YEMEN | Los medios sufren el hostigamiento de los rebeldes en Saná
uchos periodistas, expuestos a que los declaren en busca y captura, han pasado a la clandestinidad
Reporteros Sin Fronteras muestra su preocupación ante el acoso al que los rebeldes del clan chiíta Houthi están sometiendo a los periodistas y medios de comunicación de la capital yemení, Saná, e insta a los rebeldes a respetar el alto el fuego del 21 de septiembre.
El terror ha reinado en Saná desde que los rebeldes lanzaron su ofensiva el 18 de septiembre. Los enfrentamientos con las fuerzas del gobierno se han intensificado desde entonces, a pesar del alto el fuego. Los rebeldes aún controlan algunos edificios oficiales, entre ellos la radio estatal y la televisión.
El 23 de septiemnbre, el brazo armado de Houthi asaltó la casa del director de la Fundación, Mohamed Ahmed Hadari, y secuestró a un miembro de su familia. También saquearon el local donde está radicada, que es propiedad del general Ali Mohsen Ahmar, el editor del diario Akhbar .
Ese mismo día, Mohamed , un fotógrafo que ha adquirido cierta relevancia desde que su cobertura de la revolución de 2011, fue detenido por los rebeldes mientras caminaba por una calle del distrito de Al-Sanina. Lo interrogaron, confiscaron su teléfono móvil y lo liberaron unas horas más tarde.
Después del ataque a la de dos periodistas el pasado 19 de septiembre, la cadena privada Yemen Shabab ha decidido trasladarse a un lugar secreto y que sólo emite programas antiguos, por temor a volver a ser asaltada. Este miedo es compartido por muchos profesionales de la información que, preocupados por su seguridad, han pasado a la clandestinidad y se autocensuran por temor a represalias.
En un intento de rearme, los rebeldes han saqueado viviendas entre las que se incluyen las de periodistas como Moubarak Achoual, de Masdar y Youssef , que trabaja también para este mismo periódico y la cadena Al-Jazeera. La casa de Abdelghani Shamiri, exdirector general de la televisión nacional, también ha sido registrada.
Los rebeldes controlan la sede de Suhail TV desde el 22 septiembre. Desde ese momento, se ha prohibido el acceso tanto a miembros del sindicato de periodistas y como a activista defensores de los Derechos Humanos que querían evaluar la magnitud de los daños a esta cadena, que es propiedad del jeque Hamid Ahmar.
Cabe recordar que, al firmar el alto el fuego, los rebeldes se negaron a suscribir un apéndice sobre el desarme de las milicias en la capital y provincias circundantes. Tampoco se han comprometido por escrito a la retirada de Saná, Jawf y Amran, en los próximos 45 días.
Este momento convulso, salpicado de ataques a los medios de comunicación, no sólo pone en peligro la transición política en Yemen, sino que también deja en el aire libertades fundamentales como la libertad de información.
