EGIPTO | Balance de la libertad de información en Egipto un año después de la elección del Presidente Morsi

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| Balance de la libertad de información en Egipto un año después de la elección del Presidente Morsi
30.06.2013 11:18

Reporteros Sin Fronteras manifiesta su gran preocupación por el estado de la libertad de información en Egipto, un año después de la elección de Mohamed Morsi como Presidente. «Tras la caída del régimen de Hosni Mubarak, en febrero de 2011, creció la esperanza de asistir a un verdadero cambio en lo que respecta a las libertades fundamentales, especialmente la de información, tan importante para las construcción de cualquier democracia. Sin embargo, los cambios observados desde la elección de Morsi son preocupantes. La nueva Constitución, adoptada en 2012, no incluye las garantías necesarias para asegurar la independencia de los medios de comunicación. Se han producido denuncias a periodistas, que además ahora se han convertido también en blanco de agresiones que quedan impunes la mayoría de las veces», advierte Reporteros Sin Fronteras.

«Estas violaciones a la libertad de información reflejan un deseo del Gobierno y del partido en el poder de controlar la cobertura de los medios de comunicación para evitar que dañe su imagen o promueva manifestaciones en su contra», añade RSF.

Ampliación de poderes del Presidente

El Presidente Morsi amplió sus poderes por Decreto, el 12 de noviembre de 2012. «Las declaraciones, decisiones y leyes promulgadas por el Presidente, son definitivas y no están sujetas a apelación», recogía el texto, que autorizaba al presidente a «tomar cualquier decisión para proteger la revolución».

Después de varias manifestaciones en contra, el Presidente decidió revocarlo, el 8 de diciembre de 2012, pero la oposición describió el acto como una «maniobra política destinada a engañar a los ciudadanos», por manter el referéndum de aprobación de la nueva Constitución para el 15 de diciembre. Una Carta Magna que ha sido ampliamente criticada por «islamizar la legislación» y por su falta de garantías para las libertades fundamentales, especialmente la libertad de expresión, información y religión.

Nueva Constitución

Reporteros Sin Fronteras escribió al Presidente Morsi, el 5 de diciembre de 2012, para manifestarle su preocupación por el texto final de la Constitución. La organización manifestó su sorpresa por la velocidad con la que fue aprobada: después de estar estancada durante meses, sus 234 artículos terminaron siendo aprobados en una sesión maratoniana del 29 al 30 de noviembre. La oposición boicoteó el proceso denunciando que estaba controlado por islamistas.

«El texto contiene algunas garantías de protección para algunos derechos, pero merma otros», advierte Reporteros Sin Fronteras. «No hace ninguna mención a la legislación internacional sobre libertad de expresión y deja todas las decisiones en manos de los tribunales y los legisladores. Algunos de sus puntos son claramente represivos por ambiguos. Su grado de imprecisión abre la puerta a la interpretación arbitraria, y sigue dando a los jueces la posibilidad de cerrar o confiscar un medio de comunicación», añade la organización. A continuación el desglose de los artículos que afectan a la libertad de información:  

  • El artículo 45 garantiza la libertad de pensamiento y opinión: «Todo individuo tiene derecho a expresar su opinión y exponerla verbalmente, por escrito, en una ilustración o en cualquier otro tipo de publicación o expresión». Sin embargo, los artículos 33 y 44 prohiben el «insulto a los seres humanos y al profeta».
  • El artículo 31 da el poder a las autoridades para denunciar y condenar a periodistas que critiquen al Gobierno. El artículo 2 declara que «los principios de la Sharia» son las «principales fuentes de legislación», como la Constitución anterior. Pero en ésta, un nuevo artículo establece que debe ser interpretada siguiendo la doctrina Suní, que permite una interpretación estricta de la Sharia.
  • El artículo 10 describe al Estado como «protector de la moralidad», pero este concepto no está definido en la Constitución, permitiendo una interpretación arbitraria. El artículo 81 restringe las libertades y los derechos individuales a que su práctica «no entre en conflicto con los principios del Estado descritos en la Constitución».
  • El artículo 47 garantiza el derecho a la información, a acceder a datos, documentos y estadísticas. Pero lo supedita a que no entre en conflicto con «el derecho de un tercero o la seguridad nacional».
  • Los artículos 48 y 49 garantizan el principio de libertad, pero queda en el aire el de la libertad de crear un medio de comunicación, que está sujeto a una «notificación» y no a una mera «declaración» de la creación de dicho medio. Tampoco se especifica si los legisladores se someterán a la legislación internacional estándar a la hora de regular la creación y actividades de una radio o televisión.
  • A los medios de comunicación en Internet se les atribuyen las mismas libertades que los medios tradicionales, pero un juez puede ordenar el cierre de un medio y no está establecida en la Constitución una prohibición expresa de controlar los medios de comunicación. (Artículo 48).
  • El artículo 215 otorga al Consejo Nacional de Medios la posibilidad de regular, no sólo las radios y televisiones, sino también los medios escritos y los que difunden en Internet. Este artículo contradice el principio de autorregulación que debería prevalecer en todos los medios de comunicación. Las funciones del Consejo incluirían la función de vigilancia para garantizar que los medios de comunicación respeten a la sociedad y a los valores egipcios. La legislación no establece ningún apartado que garantice la independencia de dicho Consejo.

Medios de comunicación del Estado bajo el control del partido gobernante

El 8 de agosto de 2012, seis semanas después de tomar posesión, el Presidente Morsi encargó al Consejo de la Shura que nombrara a nuevos directores y editores de los medios de comunicación públicos. Muchos de ellos eran conocidos aliados del partido en el poder, el FPJ, y su nombramiento puso de manifiesto una brusca ruptura con el pasado, cuando los medios de comunicación públicos eran muy hostiles con los Hermanos Musulmanes.

Los profesionales de los medios de comunicación estatales expresaron su rechazo a estos nombramientos y pidieron que sus directores y editores fuesen electos o nombrados por un cuerpo independiente. Después de esta medida, los medios de comunicación públicos han dejado, por ejemplo, de difundir críticas a los Hermanos Muslumanes. «Estas prácticas perpetúan los métodos del régimen de Mubarak y mantienen la senda del control gubernamental de los medios, que deberían sin embargo funcionar como un servicio público. La independencia de los medios de comunicación públicos es un pilar fundamental para la construcción de la libertad de información», recuerda RSF.

Denuncias y detenciones

Según el abogado Damal Eid, que dirige la Red Árabe para la Información de los Derechos Humanos (ANHRI, en sus siglas en inglés), en los primeros 200 días de mandato de Morsi se cuadruplicó el número de denuncias por «insultar al presidente» de las presentadas en 30 años de Gobierno de Mubarak.

La mayoría fueron presentadas por los abogados del Presidente, que pertenecen a los Hermanos Musulmanes, y han tenido un curso legal gracias al nuevo fiscal general, nombrado por Morsi, Talaat Abdallah.

El tribunal de apelación de El Cairo anuló el nombramiento de Abdallah por considerarlo contrario a las leyes de la judicatura. Pero la orden continúa sin aplicarse y el nuevo fiscal sigue en su puesto. Su proximidad a Morsi es conocida y su nombramiento simboliza el grado de interferencia del poder ejecutivo en el poder judicial egipcio.

El humorista Bassem Youssef lleva siendo objeto de repetidas denuncias por criticar abiertamente a los Hermanos Musulmanes en su programa semanal Al-Barnameg. Ha sido acusado de «insultar al Presidente Morsi», «insultar al Islam», «expandir el ateísmo», «poner en riesgo la seguridad pública», «difundir rumores e información falsa» e «insultar a Pakistán».

Pero no se trata de un caso aislado. El número de denuncias va en aumento y afecta a reporteros, presentadores de televisión, editores, caricaturistas y todo el que critique abiertamente al Gobierno o exprese una opinión que difiera de la de éste. Algunos ya han sido juzgados, otros esperan serlo. «Estas denuncias alimentan claramente la autocensura», denuncia RSF.

El 10 de abril de 2013, el Presidente Morsi anunció la retirada de todas las denuncias por «difundir rumores falsos sobre el Presidente» presentadas por sus asesores legales contra los periodistas. «Es un paso en la dirección correcta, pero deberían retirarse también todas las denuncias por insultar al Presidente o a la religión», pide RSF.

El freelance Mohamed Sabry fue detenido, en enero de 2013, mientras filmaba en una zona militar de la ciudad de Rafah. Sabry elaboraba un informe para Reuters sobre la decisión de las fuerzas armadas de prohibir la compra de tierras en la frontera. Fue puesto en libertad, pero espera un juicio militar que se pospone constantemente. «Es irónico que los Hermanos Musulmanes hayan criticado el enjuiciamiento de periodistas en tribunales militares antes de llegar al poder», recuerda RSF.

Amenazas y agresiones a periodistas

Reporteros Sin Fronteras también quiere recordar la cantidad de agresiones que han sufrido, y sufren de forma creciente, los informadores en Egipto.

«Los periodistas se han convertido en blanco deliberado de agresiones, mientras las autoridades demuestran poco interés en protegerles, a pesar de la tensión política que vive el país. La impunidad reina también para estos ataques. Pocas son las investigaciones que se hacen sobre estos actos de violencia, muchas menos las independientes e imparciales», lamenta la organización.

Los discursos de odio hacia los periodistas que pronuncian muchos salafistas y simpatizantes de los Hermanos Musulmanes  también quedan impunes. Entre otros comentarios violentos, han llegado a pedir «una purga del mundo mediático», y han acusado a los medios de comunicación de «dividir al país» y de querer «derrocar al Gobierno».

Los políticos también son responsables con mucha frecuencia de estos mensajes de odio. El Sindicato de Periodistas egipcio ya denunció un discurso del Presidente Morsi, el 25 de marzo, y advirtió de la «campaña de intimidación e incitación al odio hacia los periodistas».

Según el Comité de Protección de Periodistas (CPJ), 67 informadores han sido agredidos en los 12 meses de presidencia de Morsi, en muchos casos fueron blanco de los simpatizantes del Presidente mientras cubrían los enfrentamientos con la oposición.

Reporteros Sin Fronteras denunció las agresiones a periodistas por parte de los simpatizantes del Presidente en los enfrentamientos frente al palacio presidencial, el 6 de diciembre. El periodista Al-Hosseiny Abu Deif murió seis días después, víctima de una herida en la cabeza por una bala de goma.

Según el Comité de Protección de Periodistas, al menos 14 periodistas fueron atacados, los días 16 y 17 de marzo, en las manifestaciones frente a la sede de los Hermanos Musulmanes, en El Cairo. Ocho de ellos por miembros y simpatizantes de los Hermanos Musulmanes y el resto por la policía.

El 11 de junio, en Aswan, el líder local de los Hermanos Musulmanes, Wahid Hassan agredió deliberadamente a los periodistas Doaa Abou El Nasr, de Al-Fager, y Mahmoud Malik, de Al-Watan. Ambos presentaron una queja contra Hassan, pero no se tomó ninguna medida al respecto. Por el contrario, este último presentó otra queja contra cinco periodistas que fueron interrogados durante seis horas antes de ser puestos en libertad.

Las sedes de los medios de comunicación también han sufrido la hostilidad de la tensión política del país. El 21 de noviembre de 2012, la oficina en El Cairo de Al-Jazeera fue atacada con cócteles molotov, y el 9 de marzo de 2013,  fue incendiada la sede del periódico Al-Watan.