IRÁN | Las autoridades iraníes descuidan la salud de los periodistas presos
Reporteros Sin Fronteras (RSF) expresa su extrema preocupación por las condiciones carcelarias de los periodistas y periodistas ciudadanos detenidos en Irán, especialmente los que están enfermos o en huelga de hambre. La situación de Soheil Arabi, Mehdi Khazali y Ehssan Mazndarani es particularmente alarmante.
Cada vez más presos iraníes, incluidos los periodistas, están arriesgando sus vidas haciendo huelgas de hambre para protestar contra las condiciones carcelarias, los malos tratos, o simplemente para exigir atención médica adecuada.
Soheil Arabi, periodista ciudadano detenido desde diciembre de 2013, ha estado en huelga de hambre durante los últimos 25 días como protesta por la forma en que los servicios de inteligencia de la Guardia Revolucionaria han estado acosando y amenazando a su esposa, Nastaran Naimi.
Naimi fue detenida en su casa por agentes de inteligencia vestidos de civil en julio y estuvo retenida durante ocho días. Desde entonces, ha sido constantemente acosada y amenazada, y fue despedida de su trabajo a petición de ellos.
La familia de Arabi dice que se encuentra en una condición crítica porque no ha comido nada desde el 23 de septiembre.
Mehdi Khazali, crítico editor del blog Baran, fue detenido en una calle de Teherán por hombres vestidos de civil el 12 de agosto y, según su familia, lleva en huelga de hambre desde que lo detuvieron.
El fiscal de Teherán puso esto en duda un mes después de su detención. «No está en huelga de hambre, a pesar de lo que dicen los medios enemigos en el extranjero», insistió el fiscal. «Está bien y su familia lo vio la semana pasada». La familia no lo ha confirmado.
Khazali había criticado abiertamente al jefe de la autoridad judicial en los meses previos a su detención. Fue condenado a 14 años de prisión en 2011.
Ehssan Mazndarani, periodista del diario Farhikhteghan detenido en noviembre de 2015 , está en muy mal estado de salud, pero aún sigue detenido a pesar de un reglamento que exige a las autoridades penitenciarias proporcionar a los detenidos enfermos la atención médica que necesitan.
Sus familiares dicen que están extremadamente preocupados por él porque ya no puede tragar agua y las autoridades de la prisión se niegan a autorizar una gestión para que los médicos forenses puedan examinarlo.
RSF señala a las autoridades iraníes que están obligadas a respetar tanto las leyes y los reglamentos de Irán * como las normas internacionales ** establecidas en la Declaración Universal de Derechos Humanos y en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, de los que Irán es signatario.
Irán ocupa el puesto 165, entre 180 países, en la Clasificación Mundial 2017 de la libertad de prensa que publica Reporteros Sin Fronteras. Más sobre el país, en el Informe Anual de la organización.
* Según con las regulaciones carcelarias de Irán, adoptadas por el órgano judicial que supervisa el sistema penitenciario, se supone que los funcionarios de la prisión deben proporcionar a los detenidos cualquier atención médica que necesiten. Los artículos 102 y 103 del reglamento dicen que «los controles médicos mensuales son obligatorios en la clínica penitenciaria» y que «si es necesario, el detenido debe ser trasladado urgentemente de la prisión al hospital». Estas regulaciones también dicen que el juez a cargo del caso es responsable de la salud y la seguridad de cualquier preso con una enfermedad grave e incurable.
** De conformidad con el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, firmado por Irán,, privar a los detenidos de asistencia médica constituye una violación de la prohibición de la tortura y otros tratos crueles, inhumanos o degradantes.