En un momento en el que los medios cumplen una función crucial en la publicación de información fiable sobre la epidemia de Covid-19, Reporteros Sin Fronteras (RSF) expresa su alarma por el aumento del acoso en internet a periodistas, en todo el mundo y a menudo a instancias de políticos y partidos políticos. La organización pide a las plataformas digitales que intensifiquen sus esfuerzos para proteger a los periodistas.
En muchos países, los periodistas están siendo sometidos a campañas de acoso digital, diseñadas para silenciarlos, porque cuestionan la información que las autoridades proporcionan sobre la epidemia de Covid-19. Los casos examinados por RSF muestran que estas campañas de odio en línea -ya sean emprendidas por ejércitos de troles, individuos aislados o partidarios de formaciones políticas-, suelen estar alentadas por los políticos y no reciben una respuesta adecuada por parte de las plataformas.
En el subcontinente indio hay muchas campañas de este tipo. En India, la periodista Vidya Krishnan ha sido objeto de constantes insultos sexistas y amenazada con agresión, violación y asesinato en las redes sociales desde que escribió un artículo que describe la «insensibilidad» de la respuesta del gobierno indio a la Covid-19.
En la vecina Bangladesh, los medios progubernamentales han estado acusando al bloguero bangladesí exiliado en Francia Pinaki Bhattacharya de difundir noticias falsas sobre el gobierno desde que señaló la respuesta del ejecutivo bangladesí a la epidemia. A finales de marzo, perdió dos veces el acceso a su perfil de Facebook durante varios días porque lo dieron por muerto.
Después de que el periodista afgano Mortaza Behboudi cubriera la situación en los campos de refugiados en la isla griega de Lesbos para el canal de televisión franco-alemán Arte, el líder del partido Recrear Grecia, Thanos Tzimeros, lo acusó de difundir «mentiras monstruosas» y desde entonces lo han amenazado en Twitter con agredirle físicamente.
Europa no se ha salvado. En algunos casos, los políticos han alentado los ataques online. El periodista y corresponsal de RSF en Eslovenia, Blaž Zgaga, que presentó oficialmente una solicitud de información sobre la pandemia de Covid-19 ante las autoridades de Liubliana, ha sido víctima de amenazas alimentadas, entre otros, por el primer ministro esloveno.
Ana Lalić, periodista del diario digital serbio Nova.rs, ha sido blanco de una campaña de odio similar. Comenzó cuando un hospital local la demandó por informar de que carecían de equipo médico. Desde entonces, ha sido amenazada y perseguida en las redes sociales, y el primer ministro serbio la acusó de difundir noticias falsas. El hostigamiento fue un paso más allá el 15 de abril, cuando se encontraron anuncios pagados con su nombre, su foto y una descripción de ella como «Enemiga pública número 1» en la tienda de descarga de aplicaciones de Google Play Store.
En España, en el corazón de la Unión Europea, el partido de extrema derecha VOX ha intensificado su hostigamiento en internet contra periodistas críticos, especialmente contra Ana Pastor, presentadora del canal de televisión La Sexta. Los verificadores de datos españoles también se han visto atacados desde el comienzo de la crisis del coronavirus.
Criticar a los grupos del sector privado que sacan provecho de la pandemia también está resultando peligroso. Desde que Salvo Palazzolo, periodista del periódico italiano La Repubblica, informase de que el hermano de un jefe de la mafia encarcelado estaba utilizando la pandemia para aumentar su influencia en los distritos de bajos ingresos de Palermo, Palazzolo ha sido objeto de una ola de mensajes de odio en las redes sociales, en las que ha sido llamado «periodista repugnante» y «bastardo», y todos los periodistas han sido descritos como «peores que el coronavirus».
«Es muy alarmante ver a los políticos fomentando el odio en internet contra los periodistas solo porque no están cubriendo la crisis de Covid-19 como a ellos les gustaría», denuncia el secretario general de RSF, Christophe Deloire. “Las campañas de odio en línea resultantes representan una seria amenaza para la seguridad de los periodistas y para las propias democracias. Esta pandemia sin precedentes es una oportunidad única para resolver un problema sistémico en las plataformas digitales. Además de la crisis de la Covid-19, las plataformas deben comprometerse a una mayor transparencia en la forma en la que moderan el contenido y lo que hacen para combatir el acoso a los periodistas».
Varias plataformas –entre las que se cuentan Twitter, Facebook y YouTube-, anunciaron a finales de marzo que, como medida de seguridad para sus empleados, estaban intensificando el uso de sistemas automatizados para detectar y eliminar contenido de este tipo (lo que infringe sus reglas de moderación) y para desactivar las cuentas implicadas.
Sin embargo, estas decisiones podrían tener un efecto negativo en los periodistas y en el acceso a la información y a las noticias fiables. La capacidad limitada de la inteligencia artificial para identificar contenido claramente ilícito subraya la importancia de los moderadores humanos. Además, como resultado de la reducción del número de sus moderadores, algunas plataformas han dicho que solo podrán examinar el contenido potencialmente más dañino.
En el contexto de la pandemia, RSF hace un llamamiento a las plataformas para que:
- Se comprometan públicamente a detener exclusivamente la moderación de contenido impulsada por Inteligencia Artificial (IA) después de la crisis sanitaria. Los algoritmos pueden ser una ayuda en la moderación del contenido, pero no deben tomar decisiones sobre la eliminación de contenidos, ya que no pueden evaluar el cumplimiento de las normas sobre libertad de expresión y el contexto del contenido y, por lo tanto, son propensos a identificar erróneamente el contenido legal.
- Establezcan mecanismos para notificar contenidos ilegales y aumentar la visibilidad de dichos mecanismos. Los procedimientos de notificación deben ser transparentes, fáciles de usar y de entender.
- Fortalezcan los mecanismos de recurso contra la decisión de eliminar contenidos. Estos mecanismos también deben ser transparentes, de uso sencillo y fácilmente comprensibles.
- Los procedimientos de notificación y de apelación no deberían alargarse para disuadir a los usuarios de recurrir a ellos.
- Publiquen un informe de transparencia tras la pandemia de Covid-19. Este informe debe incluir datos sobre las operaciones de moderación realizadas a petición de los gobiernos, los usuarios o por iniciativa propia.
RSF también ha formulado recomendaciones generales para plataformas que puede descargarse, en inglés, en la web de RSF Internacional.