Sólo el colectivo de periodistas anónimos SOS Media Burundi asegura la continuidad de la información en el país, a pesar del clima general de terror y represión contra los medios de comunicación. Desde su diario digital y las redes sociales, sus colaboradores acometen una cobertura plural y neutra de los acontecimientos.
Las noticias escasean en Burundi, donde el gobierno cerró las emisoras de radio hace ocho meses y donde la mayoría de los gerentes de emisoras y los periodistas huyeron al exilio. Los periodistas que se quedaron casi nunca salen a causa del clima de terror y porque temen represalias arresto o de otra naturaleza.
SOS Media Burundi es prácticamente el único alivio para aquellos que buscan noticias en Burundi. Se trata de un colectivo de periodistas que surgió de forma espontánea en las 48 horas siguientes a la destrucción de las emisoras de radio durante el intento de golpe de estado de mayo de 2014 y que continúa dando cobertura anónima a los acontecimientos en este convulso país.
Con una web desde la que se emiten informaciones a través de SoundCloud, una página en Facebook y una cuenta de Twitter, este colectivo tiene estrictas políticas editoriales, presenta voces y puntos de vista de todas las partes, e informa exclusivamente de hechos verificados, absteniéndose de todo comentario o toma de postura.
Sus periodistas, equipados con teléfonos móviles inteligentes, informan de lo que ven en sus barrios, lo que abarca desde la violencia contra los civiles a las detenciones arbitrarias o los bombardeos. También informan de lo que dicen las autoridades en las ruedas de prensa. Los reportajes, textos y fotos, se discuten y examinan antes de ser publicados.
Para muchos medios de comunicación internacionales, organizaciones no gubernamentales y gobiernos extranjeros, SOS Media Burundi se ha convertido en la principal fuente de información sobre lo que está ocurriendo en el país.
Mientras Burundi se precipita a una guerra civil y las fuerzas de seguridad se van transformando en un cada vez más importante depredador de las libertades, el cerco sigue cerrándose sobre los periodistas sobre los periodistas que aún continúan sobre el terreno y que cubren, arropados por el anonimato, las constantes detenciones arbitrarias y palizas durante las detenciones. Al temor de estas represalias se añade un ambiente de inseguridad generalizada que los disuade de salir de sus casas.
Burundi ocupa el lugar 145, entre 180 países, en la Clasificación Mundial 2015 de la libertad de prensa de RSF y que evalúa la situación del país durante 2014. El cierre arbitrario de medios de comunicación y la persecución de los periodistas que acompañan a la crisis política que estalló en 2015 significa que es poco probable que Burundi mantenga esta posición en la lista de 2016.