COLOMBIA | Cuatro años sin Borja Lázaro
Por Mayte Carrasco, miembro de la junta directiva de RSF España
«Hace ya cuatro años que Borja Lázaro, natural de Vitoria, desapareció sin dejar rastro en la localidad del Cabo de la Vela, un precioso paisaje lejos del mundo y que se encuentra enmarcado en lo más bello del Caribe colombiano. Es un lugar en el que cientos de turistas van a pasar sus vacaciones para hacer Kite surf y disfrutar de los parajes desérticos y aún vírgenes que ofrece toda la zona norte de la Guajira, con playas de ensueño de arena blanca y palmeras que casi la acarician.
Borja, miembro de RSF, no estaba de vacaciones, sino que siempre fue un enamorado de la fotografía documental y recorría el mundo buscando nuevas culturas que investigar e inmortalizar. En la Guajira descubrió a los místicos indígenas wayuu de la zona y sus rituales y mitología, de la cual da habida cuenta García Márquez en Cien años de Soledad. Se quedó inmediatamente prendado y quiso saber más, hasta el punto de lograr una exclusiva y acceder al llamado “ritual de los huesos”, una ceremonia íntima e inaccesible de los wayuu que resultó ser su último trabajo conocido y publicado en su blog.
Tras una noche de fiesta con amigos, Borja desapareció la madrugada del 7 al 8 de enero del 2014. Las circunstancias de su desaparición son confusas y en las diversas investigaciones que se han realizado durante estos cuatro años las fuentes y la información se contradicen constantemente. Lo único que se sabe a ciencia cierta es que salió del hostal en que se hospedaba de madrugada, descalzo, sin sus pertenencias, ni cámara ni pasaporte, en mitad de la nada y en medio de la oscuridad y el silencio del lugar, que ofrece la imagen de un manto de estrellas sin igual.
Durante todo este tiempo, la familia de Lázaro ha hecho llamamientos al Gobierno español para que muestre más implicación e interés a la hora de presionar a las autoridades colombianas para que resuelvan el caso. Sin embargo, los esfuerzos tanto de la Policía colombiana a través del Gaula, la policía antiextorsión y antisecuestro, tanto como de la Ertzaintza y el Gobierno, a través de su embajada, han sido en vano. No hay ni rastro de Borja.
RSF siguió el caso muy de cerca a través de su corresponsal Fabiola en Bogotá. Entonces se tuvieron noticias a través de fuentes de confianza de que Borja Lázaro pudo ser secuestrado por la banda de los Caladriles, de la que formó parte Marquitos Figueroa, jefe de escuadrones de la muerte y jefe de sicarios del gobernador Kiko Gómez, el gobernador de la Guajira hoy en prisión acusado de asesinato por otro asunto no ligado a Borja Lázaro. Nuestra organización presentó el caso ante la ONU como un caso de desaparición forzada.
Muchas son las hipótesis por aclarar de este caso que en ningún caso debe darse por olvidado. En Reporteros Sin Fronteras tenemos un recuerdo para Borja y esperamos y confiamos en que algún día tengamos noticias que clarifiquen su paradero.»