AFGANISTÁN | Los talibanes extorsionan a los medios independientes
Además de amenazar a menudo a los medios informativos de Afganistán, los talibanes han forzado en los últimos meses a medios de comunicación de varias provincias a pagar impuestos arbitrarios, lo que equivale al pago de un rescate, para poder continuar operando.
Entre los medios extorsionados se cuentan Ghaznavian, una televisión de propiedad privada con sede en la provincia de Ghazni, en el sureste del país.
«Los talibanes nos contactaron por teléfono a principios de la primavera y demandaron 400,000 afganis (25,000 euros), diciendo que era el impuesto que ahora están aplicando a los medios de todo el país. Después de varios recordatorios y amenazas, pagamos», explicó el director de Ghaznavian, Ahmad Farid Omari, el 19 de diciembre.
«Durante los últimos tres meses, los talibanes han estado pidiendo a los medios de comunicación sus cifras de facturación para calcular los nuevos impuestos que deben pagar, y luego enviarles cartas amenazantes y advertencias para que paguen», afirma Mohammad Aref Noori, jefe de la Unión de Periodistas y Medios de Ghazni.
Otras víctimas de la extorsión talibán son dos emisoras de radio, Radio Killid y Radio Sama, a las que se les pidió que proporcionaran sus cifras de facturación para poder calcular su tasa.
Los representantes de estas emisoras de radio dicen que alertaron de inmediato a las autoridades locales y nacionales, pero las autoridades afirman que los medios se negaron a proporcionar todas las pruebas de estas amenazas que se necesitaban para identificar y procesar a los responsables.
Al mismo tiempo, las autoridades aseguran que tienen la situación bajo control y que pueden garantizar la seguridad de estos medios de comunicación.
«A la luz de esta situación, proteger a los medios y los periodistas debe ser una prioridad para las autoridades afganas», sostiene Reza Moini, jefe del departamento para Irán y Afganistán de Reporteros Sin Fronteras (RSF). «Los talibanes son los enemigos de los medios y su objetivo es crear agujeros negros de noticias e información. Los medios y las autoridades deben encontrar juntos una solución para evitar que los talibanes tomen como rehenes a los medios y pidan rescates».
La seguridad se deteriora día a día. Las autoridades propusieron reforzar la protección en las dependencias de los medios, algo que puede ser efectivo, pero que tiene el inconveniente de alejar a los medios de su comunidad. La experiencia también demuestra que este tipo de protección no es útil en las ciudades pequeñas. No solo se trata de los medios de comunicación, sino también de sus periodistas y de otros empleados.
Omari, que es muy crítico con la falta de acción de las autoridades, dice que pagó el rescate para proteger su propia vida y las vidas de sus 18 empleados y porque no creía que las fuerzas de seguridad pudieran garantizar su seguridad. Ahora, después de haber hablado, Omari está amenazado no solo por los talibanes, sino también por las autoridades, que lo acusan de «colaborar con el enemigo».
Nueve meses después de estas amenazas, Radio Killid tuvo que recortar su plantilla y Radio Sama tiene dificultades financieras.
«Decidimos no pagar estos rescates e informamos a las autoridades sobre estas amenazas contra la emisora de radio y nuestros empleados en el lugar, pero no han hecho nada», declaró a RSF la directora general del grupo de medios Killid, Najiba Ayubi. «Ahora estamos transmitiendo por satélite, pero con solo dos técnicos. Han sido despedidos 16 empleados y no podemos cubrir las noticias locales».
Según la información recabada por Reporteros Sin Fronteras, otros medios de comunicación han pagado la extorsión. El portavoz talibán, Zabiollah Mojaeh, también confirmó que los talibanes han recibido estos impuestos. En realidad, el gobierno no tiene control total sobre las ciudades y pueblos de provincias.
Afganistán ocupa el puesto 120, entre 180 países, en la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa 2017 de Reporteros Sin Fronteras. Más sobre el país, en el Informe Anual 2017de la organización.