| Agresiones a periodistas a siete meses de las elecciones presidenciales
21.03.2012 15:41
Reporteros Sin Fronteras manifiesta su preocupación ante las agresiones a profesionales de diversos medios de comunicación que han tenido lugar en Venezuela a lo largo de la primera quincena del mes de marzo. «Aunque no todas están relacionadas directamente con el contexto preelectoral – que enfrentará el próximo 7 de octubre al presidente Hugo Chávez y al líder de la oposición Henrique Capriles Radonski- la proximidad de las elecciones hace cada vez más difícil ejercer el periodismo en Venezuela» considera la organización.
El 4 de marzo la periodista Sasha Ackerman, el cámara Frank Fernández y el asistente Esteban Navas, de Globovisión, fueron amenazados por militantes del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV, en el poder) durante una visita del candidato Henrique Capriles Radonski al barrio San José de Cotiza, en Caracas. Hubo disparos y una bala hirió al hijo de un diputado de la oposición. El equipo de profesionales de Globovisón fue perseguido y obligado a entregar sus grabaciones a sus agresores.
Una semana después, el 11 de marzo, las instalaciones del canal fueron objeto de una protesta pública, por fortuna sin violencia, del colectivo La Piedrita. Los militantes radicales progubernamentales acusaron al medio de comunicación de “financiar a grupos paramilitares” y de ser responsable del asesinato de dos individuos ocurrido la víspera, en un barrio popular de la capital. El 15 de marzo varios representantes de un consejo comunal agredieron al equipo del programa “El Radar de los Barrios”, que había ido a entrevistar a los habitantes de una comunidad local del estado Carabobo sobre un caso de contaminación industrial de aguas.
Los militantes de los partidos de la oposición también tienen su parte de responsabilidad en este clima de hostilidad. El 12 de marzo, en el estado Zulia, el periodista Fidel Madroñero y su cámara, de canal Catatumbo TV, fueron agredidos por simpatizantes de Henrique Capriles Radonski. Según el periodista, le intentaron robar sus efectos personales, destruir su material de grabación, e impedirle cubrir la manifestación.
El 16 de marzo, el periodista Llafrancis Colina, del programa “Zurda Konducta” –transmitido por el canal público Venezolana de Televisión (VTV)– fue agredido y humillado, en al estado Aragua, durante un acto electoral del candidato de la oposición. Su cámara, Sergio Acuña, acudió en su ayuda y logró impedir que le robaran su material.
El 15 de marzo, en el estado Anzoátegui, la periodista Sara Vargas García, de la cadena de radio y televisión por cable Órbita, que moderaba un debate en directo, recibió públicamente amenazas de secuestro por parte de un auditor anónimo. El Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) y el Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC) se han hecho cargo de la investigación de las amenazas.
La caricaturista del diario El Universal, Rayma Suprani, denunció ayer ante la policía haber recibido amenazas mediante tweets y correos electrónicos. Estos mensajes hacen eco a la campaña de odio emprendida el 14 de marzo contra la diseñadora durante el programa propagandístico “La Hojilla”, transmitido por VTV.
“La responsabilidad de esta situación concierne, por una parte al gobierno y las fuerzas políticas, que de forma urgente deben recordar a sus militantes los principios fundamentales del debate, en lugar de acusar sistemáticamente a sus contrincantes. También incumbe a los mismos medios de comunicación –ya sean públicos o privados–, que deben comprometerse a garantizar un equilibrio real respecto al tiempo de intervención asignado a cada candidato y evitar las escaladas verbales que puedan exponer a sus propios empleados a la cólera popular. ¿Es factible un código de buena conducta a instancias del estado mayor de los partidos políticos y de los diferentes medios de comunicación?» se pregunta Reporteros Sin Fronteras que hace también un llamamiento a la calma en la blogósfera, condenando de manera abierta las morbosas y degradantes especulaciones sobre el estado de salud del presidente Hugo Chávez, así como las declaraciones homófobas y antisemitas contra Henrique Capriles Radonski. «Estos mensajes, difundidos en cuentas de Twitter a veces pirateadas, son indignos de esta elección política”, concluye la organización.