RUSIA | RSF publica un nuevo informe sobre el Cáucaso
Reporteros Sin Fronteras publica un nuevo informe sobre el estado de los medios de comunicación en Chechenia y Dagestán. Cinco años después del asesinato de Anna Politkovskaya, la situación en el cáucaso ruso, del que la periodista del Novaya Gazeta era especialista, todavía es muy preocupante en materia de libertad de prensa y derechos humanos.
Dos años después de la última visita de Reporteros Sin fronteras, los periodistas siguen expuestos a la violencia y a la corrupción. La organización ha viajado a la zona entre el 9 y el 13 de septiembre, donde se ha reunido con periodistas, representantes del gobierno y activistas de derechos humanos. Las conclusiones de la investigación se presentaron inicialmente en Moscú, el 14 de septiembre, en una conferencia de prensa conjunta con la ONG Memorial (galardonada con el Premio Sakharov 2009).
La situación en Chechenia y Dagestán no podría ser más dispar. En la primera se iniciaron las guerras civiles en el Cáucaso, pero ahora el foco de desestabilización se ha trasladado a la segunda.
Después de dos guerras civiles, Chechenia está reconstruida en gran medida, pero sus ciudadanos y sus periodistas pagan un alto precio por la estabilidad: falta de pluralismo, violaciones de los derechos humanos, corrupción masiva, culto a la personalidad e imposición de un islam puritano. La autocensura reina en los medios de comunicación, traumatizados e intimidados, reforzada por un clima de impunidad que hace que sea cada vez más difícil reunir información sobre las autoridades.
Su vecina Daguestán ofrece una imagen paradójica. Sus periodistas son agredidos y asesinados con bastante impunidad. Sin embargo, mantiene un cierto grado de pluralismo, intrínseco a la heterogeneidad de la república. Pero este pluralismo está más amenazado que nunca con las dificultades económicas y los intentos de manipular a los medios de comunicación.
Como primer paso para acabar con la impunidad y la autocensura, las autoridades locales y federales deberían tomar medidas concretas para poner fin a la impunidad de quienes atacan y matan a los profesionales de los medios de comunicación. Además, los medios de comunicación independientes, cuando existen, deben dejar de ser criminalizados e identificados como insurrecciones armadas.
«La situación en el Caúcaso ruso, lejos de estar «normalidada» como dice Moscú, sigue su espiral descendiente donde los civiles son las primeras víctimas. Los medios de comunicación tienen un papel clave en la sociedad, como plataforma para el diálogo, donde se recuerda a las autoridades las necesidades de la población civil y la urgencia de protegerla de la violencia y la corrupción. Ya es hora de que las autoridades se percaten de que la libertad de prensa es parte de la solución y no del problema » señala Reporteros Sin fronteras.
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