SIRIA | Mazen Darwish, Hussein Ghareer y Hani Al-Zitani, víctimas de la implacable censura siria
Reporteros Sin Fronteras reitera su llamamiento para que sean puestos en libertad el director del Centro Sirio de Medios y Libertad de Expresión (SCM), Mazen Darwish, y dos de sus colaboradores, Hussein Ghareer y Hani Al-Zitani, detenidos desde febrero de 2012 y símbolos la de terrible represión que sufren los periodistas sirios y la sociedad civil del país desde hace cuatro años. Su juicio está previsto para este 25 de marzo.
Cuatro años de represión y tres de silencio
Mazen Darwish -apadrinado por periodistas españoles dentro de la campaña de apoyo a periodistas encarcelados de la Sección Española de Reporteros Sin Fronteras-, Hussein Ghareer y Hani Al-Zitani fueron detenidos, junto con otros empleados del Centro Sirio de Medios de Comunicación y Libertad de Expresión, el 16 de febrero de 2012, cuando oficiales de inteligencia de la Fuerza Aérea atacaron la sede de la organización en Damasco.
A los tres detenidos se les abrió un proceso en febrero de 2013 acusados de «publicar información sobre acciones terroristas». El juicio se suspendió y se ha aplazado en varias ocasiones desde entonces. Dos de sus colegas,Mansour Omari y Abd al-Rahman Hamada, fueron puestos en libertad bajo fianza el 6 de febrero de 2013, pero sus procesos continúan abiertos.
La acusación se refiere explícitamente a sus actividades en el SCM, que, según las autoridades, constituyen un intento de «desestabilizar la situación interna de Siria con el objetivo de hacer que las organizaciones internacionales condenen Siria en los foros internacionales».
Estas actividades incluyen el seguimiento, difundido vía Internet, de la actualidad de la oposición siria, así como la publicación de informes sobre derechos humanos y sobre la situación de los medios en Siria. También llevan un registro de los nombres de los detenidos, desaparecidos, investigados, o asesinados durante el conflicto sirio.
«Nos tememos que habrá otro aplazamiento en este juicio, lo que vendrá a ser una nueva muestra de desprecio del gobierno sirio por los principios más básicos de la justicia y el derecho internacional», ha dicho Yara Bader, responsable del SMC y socia de Darwish. «Este desprecio sigue alimentando el conflicto en Siria y alentando el extremismo y el terrorismo».
Hace un año – poco después de aprobarse la Resolución 2139 del Consejo de Seguridad de la ONU del 22 de febrero 2014, que exigía la liberación de todos los detenidos arbitrariamente en Siria – Reporteros sin Fronteras y otras 60 organizaciones de derechos humanos condenaron el séptimo aplazamiento consecutivo de este juicio por parte del presidente del tribunal antiterrorista de Damasco.
«Ya es hora de que las autoridades sirias pongan fin a estos más de tres años de detención arbitraria y de violación flagrante del derecho a un juicio justo de Darwish, Ghareer y Zitani», denunció la directora de programas de Reporteros Sin Fronteras, Lucie Morillon.
«En respuesta a los comentarios del Secretario de Estado de EEUU, John Kerry, el 15 de marzo, el presidente sirio, Bashar al-Assad dijo que ‘siempre escucha’, pero nuestra organización, así como la sociedad civil siria y el mundo entero siguen esperando ‘actos’ por parte del mandatario sirio”.
«Mientras los horrores perpetrados por el Estado Islámico o el Frente Al-Nusra parecen eclipsar las atrocidades cometidas durante estos cuatro años por el régimen de Damasco ante los ojos de ciertos representantes de la comunidad internacional, el destino de Darwish y de sus colegas de muestra que a todos les mueve el deseo común de suprimir la libertad de información».
La prensa, enemigo común de todos los contendientes en Siria
Los periodistas extranjeros y sirios, profesionales o no, son víctimas de la violencia y las represalias en toda Siria, donde se han convertido en objetivos tanto para las fuerzas gubernamentales, como para los grupos armados de oposición y los miembros del Frente Al-Nusra, el Estado islámico y otras milicias extremistas.
Entre las víctimas más recientes se cuentan tres periodistas sirios de Orient TV – Youssef Mahmoud El-Dous, Rami Adel Al-Asmi y Salem Abdul-Rahman Khalil – que murieron cuando un misil impactó en su automóvil durante los enfrentamientos entre las fuerzas gubernamentales y los rebeldes en el sur provincia de Deraa, el 8 de diciembre.
El periodista japonés Kenji Goto se convirtió en el tercer periodista extranjero víctima de la barbarie del Estado Islámico el 31 de enero, cinco meses después de la decapitación de los periodistas estadounidenses James Foley y Steven Sotloff.
Al menos 43 periodistas profesionales y 127 periodistas ciudadanos han sido asesinados desde el inicio del conflicto, en 2011. Otros 50, aproximadamente, comparten el destino de Darwish y sus colegas: una prolongada detención arbitraria en alguna de las muchas cárceles de Siria.
Según el recuento de Reporteros Sin Fronteras cuenta, al menos 20 periodistas sirios y cinco periodistas extranjeros han desaparecido o son rehenes de Estado Islámico y otros grupos extremistas armados.
Aparte de la violencia extrema del conflicto, la represión despiadada prolongada en los medios de comunicación sirios ha obligado a decenas de profesionales y periodistas ciudadanos a huir al extranjero. Sin embargo, muchos de los que se han marchado siguen temiendo por su seguridad en Líbano, Jordania, el Kurdistán iraquí e incluso Turquía.
Algunos han explicado a Reporteros Sin Fronteras que han recibido amenazas después de salir de Siria. Las fronteras son porosas para los periodistas –ciudadanos o profesionales- que buscan refugio, pero también lo son para las muchas clases de depredadores que buscan víctimas concretas.
Siria, uno de los países más peligrosos del mundo para los periodistas, ocupa el puesto 177, entre 180 países, en la Clasificación Mundial 2015 de la Libertad de Prensa de Reporteros Sin Fronteras. Más sobre el país, en el Informe Anual de la organización.