Tras el asesinato de dos periodistas mexicanos: Aurelio Cabrera Campos, el 14 de septiembre, y Agustín Pavia, el 12 de septiembre, Reporteros Sin Fronteras (RSF) da la voz de alarma y exhorta a las autoridades locales a identificar inmediatamente a los autores intelectuales de estos crímenes. Tan sólo en 2016 han sido asesinados 12 periodistas en el país.
El 14 de septiembre de 2016, en el municipio de Huauchinango (estado de Puebla), Aurelio Cabrera Campos, periodista y fundador del semanario El Gráfico de la Sierra, fue asesinado a balazos cuando conducía su vehículo en la carretera México-Tuxpan. Fue trasladado de inmediato al hospital, pero falleció horas más tarde.
Aunque se ha abierto una investigación por el crimen, aún no se cuenta con información sobre el móvil ni los autores del asesinato. Su amigo y colega Pablo Estrada, director del diario El Caminante, señaló poco después de que ocurrieran los hechos que Aurelio le había confesado recientemente que “como todo periodista, tenía amenazas de muerte”.
Miembros de la familia del Cabrera, entrevistados por RSF, han asegurado encontrarse en peligro, y han pedido por ello protección inmediata, tanto a familiares del periodista que trabajan en el periódico, como a otros empleados del diario. Uno de sus allegados ha señalado que el riesgo al que enfrentan “es real y grave, ya que no sabemos quiénes ordenaron el asesinato, ni porque razón, pero de lo que estamos seguros es que fue por su actividad periodística, ya que durante los últimos meses se dedicó a publicar información sobre secuestros y asesinatos en la sierra norte de Puebla”.
Dos días antes, la noche del 12 de septiembre de 2016, el locutor de radio Agustín Pavia corrió la misma suerte: fue asesinado a balazos frente a su domicilio cuando descendía de su vehículo, en la ciudad de Huajuapan de León (estado de Oaxaca). Agustin Pavia conducía el programa político ‘Forum’ en la radio comunitaria Tu Un Ñuu Savi. Crítico con las políticas públicas del gobierno del estado de Oaxaca, Pavia también era abogado, defensor de los derechos humanos y formaba parte del partido político Morena.
“México se está convirtiendo en un cementerio para los periodistas”, lamenta Emmanuel Colombié, responsable del Despacho América Latina de RSF. “Las autoridades mexicanas, locales y nacionales, deben reformar urgentemente los dispositivos de alerta y de protección de periodistas, así como proporcionar a la justicia los medios para que identifique rápida y sistemáticamente a los autores intelectuales de estos crímenes”, añade.
RSF recuerda que el 26 de junio pasado Salvador García Olmos, otro locutor de la radio Tuun Ñuu Savi, en el estado de Oaxaca, fue asesinado por agentes de la policía municipal de Huajuapan de León. El periodista, que conducía el programa ‘Pitaya Negra’, fue atropellado por una patrulla policial cuando intentaba escapar de la policía local, que quería retenerlo. La investigación para determinar las condiciones de su muerte aún no ha dado resultados.
Con la muerte de Aurelio Cabrera Campos y de Agustín Pavia el número de periodistas mexicanos asesinados asciende a 12 tan sólo en el año 2016, lo que convierte a México en el país más peligroso del mundo para el gremio periodístico. México se encuentra en el lugar 149, entre 180 países, en la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa publicada por RSF en 2016.
