RUSIA | El periodista Zhalaudi Geriyev, condenado a tres años de cárcel en Chechenia

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| El periodista Zhalaudi Geriyev, condenado a tres años de cárcel en Chechenia
09.09.2016 09:33

El  periodista checheno Zhalaudi Geriyev ha sido condenado, el pasado 5 de septiembre, a tres años de cárcel, acusado de posesión ilegal de drogas. Su juicio, un castigo político por trabajo periodístico, es la última ofensiva del Presidente checheno Ramzan Kadyrov contra el periodismo independiente.

Colaborador de la web de noticias independiente Kavkazsky Uzel, Geriyev ha sido condenado en el distrito checheno de Shali, en un proceso únicamente basado en una confesión forzada de la que se retractó en el propio juicio.

La fiscalía ha reclamado que el periodista fue detenido en posesión de 150 gramos de canabis que se disponía a consumir. Pero el caso está lleno de contradicciones y violaciones de los procedimientos. El tribunal ha ignorado repetidamente el testimonio que confirma que tres individuos secuestraron a Geriyev en un minibús en la ciudad de Grozny, desde la que había planeado viajar a Moscú por motivos de trabajo.

Geriyev ha asegurado al tribunal que sus secuestradores le llevaron a un bosque donde le golpearon, torturaron e interrogaron. Le confiscaron sus pertenencias y le llevaron a un cementerio de la localidad de Kurchaloi, donde finalmente obtuvieron la “confesión” que utilizaron para detenerle.

“Este caso de acusaciones falsas debe ser revocado”, afirma Johann Bihr, responsable de la oficina de Europa y Asia Central de Reporteros Sin Fronteras. “Esta condena es el último ejemplo del acoso al que están sometidos los periodistas independientes en Chechenia. Con el beneplácito de Moscú, el régimen de Ramzan Kadyrov aumenta cada día su espiral de represión. Rusia, que de por si muestra poco respeto a la libertad de prensa, alimenta esta situación que hace de la región un lugar casi imposible para ejercer el periodismo”, añade la organización.

Escalada de acoso a los críticos

El periodismo independiente está casi erradicado en Chechenia, la república autónoma rusa está dirigida con brazo de hierro por Kadyrov desde 2007, tras dos querrás sangrientas. La impunidad con la que la periodista y defensora de los derechos humanos Natalya Estemirova fue asesinada en 2009 refuerza el clima de miedo reinante en la región, como ya lo mostraron los informes de Reporteros Sin Fronteras publicados en 2009 y 2011.

Cualquier periodista que se atreva hoy a desafiar el consenso oficial y el obligado entusiasmo por el gobierno actual es advertido o amenazado y sus familiares sufren idéntica presión. El acoso a las voces críticas se ha intensificado el pasado año y cabe recordar que los comentarios en las redes sociales también están expuestos a represalias.

Personajes públicos de todo tipo han sido secuestrados, como el analista político Ruslan Martagov, que desapareció del 1 al 3 de septiembre. También dos académicos, secuestrados en marzo y abril de este año, que solo aparecieron para presentar sus disculpas públicas. Un tercero, torturado y después puesto en libertad, vive ahora la vida de un recluso.

El residente de un pueblo remoto en la montaña que publicó un video en Internet, en mayo, donde se quejaba de las condiciones de su localidad y el escaso interés de las autoridades en ella, terminó pidiendo disculpas a Kadyrov tras una campaña de acoso en la que su indenciaron su domicilio incendiado y sus vecinos le trataron como “enemigo”. También una mujer que había criticado al Presidente de Chechenia por WhatsApp fue forzada a presentar una “explicación” humillante de su comportamiento en la televisión estatal, en diciembre de 2015.

En marzo de este año, un minubús con periodistas rusos y extranjeros, y miembros del Comité para la Prevención de la Tortura, fue víctima de una emboscada en Ingushetia, a pocos metros de la frontera chechena, donde varios individuos enmascarados agredieron a los pasajeros, les obligaron a salir del autobús y prendieron fuego al vehículo.

Kadyron por su parte describe a los periodistas independientes y miembros de la oposición liberal rusa como “traidores” y “enemigos del pueblo”.

Cabe recordar que Rusia ocupa el puesto 148 de los 180 países que conforman la actual Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa elaborada anualmente por Reporteros Sin Fronteras.