EEUU / ESPAÑA | Manuel Martorell es periodista, no terrorista
Reporteros Sin Fronteras reitera su petición al Gobierno, en funciones, para que interceda ante EEUU y aclare la situación del periodista.
La organización denuncia la restricción de libertades que sufre Martorell.
Reporteros Sin Fronteras (RSF) reitera su enérgica condena a la situación en que se encuentra el periodista Manuel Martorell, clasificado por el Departamento de Estado de EEUU como participante en “actividades terroristas”, así como su petición al Gobierno español, en funciones, para que interceda ante la Administración estadounidense con el fin de rectificar esta infundada acusación.
Tal y como ya denunció Reporteros Sin Fronteras, el pasado 14 de diciembre, Manuel Martorell atraviesa, desde hace seis meses, un auténtico calvario administrativo al que ni el Gobierno español, ni el estadounidense, parecen dispuestos a poner fin. Éste comenzó cuando, el pasado mayo, le fue denegada al periodista la autorización electrónica para viajar a Estados Unidos con su familia.
Martorell acudió posteriormente al Consulado de EEUU en Madrid para entrevistarse con un funcionario norteamericano y solicitar personalmente el visado. Tras una espera de tres meses, que le obligó a cancelar su viaje (con el consiguiente perjuicio personal y económico) el Departamento de Estado de EEUU le comunicó, a través de su Embajada en España, que el visado le era denegado por considerar que había participado en “actividades terroristas”.
La sección española de RSF ha intentado, con reiteradas gestiones ante las Administraciones española y norteamericana, contribuir a aclarar la situación, pero ni en la Embajada de EEUU en Madrid, ni en el Ministerio de Asuntos Exteriores, ni en la Secretaría de Estado, se han dado respuestas positivas. A la vez, numerosas asociaciones de periodistas, partidos políticos, abogados y otras organizaciones, se han unido durante este tiempo a la causa de Martorell, que ha llegado a recibir el apoyo unánime del Parlamento de Navarra, su región de origen.
Esta movilización parece haber contribuido a que, a principios del mes pasado, el Ministerio de Asuntos Exteriores se pusiera en contacto con el periodista y le trasladase el mensaje de la Embajada de EEUU instándole a solicitar de nuevo el visado. A mediados de diciembre, Martorell volvió a entrevistarse con un funcionario del Consulado de Estados Unidos en Madrid con resultados frustrantes.
Pese a haber facilitado, tanto antes como durante la entrevista, información pormenorizada sobre su trayectoria personal y profesional, el periodista volvió a toparse con un muro de hermetismo. Desde el Consulado, se le instó a demostrar que no había participado en “actividades terroristas”, mientras Martorell exigía, una y otra vez, que se le concretase la naturaleza de esas supuestas actividades para tener el mínimo derecho de defensa. No obtuvo aclaración ninguna por parte del funcionario que le recibió, quien tan solo le emplazó a una nueva respuesta del Departamento de Estado de EEUU, que aún no se ha pronunciado.
“¿Cómo se me puede pedir que demuestre que no he cometido la supuesta barbaridad de la que se me acusa, sin explicarme en qué se basa la acusación? Mi situación es kafkiana: no solo se me atribuye el peor de los crímenes de forma totalmente injusta e infundada, sino que se me exige que pruebe mi inocencia en unos supuestos hechos que ignoro, porque no me han sido trasladados”, se lamenta Manuel Martorell.
Como ya denunció Reporteros Sin Fronteras en su último comunicado, al ser clasificado como “terrorista”, el periodista se enfrenta a gravísimas consecuencias, puesto que la información de los servicios de inteligencia de Estados Unidos se tiene muy en cuenta en otros países. Su libertad de movimientos queda así seriamente amenazada, máxime en el contexto actual de recrudecimiento del terrorismo internacional y de lucha encarnizada contra quienes lo fomentan.
Manuel Martorell no solo tiene prohibida la entrada en Estados Unidos y se ve obligado a asumir ese riesgo al desplazarse a otros países, sino que la pesadilla administrativa en la que le ha sumido la Diplomacia estadounidense empieza a pasarle factura profesionalmente. “No me atrevo a participar en determinadas charlas y conferencias sobre la cuestión kurda, como he hecho toda mi vida, por miedo a que la presencia de cualquier ponente o tema que no sean del agrado de EEUU compliquen aún más mi situación”, confiesa, convencido de que el malentendido que le afecta está relacionado con su especialización en el tema kurdo, sobre el que ha escrito cientos de artículos, reportajes, guiones para documentales y media docena de libros, a lo largo de sus 30 años de carrera.
“Nos encontramos ante una situación verdaderamente kafkiana, en la que se obliga a un periodista a defenderse de una gravísima acusación de terrorismo, sin que las autoridades estadounidenses que la hacen concreten en qué se basa. Es absolutamente urgente que las autoridades españolas aclaren con el gobierno de EEUU este error infundado, que está acarreando gravísimas consecuencias y afectando de forma evidente al periodista español, tanto en su labor profesional como en su vida privada”, afirma Malén Aznárez, presidenta de RSF-España.
Reporteros Sin Fronteras urge al Ejecutivo en funciones a que interceda lo antes posible ante la Administración estadounidense, ya que la situación política española actual podría demorar peligrosamente una solución en el caso de que fuera necesario celebrar nuevas elecciones generales, lo que supondría una agonía para el periodista. Por otra parte, la Oficina en Washington de RSF está realizando gestiones ante el Departamento de Estado de Estados Unidos y ante la Embajada española en la capital norteamericana en apoyo del periodista.