BIELORRUSIA | En vísperas de su simulacro de elecciones, RSF denuncia a Lukashenko ante la CPI por crímenes contra la humanidad cometidos contra periodistas

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Tras cinco años de una represión sin precedentes, Alexandr Lukashenko se presenta el domingo 26 de enero para un séptimo mandato presidencial al frente del país. En vísperas de este simulacro electoral, Reporteros Sin Fronteras (RSF) ha denunciado al régimen bielorruso ante la Corte Penal Internacional (CPI) por crímenes contra la humanidad, de los que los periodistas son un objetivo masivo.

«La farsa electoral debe desarrollarse sin sobresaltos, sin el contrapoder de los medios, y consagrar la victoria del dictador Lukashenko sobre cuatro candidatos títeres. Desde hace cinco años, el régimen bielorruso persigue meticulosamente a todas las voces independientes, empezando por los periodistas. Para hacer frente a la flagrante impunidad de la que goza, RSF presenta una denuncia por crímenes contra la humanidad materializados en la persecución de periodistas. Pedimos al fiscal Karim Khan que investigue y procese a los responsables».

Jeanne Cavelier | Responsable del Área de Europa del Este y Asia Central de RSF.

En vísperas de las elecciones presidenciales, los medios estatales se han movilizado para transmitir un mensaje que tilda a periodistas y medios independientes de “extremistas”, en línea con las leyes liberticidas adoptadas por el régimen de Alexander Lukashenko. Entre el 15 y el 17 de enero, el canal de televisión ONT emitió las entrevistas de uno de los propagandistas del régimen con tres periodistas encarcelados de Radyio Svaboda (el servicio bielorruso del medio estadounidense Radio Free Europe / Radio Liberty, RFE/RL) , Ihar Karnei, Ihar Losik y Andrei Kuznechyk. Como resultado de este acto intimidatorio y de la edición del vídeo, parecen estar expresando públicamente su arrepentimiento por su trabajo en RFE/RL, presentado como un medio extremista que difunde noticias falsas e incita a disturbios y al derrocamiento del gobierno.

Una política de Estado

Desde su controvertida reelección como presidente de Bielorrusia, en agosto de 2020, Alexander Lukashenko ha organizado un sistema de persecución generalizada y sistemática contra los periodistas, con el objetivo de aniquilarlos. Su crimen: haberse atrevido a cubrir entonces las manifestaciones pacíficas y sin precedentes que pedían unas elecciones honestas y transparentes, y la asunción del resultado. “El trabajo sistemático para restablecer el orden en el ámbito de la información está siendo culminado”, proclamó en 2021.

«Los hechos particularmente graves analizados por RSF a la luz del Estatuto y de la jurisprudencia de la CPI constituyen claramente crímenes contra la humanidad que se traducen en el encarcelamiento, la persecución y el desplazamiento forzoso de periodistas bielorrusos por su actividad periodística. Hay que romper el círculo vicioso de la impunidad. RSF pide al fiscal de la CPI que incluya los crímenes contra periodistas en su investigación preliminar. Acogemos con satisfacción que Lituania haya sometido a la CPI los crímenes perpetrados por Alexandr Lukashenko y pedimos a los demás Estados Partes del Estatuto de Roma que acogen a periodistas bielorrusos que se unan a Lituania y eleven el caso ante esta Corte”.

Antoine Bernard, director de Incidencia y Asistencia de RSF.

RSF ha documentado esta política de Estado con el apoyo de su socio, la Asociación Bielorrusa de Periodistas (BAJ), recopilando 589 casos de detenciones arbitrarias de profesionales independientes de los medios, en un país que hace cinco años contaba con unos 2.000. Al menos 43 periodistas permanecen en prisión, entre ellos Maryna Zolatava, ex directora del medio más leído del país, TUT.BY, cerrado por el gobierno en 2021.

Periodistas forzados al exilio

Detenciones masivas, arbitrarias, violencia, destrucción de material, borrado forzoso de imágenes, registros, cierre de medios, vídeos de confesiones forzadas, censura y presiones de toda índole… Estos actos de persecución contra la labor periodística de las víctimas, que constituyen en sí mismos crímenes contra la humanidad, han desembocado en un éxodo masivo de periodistas, principalmente a Polonia y Lituania. Este exilio forzoso se considera en sí mismo un crimen contra la humanidad por desplazamiento forzado de población.

Incluso en el extranjero, los periodistas no están seguros. El ilegítimo jefe de Estado ha instaurado un clima de terror tal que llegó a secuestrar un avión que cruzaba su espacio aéreo para detener a un bloguero exiliado, en mayo de 2021. Menos de 48 horas después de este acto sin precedentes, RSF presentó una denuncia contra Alexandr Lukashenko ante la Fiscalía General lituana por «secuestro con fines terroristas” y logró la apertura de una investigación. Además de los procedimientos penales in absentia y las presiones sobre los familiares que han permanecido en el país, las autoridades han llegado a embargar los bienes de algunos periodistas.

A los que se han quedado en Bielorrusia, a menudo por obligaciones familiares, renunciar a la profesión de periodista no les protege: las autoridades les atacan por publicaciones anteriores, la mayoría de las veces con acusaciones de “extremismo”. Por miedo a las consecuencias, sus familias se niegan, en ocasiones, a hacer pública su detención.

Represión generalizada

En su denuncia, RSF proporciona al fiscal de la CPI pruebas y estadísticas detalladas que ilustran el alcance y la gravedad de estos delitos, demostrando el carácter sistemático y auspiciado por el Estado del ataque contra los periodistas bielorrusos.

Detenciones y encarcelamientos desde agosto de 2020:

  • 589 detenciones injustificadas de profesionales de la información contra 397 periodistas. Algunos han sido detenidos varias veces.
  • 43 periodistas siguen encarcelados.

Desplazamientos forzados de periodistas bielorrusos (fuente: BAJ):

  • Entre 500 y 600 periodistas se han visto obligados a exiliarse.
  • Cerca de 200 se han refugiado en Lituania.
  • Cerca de 300 están refugiados en Polonia.

Bielorrusia se consolida, año tras año, como una de las mayores cárceles de periodistas del mundo:

  • Ocupó, en diciembre de 2024, el cuarto puesto en el ranking mundial de los países que más periodistas encarcelan en el mundo, por detrás de China, Birmania e Israel.
  • Es la primera cárcel de periodistas del mundo, si se tiene en cuenta la proporción de reporteros presos por habitante.