Reporteros sin Fronteras condena los asesinatos de dos periodistas brasileños en un intervalo de cuatro días. Pedro Palma y José Lacerda da Silva fueron abatidos a tiros en plena calle, el primero en Río de Janeiro y el seguindo en Monsoro, en el estado de Río Grande del Norte, al noroeste del país.
Palma dirigía Panorama Regional, un semanario distribuido en los suburbios de Río de Janeiro y enfocado en el periodismo de investigación sobre la corrupción local. Fue tiroteado el 13 de febrero por dos individuos en motocicleta frente a su casa, en el barrio de Río de Miguel Pedrera.
José Lacerda da Silva era camarógrafo del programa TCM de la televisión regional TV Cabo Mossoró. Dos individuos en un coche le dispararon la noche de este 16 de febrero cuando se dirigía a un supermercado de Mossoró. Murió a causa de las heridas de bala después de ser trasladado al hospital. La policía aún no ha identificado a ningún sospechoso ni ha establecido un motivo.
«Instamos a las autoridades brasileñas a que hagan todo lo posible por identificar a los responsables de los asesinatos de estos dos periodistas y para llevarlos a juicio», ha dicho Camille Soulier, responsable de Reporteros Sin Fronteras para América.
«Estos asesinatos son un triste indicativo de los peligros a que los están expuestos los medios de comunicación en Brasil. Cinco periodistas fueron asesinados en 2013 y ninguno de estos casos ha sido resuelto hasta ahora. Tememos que habrá más casos impunes en Brasil, uno de países de América Latina con peor posición –el 111 entre 180 países- en la Clasificación Mundial 2014 de Reporteros sin Fronteras».
En el crimen de Pedro Palma, la policía está trabajando sobre la hipótesis de que el motivo fue «queima de arquivo» (eliminación de testigos), una teoría que ya fue aceptada en el asesinato de Walney Assis Carvalho, fotógrafo muerto a tiros el 13 de abril de 2013.
Por investigar la corrupción o por cubrir las protestas callejeras, los periodistas se están convirtiendo cada vez más en objetivos de la violencia en Brasil.
La violencia que ha acompañado a la ola de protestas que comenzó en junio de 2013 ha alcanzado un nuevo máximo en los últimos diez días con la muerte el camarógrafo de televisión Santiago Ilídio de Andrade este 11 de febrero a causa de las lesiones recibidas mientras cubría una manifestación en Río cinco días antes.
Más sobre la situación en Brasil, en el Informe Anual de Reporteros Sin Fronteras.
