| RSF celebra la liberación de la periodista Salud Hernández-Mora y de sus compañeros colombianos
28.05.2016 14:32
Reporteros Sin Fronteras se felicita por la liberación de la periodista Salud Hernández-Mora, corresponsal del diario El Mundo en Colombia, del reportero Diego D’Pablos y del cámara Carlos Melo -ambos de la cadena colombiana RCN– y celebra que se encuentren todos sanos y salvos. La reportera hispano-colombiana desapareció el pasado sábado 21 en la zona de Catatumbo, cerca de la frontera con Venezuela, a donde se había desplazado, semanas antes, para realizar una serie de reportajes sobre la erradicación de los cultivos de coca. Pese a que su desaparición dio inicialmente lugar a numerosas especulaciones sobre su paradero y la autoría de su secuestro -en la zona operan varios grupos armados-, las sospechas fundadas de que estaba retenida en contra de su voluntad, en manos de una facción del Ejército de Liberación Nacional (ELN), se han confirmado.
La intercesión de la Defensoría del Pueblo y de la Iglesia Católica ha sido clave en la liberación de Salud Hernández-Mora, que se produjo ayer por la noche (hora española) en la zona de Ocaña, dentro de la misma región en la que desapareció. Pocas horas más tarde, Diego D’Pablos y Carlos Melo, informadores de la cadena colombiana RCN, también fueron liberados, tras cuatro días en manos del ELN y gracias a los mismos mediadores. Ambos se habían dirigido a la zona, el día siguiente del secuestro de Salud Hernández-Mora, para realizar labores informativas acerca del caso. Como la periodista, fueron interceptados y secuestrados por guerrilleros del ELN.
Respecto a la incertidumbre que ha rodeado su caso, con versiones cambiantes por parte del Gobierno colombiano, la periodista quiso ser contundente, tras su liberación: “desde el primer momento estuve retenida contra mi voluntad. Siempre les dije [a los guerrilleros] que, sin importar cómo ellos lo consideraban, yo estaba secuestrada”, explicó Salud Hernández-Mora a El Tiempo, el diario colombiano en el que escribe. Como sus compañeros de RCN, la periodista ha explicado que los secuestradores del ELN la obligaron a caminar varias horas durante las noches de su cautiverio, para cambiar de ubicación y evitar ser localizados por el Ejército colombiano.
En declaraciones al diario El Mundo, la periodista ha tildado su secuestro de “gravísimo error del ELN”, inmerso actualmente en conversaciones de paz con el Gobierno de Colombia. En un comunicado que la periodista se negó a difundir en primera persona, la guerrilla atribuye su secuestro a “a acciones rutinarias para neutralizar la infiltración enemiga en la zona”.
“Con la liberación de Salud Hernández-Mora y los otros dos periodistas colombianos se ha puesto fin a una semana de incertidumbre y angustia, que esperamos no vuelva a repetirse en el futuro. Tanto el ELN, como los restantes grupos armados que operan en Colombia, deben de renunciar de inmediato a los secuestros de periodistas que sólo cumplen con su trabajo de informar. Los periodistas que desempeñan su trabajo en zonas de conflicto a menudo se enfrentan a una inseguridad extrema, su protección por parte de los gobiernos correspondientes es esencial para el desempeño de su labor”, afirma la presidenta de Reporteros Sin Fronteras-España, Malén Aznárez.
Reporteros Sin Fronteras recuerda que el secuestro de periodistas, convertidos en objetivo, ha ido en aumento en todo el mundo, y no solo en países con conflictos. En estos momentos, más de medio centenar de informadores permanece retenido en contra de su voluntad, según estimaciones de la organización. Esta cifra puede ser significativamente mayor, si se tiene en cuenta que muchos de los periodistas hoy considerados desaparecidos pueden en realidad estar secuestrados.
RSF ha solicitado reiteradamente la creación de un Representante Especial para la Seguridad de los Periodistas ante el Secretario General de la ONU, una figura que velaría por que los Gobiernos garanticen la protección de los profesionales de los medios de comunicación y cumplan las legislaciones vigentes, especialmente en lo que se refiere a la impunidad en la que suelen quedar los atentados contra la integridad de los periodistas.