ARGELIA | Las autoridades argelinas aprietan su acoso a la prensa
El jefe del estado argelino la tomó con la prensa el 19 de marzo, fiesta nacional de la Victoria. Esta nueva tentativa de intimidar a los medios cercanos a la oposición se enmarca en un contexto difícil para la prensa de Argelia desde la reelección del presidente Abdelaziz Bouteflika en abril de 2014
«Tomo nota de que los pseudopolíticos, apoyados por una prensa que no tiene ni idea de ética profesional, se empeña día y noche en asustar y desmoralizar a este pueblo y socavar su confianza en el presente y en el futuro; un pueblo que no da ni dará ningún crédito a sus tonterías», dijo el asesor presidencial Benamar Zerhouni hablando en nombre del presidente argelino, Buteflika. El discurso fue pronunciado en Ghardaïa, a unos 600 km al sur de Argel, el 19 de marzo, en la celebración argelina del Día de la Victoria.
El hecho de que este comentario apareciera únicamente en la versión en francés del discurso, y de que después fuese omitido en un despacho gobierno sugiere que no fue redactado por el propio presidente sino añadido por sus asistentes.
En junio de 2014, el periodista Abderezak Merad publicó en el diario El Watan la descripción de «un plan para hostigar y debilitar a los medios de comunicación (…) ideado en el nivel de decisión más alto, es decir, un círculo muy cerrado alrededor del presidente, el único que decide sobre estrategias de desestabilización y luego las ejecuta».
«Este comentario atribuido al presidente argelino alimentará su preocupación por el aumento del acoso a los periodistas e, inevitablemente, va a empeorar la situación para los trabajadores de los medios de comunicación», expresó la directora de programas de Reporteros Sin Fronteras, Lucie Morillon.
«El 3 de mayo de 2014, día Mundial de la Libertad de Prensa, el Presidente Bouteflika se comprometió a garantizar el ejercicio de la libertad de expresión y la libertad de prensa ‘sin ningún tipo de presión, supervisión o restricción’. Sin embargo, es evidente que las dificultades para los periodistas han aumentado desde que comenzó su cuarto mandato».
Hay muchos ejemplos. El pasado noviembre, Reporteros Sin Fronteras emitió un comunicado lamentando el hecho de que el periodista Abdessami Abdelhaï llevara 19 meses detenido sin que se hubiese fijado fecha para su juicio.
Mohamed Chergui, un periodista que trabajaba para El Djoumhouria, fue condenado en rebeldía en febrero a tres años de prisión y una multa de 200.000 dinares por «atentar contra el Profeta».
Boualem Goumrassa, corresponsal del periódico saudita editado en Londres Asharq Al-Awsat, fue despojado de su carnet de prensa a principios de este mes sin que se diera ninguna razón válida. En referencia a esta decisión, el ministro de comunicación Hamid Grine dijo que los medios extranjeros deben «respetar las reglas del juego», pero no dio más detalles.
SIA, una imprenta de Argel, ha dejado de imprimir el diario en lengua árabe El Fajr, algo que el editor, Hadda Hazem, describió a Reporteros Sin Fronteras como una sanción política.
Muchas publicaciones están en permanente tensión financiera. Poco antes de las elecciones presidenciales de abril de 2014, la Agencia Nacional de Edición y Publicidad (ANEP) retiró la publicidad oficial de dos diarios, Algérie News y El-Djazair News, después de su editor se opusiese públicamente a la reelección de Bouteflika.
Los medios de comunicación también están siendo presionados por el sector privado. Joseph Ged, consejero delegado de la empresa de telefonía móvil privada Oreedo, amenazó recientemente con dejar contratar publicidad en los periódicos que «atacan a Argelia o a Catar».
Argelia ocupa el puesto número 119, de 180 países, en la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa de Reporteros Sin Fronteras publicada en febrero de 2015.