INDIA | La lucha de las mujeres para ser periodistas en India
Dos eventos ocurridos el mes pasado han puesto de manifiesto la escalada de comportamientos sexistas y misóginos hacia las mujeres periodistas en la India. Reporteros Sin Fronteras ha analizado de cerca las numerosas formas de hostilidades a las que están expuestas constantemente las mujeres.
El acoso online a la periodista de investigación Rana Ayyub ha sido de los más escalofriantes. Se han llegado a pedir violaciones en grupo para ella y publicar montajes pornográficos con su imagen.
El otro caso es menos escalofriante pero igualmente significativo. Cuando la reportera Lakshmi Subramanian le hizo una pregunta al gobernador de Tamil Nadu en una rueda de prensa convocada en la universidad de la región, el político tuvo como única respuesta acariciarle la mejilla.
Las formas del gobernador desataron una oleada de comentarios en la redes sociales. Entre ellas este extraordinario comentario de Shekher, líder del Partido Nacionalista Hindu en Tamil Nadu: “Los medios tienen ahora a canallas analfabetas. Ella no es la excepción. Nadie puede convertirse en reportero o presentador de noticias sin acostarse previamente con algún pez gordo”.
“Este comportamiento intolerable es típico de la batalla que libran constantemente las mujeres periodistas en la India para ejercer su profesión”, lamenta Daniel Bastard, responsable de la oficina de Asia-Pacífico de Reporteros Sin Fronteras.
“Han luchado con determinación durante décadas para ser aceptadas en las redacciones como reporteras en el terreno, donde siguen encontrando comportamientos como ése que pueden ser descritos en el mejor de los casos como paternalistas, y que a veces constituyen los actos más desconcertantes de violencia misógina. Todos los sectores de la sociedad india -incluido el sector público, empleados y plataformas digitales- deben tomar medidas concretas para cambiar este estado de las cosas y permitir a las periodistas ejercer su trabajo con completa dignidad”, añade Bastard.
Prejuicios
Los prejuicios a los que están expuestas la periodistas empiezan antes de que pongan un pie en una redacción.
“El periodismo en una opción de carrera a menudo vista como una arriesgada aventura”, afirma Rituparna Chatterjee, que ayudó a fundar el HuffPost India y ahora se ha centrado en los derechos de las mujeres y los casos de género. “Los padres temen que las mujeres que optan por ser periodistas no resulten por ello atractivas en el `mercado de matrimonios´ porque se las identifica como audaces y obstinadas. Las mujeres habitualmente abandonan el terreno después de casarse, enfrentadas a la presión legislativa y de sus maridos”, explica.
La opinión de la sociedad india sobre las mujeres que optan por el periodismo en lugar de sus maridos puede mostrar en sí misma los más inesperados detalles. Cuando la vice editora de Reader’s Digest India, Abha Srivastava, quiso alquilar un apartamento en Nueva Delhi, el inquilino no le pidió detalle de cuánto cobraba, como cabría esperar. “Me pidió que hablara con mi padre para que redactara una lista de `hombres que podían visitarme´. Yo tenía cerca de 40 años. ¿La razón de su petición? Que fuera soltera y periodista”.
Una terrible combinación para las mujeres indias, parece.
Pioneras
Las mujeres periodistas obviamente siguen encontraron ciertos prejuicios en el ámbito laboral pese a que algunas actitudes han evolucionado. En 1960, las redacciones eran de un 100% de hombres y tuvieron que demostrar su valía con su perseverancia.
“Se especulaba sobre cuánto durarían”, contó para una encuesta del Instituto de Prensa de India, Usha Rai, una de las primeras mujeres periodistas del país.
Tuvieron que luchar para no ser reducidas a cubrir las denominadas historias “femeninas”, como arreglos florales o sari shows. “Gasté mucho tiempo intentando olvidar mi género”, afirma Barkha Dutt, conocida periodista que trabajó para New Delhi TV durante años y que ahora escribe para el Washington Post.
“Pero tras 22 años, esto es lo que he aprendido: Tenía que trabajar el doble para tener el mismo reconocimiento que mis colegas masculinos. Tenía que luchar para ciertos tipos de encargos, en particular cubrir guerras y conflictos”, ha contado a RSF.
Agresiones sexuales
Las relaciones en las oficinas pueden llegar a volverse muy sórdidas. En 2013 una joven periodista para la revista de investigación Tehelka describió en detalle cómo fue asaltada en un hotel de Goa por su editor Tarun Tejpal. La editora gerente de la revista, Shoma Chaudhury, reaccionó enviando una carta a sus empleadas sobre un “incidente desagradable” que sería tratado de forma interna. Los compañeros de la víctima tuvieron que luchar para hacer público el caso.
También hay casos de acosos sexuales en el terreno. En el informe de Reporteros Sin Fronteras sobre la violencia policial contra los periodistas, en marzo, una periodista afirmó haber sido manoseada por un policía. Se han registrado otros muchos acosos, como la joven fotoperiodista violada en grupo en Mumbai, en 2013.
Además, como en todas partes, la línea que separa la violencia verbal de la física a veces es muy tenue, como se vio en el asesinato de la editora Gauri Lankesh, en septiembre de 2017 en las inmediaciones de su domicilio en Bangalore. Como muchas mujeres periodistas en la india, llevaba tiempo siendo víctima del acoso online.
“Presstitutes”
Y como a muchas mujeres periodistas en la India, la habían llamado “Presstitute”, un insulto usado con frecuencia por trolls (robots informáticos) asociados al movimiento del nacionalismo hindú de donde viene el Primer Ministro, Narendra Modi. Algunos políticos, incluido el ministro de Estado para Asuntos Externos, V. K. Singh, también lo han utilizado.
Swati Chaturvedi, reportera de investigación víctima de acoso online, describió en su libro “Soy un troll” las amenazas emitidas por estos robots vinculados al Primer Ministro Modi, incluidas amenazas de muerte y de violaciones en grupo, para evitar la cobertura de mujeres periodistas de las actividades del partido del Primer Ministro.
Después de que Sindhu Suryakumar dirigiera un debate en Asianet News TV, en 2016, donde se hicieron referencias a una deidad hindú femenina, alguien incluyó su teléfono en un grupo de WhatsApp donde recibió 2.000 insultos en llamadas y mensajes en el corto espacio de unas horas.
Respondiendo
Los trolls llegan incluso a publicar las direcciones de mujeres periodistas y hacer que teman por sus vidas, como le ocurrió a Rana Ayyub el mes pasado. RSF llevó en caso ante el Relator especial de las Naciones Unidas contra ejecuciones extrajudiciales.
“Me usan para sus discursos de odio contra mí”, afirma Ayyub, conocida periodista de investigación en su libro sobre narendra Moodi, traducido por su amiga Gauri Lankesh a la lengua kannada antes de ser asesinada. “Pero esto, lo que me han hecho ahora es un nuevo nivel. Me he prometido a mi misma que llevaré a cada uno de ellos ante los tribunales y responderé”.
India ha caído dos puestos en la última Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa elaborada anualmente por Reporteros Sin Fronteras. Ocupa ahora la posición 138 de los 180 países que la conforman.
Consulta más información sobre India en el Informe Anual elaborado por RSF-España.