CLASIFICACIÓN 2022 | La UNIÓN EUROPEA, entre dos extremos

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Mientras Noruega (1º) se mantiene en cabeza de la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa, Europa es el escenario de disparidades muy relevantes y la situación entre los dos extremos no hace más que acentuarse. Países antaño comunistas, como Estonia (4º) y Lituania (9º), entran en el “top 10” de los mejores clasificados del mundo, mientras que Países Bajos (28º) sale de este grupo selecto. Grecia (108º), por su parte, releva a Bulgaria (91º) a la cola de Europa.

Estas evoluciones dispares reflejan tres tendencias destacables: primero, el regreso de los asesinatos de periodistas en suelo de la Unión Europea. Giorgos Karaivaz, en Grecia (108º), y Peter R. De Vries, en Países Bajos (28º), fueron abatidos fríamente, al más puro estilo mafioso, en el corazón de dos metrópolis europeas. Mientras, los autores de los asesinatos de Daphne Caruana Galizia, en Malta (78º), y de Jan Kuciak, en Eslovaquia (27º), perpetrados antes de 2020, todavía no han sido condenados, pese a que ambos países han realizado ciertos progresos en la lucha por la justicia y las reformas en pro de la libertad de prensa.

Por otra parte, los periodistas han sido asimilados erróneamente a las autoridades y han tenido que hacer frente a una hostilidad virulenta por parte de manifestantes contrarios a las medidas de lucha contra el coronavirus. Esta violencia se ha traducido en un elevado número de agresiones físicas en Alemania (16º), en Francia (26º), en Italia (58º) y en Países Bajos (28º), así como en insultos y amenazas de toda índole y en todo el continente.

Además, algunos gobiernos de la Unión Europea y de países aledaños han endurecido las medidas liberticidas contra los periodistas, especialmente en Eslovenia (54º), en Polonia (66º), en Hungría (85º), en Albania (103º) y en Grecia (108º). Por su parte, Serbia (79º) ha logrado avances en la lucha contra la impunidad, mientras que la República Checa (20º) y Bulgaria (91º) han aliviado la presión política sobre el periodismo, tras el cambio de gobierno en ambos países. El Reino Unido (24º) destaca por su papel en el caso del fundador de Wikileaks, Julian Assange, abriendo la vía a su extradición a Estados Unidos (42º), tras un procedimiento que ha durado dos años. RSF ha luchado sin cuartel durante este período para que el caso de Julian Assange no siente un peligroso precedente para todos aquellos que, como él, contribuyen al periodismo.

Si bien las instituciones europeas han empezado a aplicar medidas de protección de los periodistas y de la libertad de prensa, y han emprendido un procedimiento contra Hungría por infringir el derecho comunitario, a la vez han vetado a los medios que difunden propaganda rusa. Lo han hecho en el contexto de la invasión de Ucrania (106º) ordenada por Vladimir Putin, sin un marco jurídico adecuado, lo cual podría servir de pretexto potencial para imponer medidas de castigo a medios europeos.