Reporteros Sin Fronteras condena las agresiones y amenazas -tanto de los manifestantes como de las fuerzas del orden- a periodistas durante las manifestaciones del 7 de septiembre, con motivo del Día de la Independencia de Brasil.
El Gobierno del Distrito Federal ya ha pedido una comisión de investigación de estos incidentes. «La policía militar ya ha asumido la responsabilidad de graves ataques a la integridad física de los periodistas en manifestaciones anteriores, tanto en la denominada «Primavera brasileña», como en la visita del Papa. Estos comportamientos -de manifestantes violentos y fuerzas del orden- se repetirán si no se sancionan», reclama RSF.
La organización recalca que no ignora la necesidad de un debate nacional sobre los equilibrios del espacio mediático en Brasil, una demanda de gran parte de los ciudadanos. No obstante, estas cuestiones no pueden justificar las agresiones a periodistas enviados a cubrir manifestaciones. «La crítica a los medios de comunicación no legitima en ningún caso la violencia», añade RSF.
«Se señalarán hechos puntuales e ínfimos, pero ninguno de ellos quitará brillo a la gallardía de la seguridad pública, que ha permitido que los eventos de hoy se lleven a cabo en un perfecto orden», declaró el comandante general de la policía militar del distrito federal, Jooziel de Melo. Sin embargo, varios periodistas sufrieron los efectos del gas lacrimógeno lanzado por la policía para dispersar a la multitud reunida frente a la sede de la red Globo, en Brasilia. Los periodistas que filmaban los hechos también fueron agredidos por los manifestantes.
Además, los policías militares soltaron a sus perros entre un grupo de manifestantes y periodistas cuando se dirigían al Estadio nacional. El fotógrafo de la agencia Reuters Ueslei Marcelino sufrió una herida en la rodilla cuando intentaba dejar el local, y el fotoperiodista Fábio Braga, de la Folha de Sao Paulo, fue atacado por los perros, sin graves consecuencias. La policía militar disparó intencionadamente bombas de gas lacrimógeno en el lugar donde estaban el reportero Luciano Nascimento y la fotógrafa de Floha, Marlene Bergamo.
En Rio de Janeiro, los manifestantes agredieron a un equipo de TV Globo. El fotógrafo Marcos Paula, del periódico O Estadao de S.Paulo, recibió un disparo de una bomba de gas lacrimógeno. Y, en Sao Paulo, el fotoperiodista Tércio Teixeira fue herido por un disparo de un policía. Finalmente, en Manaus, ha sido detenida una persona aún no identificada por haber agredido a dos periodistas durante las manifestaciones.
