EE. UU. | RSF denuncia las restricciones de visados a periodistas extranjeros en Estados Unidos y advierte de sus nefastas consecuencias

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La administración Trump ha propuesto nuevas y severas restricciones que limitarían el tiempo de residencia y trabajo de los periodistas extranjeros en Estados Unidos. Reporteros Sin Fronteras (RSF) rechaza enérgicamente esta medida, que solo busca levantar barreras innecesarias contra la prensa internacional y tendría un efecto profundamente disuasorio para la libertad de información. RSF insta al Departamento de Seguridad Nacional (DHS) a retirar de inmediato la propuesta.

El 28 de agosto, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) presentó una propuesta para imponer un plazo fijo a los visados de periodistas extranjeros que residen y trabajan en Estados Unidos. Actualmente, estos visados son de duración indefinida, siempre que sus titulares cumplan los requisitos legales. Con la nueva normativa, en cambio, quedarían restringidos a 90 días para ciudadanos chinos y a 240 días para los de otros países. En un comunicado, el Departamento de Seguridad Nacional justificó la medida alegando que el sistema actual representa un supuesto «riesgo para la seguridad», aunque no aportó ninguna prueba que respalde tal afirmación.

Estos cambios impondrían una carga excesiva a los periodistas, al obligarlos a superar trabas burocráticas cada siete meses y a afrontar una gran incertidumbre cada vez que se acercara la fecha de renovación. Aún más preocupante es que instaura un sistema con un alto potencial de abuso, dado que la administración Trump ha castigado de manera sistemática a periodistas y medios críticos con sus políticas, e incluso ha intentado en repetidas ocasiones deportar a ciudadanos extranjeros por sus opiniones políticas.

En un caso de gran repercusión mediática, el DHS intentó expulsar del país a la estudiante de doctorado de origen turco Rümeysa Öztürk como represalia por haber coescrito un artículo crítico con la guerra de Israel en Gaza. Con las nuevas restricciones de visado, los periodistas podrían temer que su permanencia dependa del criterio subjetivo de un solo funcionario que desapruebe el contenido de su trabajo. Este escenario no solo fomenta la autocensura, sino que también abre la puerta a la deportación de profesionales cuyo único “error” haya sido informar con honestidad.

La modificación de la normativa propuesta se asemeja a la planteada durante el primer mandato de Trump, que posteriormente fue desechada por el presidente Biden. El público puede enviar sus comentarios hasta el 29 de septiembre de 2025, mientras el DHS decide si implementará la medida.

“Reporteros Sin Fronteras expresa su profunda preocupación por el impacto que la restricción de visados propuesta tendría sobre el periodismo y la libertad de prensa en general. Los periodistas extranjeros no pueden ejercer su labor con la constante amenaza de ser deportados en represalia por publicar informaciones que incomoden al Gobierno de Estados Unidos. Esta política podría forzar a cientos de periodistas a abandonar el país, privando tanto al público estadounidense como al internacional de una cobertura esencial sobre lo que ocurre en Estados Unidos. En lugar de proteger la libertad de prensa, la medida crea nuevas barreras al periodismo y se asemeja más a lo que cabría esperar del Partido Comunista Chino que de una nación que se enorgullece de la Primera Enmienda. La no renovación arbitraria de visados es una táctica habitual de los regímenes autoritarios para expulsar a reporteros fiables, y no debería tener cabida en una democracia”.

Clayton Weimers | Director Ejecutivo de RSF USA

Los periodistas extranjeros suelen recibir visados de tipo «I» para trabajar en Estados Unidos, los cuales pueden renovarse durante años. Algunos periodistas, en cambio, cuentan con visados «J» —oficialmente destinados a visitantes de intercambio— cuyo propósito es fomentar la cooperación cultural y educativa. Muchos de los reporteros que trabajaban para la Agencia de Medios Globales de Estados Unidos (USAGM), antes de que la mayoría fueran despedidos, tenían este tipo de visado. Las nuevas normas propuestas aplicarían las mismas restricciones a ambos grupos. Solo en el año fiscal 2024 se concedieron visados a unos 13.000 profesionales de los medios.

Paradójicamente, la primera administración Trump condenó enérgicamente este mismo tipo de restricciones cuando fueron impuestas por el Partido Comunista Chino (PCCh) en 2020, al limitar la duración de los visados de periodistas extranjeros en represalia por el trato dado a los reporteros estadounidenses. En palabras del propio DHS de aquel momento, aquello representaba «una represión del periodismo independiente en la República Popular China, incluida una creciente falta de transparencia y coherencia en los períodos de admisión otorgados a los periodistas extranjeros». La administración Trump fue aún más lejos al calificar estas medidas como «una escalada de acciones hostiles contra la libertad de prensa dentro de las fronteras [de China]».