Ceremonia del Premio Nobel: Ressa y Muratov representan a una profesión con al menos 1.636 asesinatos en 20 años (46 en 2021)
El Premio Nobel de la Paz se entrega el 10 de diciembre en Oslo a dos periodistas, la filipina Maria Ressa y el ruso Dmitri Muratov. Ambos profesionales de la información encarnan el conjunto de amenazas que pesa sobre el periodismo. ¿La peor de todas? Los asesinatos. En los últimos 20 años, más de 1.600 periodistas han sido asesinados; solo en 2021, la cifra se eleva a 46, según los datos de Reporteros Sin Fronteras (RSF).
Por primera vez en más de 80 años, el Premio Nobel de la Paz se entregará, el viernes 10 de diciembre, a dos periodistas: la filipina Maria Ressa y el ruso Dmitri Muratov. Los dos galardonados representan, según el Comité Nobel, «la valiente lucha en favor de la libertad de expresión”, en un momento en el que la democracia y la libertad de prensa se enfrentan a múltiples amenazas.
Estas amenazas quedan claramente reflejadas en el número de asesinados en la profesión. Según las estadísticas de RSF, durante los últimos 20 años han sido víctimas de homicidio por ejercer su labor al menos 1.636 periodistas, de los cuales 916 solo en la última década. Desde 2015, año en el que se aprobó la última resolución del Consejo de Seguridad de la ONU relativa a la protección de los periodistas (el secretario general de RSF intervino en esa sesión, previa a la adopción de la resolución 2222), el número de periodistas asesinados experimenta una caída continuada hasta los 46 registrados este año. Este descenso se explica tanto por factores estructurales, como coyunturales (ver a continuación).
«La entrega de este prestigioso galardón a dos periodistas, en un momento en el que el derecho a la información corre peligro por múltiples amenazas, nos honra y nos compromete”, declara el secretario general de RSF, Christophe Deloire. “Llamamos al despertar y la movilización de todas las partes afectadas, empezando por la ONU, pero también por los Estados y sus ciudadanos. La libertad para informar exige numerosas garantías, pero la primera de todas ellas, como es natural, es que los periodistas puedan seguir viviendo y trabajando, sin que una espada de Damocles penda sobre ellos. Aún persisten demasiados países que no protegen a los periodistas amenazados y ello contribuye a aumentar la inseguridad. Informar no debe matar”, añade.
La cifra de 46 periodistas asesinados en 2021 es la más baja registrada en los últimos 19 años y se explica principalmente por la menor intensidad de conflictos que fueron especialmente mortíferos entre 2012 y 2016 (Siria, Irak, Yemen). También es el fruto de la intensa movilización de las organizaciones en defensa de la libertad de prensa, especialmente de RSF, para implantar mecanismos de protección nacionales e internacionales, que, sin embargo, siguen siendo insuficientes. Por último, este descenso también obedece a que las redacciones envían cada vez a menos reporteros sobre el terreno, por la pandemia de Covid-19, pero también porque algunas regiones del mundo, como Libia o el Sahel, son demasiado peligrosas para los profesionales de la información, que se han transformado en objetivos.
Los dos premiados por el Comité Nobel en 2021 provienen de países considerados de los más peligrosos para los periodistas.
RSF publicará el conjunto de datos de periodistas asesinados, encarcelados, secuestrados y desaparecidos en 2021 el próximo 16 de diciembre.