BIRMANIA | RSF pide al Presidente Thein Sein que investigue los crímenes de la dictadura militar contra los informadores

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| RSF pide al Presidente Thein Sein que investigue los crímenes de la dictadura militar contra los informadores
16.07.2013 17:08

Reporteros Sin Fronteras escribe hoy al Presidente birmano, Thein Sein, con motivo de su visita de dos días a Francia, para pedirle una investigación sobre los crímenes militares contra los profesionales de los medios de comunicación que tuvieron lugar en Birmania desde 1962.

Estimado Presidente Thein Sein,

Con motivo del aniversario de su primera visita a París como Presidente de la República de la Unión de Myanmar, Reporteros Sin Fronteras quisiera recordarle los crímenes cometidos por el anterior Gobierno militar de su país contra los periodistas, blogueros e informadores de todo tipo. El objetivo de esta carta es pedirle una Comisión de Investigación que combata la impunidad sobre estos crímenes, una impunidad que perdura desde 1962.

Han pasado dos años desde la creación de una comisión nacional de los derechos humanos en su país, y desde que se adoptaran las primeras reformas relacionadas con la libertad de información. Ahora que nos acercamos al 25 aniversario de la masacre del 8 de agosto de 1988, Reporteros Sin Fronteras quisiera trasladarle su preocupación por los pocos esfuerzos que se han hecho para acabar con la impunidad de estos crímenes sistemáticos contra los informadores que tuvieron lugar durante la dictadura.

Nuestra organización, que llegó a estar en una «lista negra» de organizaciones prohibidas en Birmania durante más de 20 años, no puede ofrecerle un compendio exhaustivo de todos los crímenes cometidos en ese periodo, pero sí apuntar algunos de los asesinatos relacionados con el ejercicio del periodismo, auspiciados por la dictadura militar, o el trato recibido en prisión por algunos informadores.

Las autoridades de Rangoon anunciaron, en una rueda de prensa, el 14 de mayo de 1991, la muerte de Ne Win, corresponsal del periódico japonés «Asahi Shimbun», encarcelado desde el 24 de octubre de 1990, que habría muerto en prisión por cirrosis. El Ejército le acusó de apoyar a la oposición, pero nunca se llegaron a presentar cargos contra él. Un mes después se informaba también de la muerte en prisión, el 11 de junio de 1991, del caricaturista Ba Thaw, también conocido como Maung Thaw Ka, según las autoridades, por un ataque cardiaco.

Siete años después, en agosto de 1998, Saw Win, editor del diario «Botahtaung», sentenciado en 1990 a diez años de cárcel, murió de un ataque cardiaco en la cárcel de Tharrawady. Sus familiares denunciaron que no había recibido el tratamiento médico adecuado.

En septiembre de 1990, Thar Win, fotógrafo del periódico gubernamental «Kyemon», murió en un centro de detención de los servicios de Inteligencia, poco tiempo después de haber sido detenido, tras la publicación en el periódico de una foto del general Khin Nyunt con el pie de foto: «el mayor estafador del mundo». Las autoridades también dijeron que había muerto de cirrosis.

El fotógrafo Tin Maung Oo, que solía trabajar para la Liga Nacional para la Democracia (NLD), murió tras ser golpeado en la cabeza cuando intentaba fotografiar un ataque a la activista Aung San Suu Kyi, el 30 de mayo de 2003.

El fotógrafo japonés Kenji Nagai, de la agencia japonesa «APF», murió por el disparo de un soldado en una manifestación en Rangoon, el 27 de septiembre de 2007, durante la Revolución del Azafrán. Su muerte dio la vuelta al mundo por ser una de las pocas, si no la única, que pudo ser grabada en directo. Un médico de la embajada japonesa confirmó posteriormente que la bala le había entrado por el pecho y llegado al corazón, corroborando la tesis de un disparo de frente.

Su compañero Tsutomu Haringey, contó a Reporteros Sin Fronteras que él y otros periodistas intentaron recuperar la cámara de Kenji Nagai «para rendir tributo a su trabajo». Pero otro video de un periodista birmano, publicado por los medios de comunicación japoneses, en 2007, muestra cómo un soldado confiscaba la cámara del fotógrafo asesinado. Seis años después, la familia de  Kenji Nagai sigue sin respuestas y todavía no se ha celebrado un juicio por su asesinato.

Reporteros Sin Fronteras urge al Presidente birnarmano a crear una comisión de investigación que combata la impunidad de estos crímenes, ahora que Birmania empieza una nueva página de su historia. El proceso de democratización, empezado por su Gobierno, Presidente Thein Sein, no estará completo sin un esfuerzo oficial para hacer justicia sobre estos asesinatos.

El principal objetivo de esta comisión debería ser investigar estos crímenes y establecer las circunstancias de la muerte de estos seis informadores, de 1991 a 2007. Además, deben investigarse también todas las demás muertes, abusos, torturas y encarcelamientos ordenados por la dictadura militar contra periodistas, blogueros y demás trabajadores de los medios de comunicación.

La comisión tampoco podría olvidar el reconocimiento a todos los crímenes cometidos contra periodistas, birmanos y extranjeros, desde el inicio del régimen militar. Reporteros Sin Fronteras ofrece su colaboración para las labores de documentación y registro de todo este periodo.

Haciéndose cargo de estas recomendaciones e impidiendo que estos casos queden impunes, usted dará un paso histórico en la reconciliación nacional de su país y en garantizar el respeto a los derechos humanos en Birmania.

Esperando una respuesta favorable por su parte,
reciba un cordial saludo,

Christophe Deloire,
Secretario General de Reporteros Sin Fronteras

Reporteros Sin Fronteras quiere recordar también la situación de la comunidad Rohingya, una de las minorías más perseguidas del mundo, según Naciones Unidas. RSF ha solicitado también el Presidente François Holande que pida a su homólogo birmano que garantice «la libertad de información en la cobertura de los conflictos que tienen lugar, en Arakan, con la comunidad Rohingya».  Hoy, RSF participará también en en conferencia de prensa sobre violaciones de la libertad de información, como la retirada del último número de Time Magazine en Birmania.