gerardo Servian Coronel, periodista paraguayo que trabaja para Radio Ciudad Nueva, fue asesinado a balazos en Ponta Porã, una ciudad brasileña cerca de la frontera con Paraguay, el 4 de marzo.
El aumento de la violencia contra los periodistas también se ha visto en las grandes protestas contra el aumento de las tarifas del transporte público en São Paulo, y contra los gastos en la Copa Mundial de la FIFA 2014 y los Juegos Olímpicos de Verano de 2016. Los periodistas locales y extranjeros que cubrieron estas protestas de junio de 2013 a julio de 2014 fueron objeto de malos tratos por parte de la policía: insultos, amenazas, arrestos, detenciones arbitrarias, violencia física y palizas.
La Asociación Brasileña de Periodistas de Investigación (ABRAJI) registró 210 casos de malos tratos a periodistas profesionales y no profesionales, 38 de ellos durante la Copa del Mundo. La policía militar fue responsable de la mayoría de estos casos. El cámara de televisión Bandeirantes Santiago Ilídio Andrade fue fatalmente herido mientras cubría una protesta en Río de Janeiro el 6 de febrero de 2014.
En un informe sobre la violencia contra los periodistas difundido en marzo de 2014, un mes después de la muerte de Andrade, la Secretaría de Derechos Humanos recomendó la creación de un Observatorio de la Violencia contra periodistas en colaboración con la UNESCO, y poner a las autoridades federales a cargo de la investigación de los crímenes contra periodistas.
Más de un año después, no se ha tomado ninguna medida. El 20 de mayo, la comisión de la Cámara de Diputados sobre seguridad pública y lucha contra la delincuencia organizada rechazó un proyecto de ley que habría puesto a las autoridades federales a cargo de investigar estos crímenes.
En vista del nivel de violencia contra los periodistas, la implementación de las recomendaciones hechas por el grupo de trabajo de la Secretaría de Derechos Humanos sobre la seguridad del periodista es más necesaria y urgente que nunca. La lucha contra la impunidad debe ser una prioridad. Los periodistas siguen estando en peligro mientras los delitos violentos contra ellos no son objeto de investigaciones independientes, imparciales y exhaustivas que conduzcan a la identificación y castigo de los responsables.
Le damos las gracias de antemano por la atención que le dan a nuestra petición.
Atentamente,
Christophe Deloire
Secretario General de Reporteros Sin Fronteras
