Afganistán | El retroceso en las políticas de asilo atrapa a los periodistas en la trampa talibán

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Desde la toma de Kabul el 15 de agosto de 2021, los talibanes han reforzado su arsenal represivo contra la prensa, obligando a los periodistas a huir del país. Desde hace cuatro años, no dejan de llegar solicitudes de asilo a países donde esperan continuar su labor informativa, mientras que las posibilidades de acogida son cada vez más escasas. Reporteros Sin Fronteras (RSF) denuncia la implacable represión de las autoridades talibanes contra los profesionales de los medios e insta a los países terceros, ya sean de tránsito o de acogida, a que les permitan ponerse a salvo de los graves riesgos de represalias a los que se enfrentan en Afganistán.

Desde su regreso al poder, el 15 de agosto de 2021, hace ahora cuatro años, los talibanes han impuesto la censura y obstaculizado el trabajo de los periodistas, en particular de las mujeres, y de los medios, doce de los cuales han cerrado solo en el año 2024. También han detenido a más de 165 profesionales de la información. Algunos han sido torturados o amenazados. Los días 22 y 23 de julio, cuatro profesionales y trabajadores de medios  fueron encarcelados.

Un periodista de unos treinta años que trabaja en la dirección editorial de un canal de noticias con sede en Kabul relata a RSF su día a día bajo el régimen talibán. No revelamos su nombre por motivos de seguridad. El reportero explica que, en varias ocasiones, ha sido intimidado mientras realizaba coberturas por talibanes armados con metralletas y amenazado con represalias contra él y su familia. Su aspiración —«dar voz a la gente y promover la justicia de forma independiente y profesional»— se ha vuelto cada vez más difícil. Incluso ha visto cómo uno de sus colegas era despedido por orden de las autoridades por no cubrir una reunión oficial de los talibanes.

Con las restricciones y los riesgos cada vez mayores tras cada nueva declaración del régimen contra los medios, este periodista está pensando en exiliarse. Por el momento, ha instalado a su familia en un lugar que espera que sea seguro y vive solo en Kabul. «Mis recursos económicos solo me permitirían huir a Pakistán», precisa, sin ignorar la dura realidad de los periodistas afganos exiliados.

“Desde la toma de Kabul, el 15 de agosto de 2021, los talibanes no han dejado de reforzar su control sobre los medios de comunicación y los periodistas afganos. Estos hombres y mujeres, impulsados por su misión informativa, están expuestos a amenazas, detenciones y torturas. Tras cuatro años de régimen talibán en Afganistán, es intolerable constatar la inseguridad permanente, la incertidumbre y las dificultades a las que se enfrentan incluso en los países a los que han tenido que huir. La acogida de los periodistas afganos debe reevaluarse a la luz de la gravedad de esta crisis internacional. Ya se trate de países de tránsito o de acogida, todos los Estados deben ser conscientes del peligro que supone la devolución o la expulsión de estos profesionales de los medios y garantizar su protección, en particular mediante la concesión de visados”.

Martin Roux | Responsable del Área de Crisis de RSF

Denegación de visados o expulsión: cómo los países terceros ponen en peligro a los periodistas afganos en el exilio

Los periodistas afganos en el exilio se enfrentan tanto a la denegación de visados en los países a los que desean acudir para solicitar asilo, como a las dificultades para renovar sus permisos de residencia en los países de tránsito, lo que puede llevar a su expulsión a Afganistán. Este es el caso, en particular, de Pakistán, debido sobre todo a la reducción de la duración de los visados y al aumento de su coste. De los 80 periodistas afganos a los que RSF presta apoyo en Pakistán desde principios de 2025, 13 han sido expulsados a Afganistán durante ese mismo periodo, a pesar de que sus solicitudes de visado para terceros países estaban en trámite. Paralelamente, el Área de Asistencia de RSF constató en julio un número creciente de denegaciones por parte de las autoridades francesas de visados a periodistas afganos refugiados en Pakistán, cuando Francia es una de sus pocas opciones de exilio.

Uno de los periodistas apoyados por RSF recuerda su expulsión de Pakistán a Afganistán. El 31 de marzo, durante la celebración de la noche que marca el final del Ramadán, a la una de la madrugada, agentes de la policía pakistaní irrumpieron en su domicilio. «Nos quitaron la ropa, los documentos, todo, y nos agredieron físicamente a mí, a mi mujer y a mis hijos. Después de golpearnos, la policía nos metió en un vehículo», relata a RSF.

De vuelta bajo el control de los talibanes, este periodista corre el riesgo de sufrir más violencia, como subraya un informe de la ONU titulado «No hay refugio seguro», publicado a finales de julio, que señala a los profesionales de los medios expulsados como uno de los «grupos de población especialmente expuestos a represalias y violaciones de los derechos humanos por parte de las autoridades de facto». La ONU prevé que 3 millones de ciudadanos afganos se verán obligados a regresar a su país en 2025, especialmente desde Pakistán e Irán, los principales países de acogida de estos refugiados. Solo en Pakistán, un centenar de periodistas corren el riesgo de caer en la trampa talibán.

Desde 2021, RSF ha prestado apoyo a 654 periodistas afganos, el 86 % de ellos en el exilio. Gracias a esta ayuda, 169 de ellos se han reasentado en Francia, donde algunos continúan su actividad periodística, en particular a través de proyectos como Voices in Exile  (Voces en el exilio).