LIBIA | La OTAN ataca la sede de la televión estatal Al-Jamahiriya
Reporteros Sin Fronteras condena los ataques de la OTAN en Tripoli, el 30 de julio, a la sede de la televisión de propiedad estatal Al-Jamahiriya. Según la cadena, tres de sus periodistas han sido asesinados y otros 21 han resultado heridos en los ataques aéreos, aunque esta información está aún sin verificar. La OTAN ha reconocido varios ataques aéreos para silenciar las «emisiones del terror» del régimen y detener el «uso de la televisión por satélite para intimidar al pueblo libio e incitar a actos violentos».
«La imposibilidad de verificar la información con inmediatez recuerda, una vez más, la dificultad de saber lo que sucede en una guerra cuando no hay periodistas sobre el terreno o se les restringe su actividad. Reporteros Sin Fronteras hace un nuevo llamamiento a las autoridades de Trípoli para que dejen a los periodistas trabajar libremente», ha manifestado el secretario general de la organización, Jean-François Julliard.
«Recordamos a la OTAN que los medios de comunicación son instalaciones civiles y no pueden ser considerados como objetivos militares» -continúa Julliard- «Aun si fuera cierto que Al-Jamahiriya estuviese claramente manipulada por el régimen de Gaddafi, los ataques a la cadena nunca estarían justificados. Para reducir al mínimo la propaganda y las amenazas del régimen se deben utilizar otros medios, como el apoyo a los medios de comunicación independientes».
Reporteros Sin Fronteras hace un llamamiento para que se investiguen las circunstancias de estos ataques aéreos. Los ataques militares contra instalaciones civiles constituyen crímenes de guerra y graves violaciones de los Convenios de Ginebra. Es fundamental establecer quién ha sido el responsable.
Esta no es la primera vez que la OTAN se centra en los medios de comunicación. Una comisión de la Corte Penal Internacional ya condenó a la organización por el atentado a la sede de la televisión serbia, en 1999. La comisión determinó que las actividades propagandísticas de la emisora no eran justificación suficiente para convertirla en un objetivo militar legítimo.
En 2003, en Bagdag, la coalición entre EE.UU. y Reino Unido dirigió varios ataques deliberados contra el Hotel Palestina (utilizado como base por muchos de los periodistas extranjeros que operan en Bagdad); las oficinas de las cadenas árabes Al-Jazeera y Abu Dhabi TV; y la sede de la televisión nacional iraquí. Hechos también condenados enérgicamente por Reporteros Sin Fronteras.