EGIPTO | Carta de RSF al presidente egipcio: ‘La situación de los periodistas es inaceptable’

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| Carta de RSF al presidente egipcio: ‘La situación de los periodistas es inaceptable’
22.02.2016 19:28

Reporteros Sin Fronteras (RSF) ha dirigido una carta al presidente de Egipto, Abdel Fattah el-Sissi en la que aboga por la defensa de los periodistas detenidos arbitrariamente en el país. Mientras sigue empeorando el estado de las libertades en general y de la libertad de información en particular, la organización vuelve a llamar la atención sobre la seguridad de los periodistas y la necesidad de fortalecer la lucha contra la impunidad de las agresiones que sufren.

La carta se refiere, entre otros, a la situación del fotógrafo de prensa  Mahmoud Abu Zeid, alias «Shawkan», apadrinado por periodistas españoles en el marco de la campaña de apoyo a encarcelados de Reporteros Sin Fronteras España.

Sr. Abdel Fattah al-Sissi

Presidente de la República Árabe de Egipto

El Cairo

Egipto

París, 22 de febrero de 2016

Señor Presidente,

Desde que asumió la presidencia de la República Árabe de Egipto, en junio de 2014, la situación de las libertades fundamentales de los ciudadanos egipcios y extranjeros residentes en su país se ha deteriorado, lamentablemente. Reporteros Sin Fronteras (RSF) llama su atención sobre la muy preocupante situación de los periodistas en Egipto, perseguidos con demasiada frecuencia por razones de seguridad nacional.

Egipto se convirtió en 2015 en una de las mayores prisiones para los periodistas. Al menos 24 periodistas y blogueros se encuentran actualmente en la cárcel a causa de su actividad profesional. En la mayoría de los casos, su único de ‘error’ fue cubrir las manifestaciones o protestas, o haber hablado -por razones profesionales- con miembros de los Hermanos Musulmanes, que usted declaró «organización terrorista».

Estos periodistas, a los que RSF apoya, están detenidos por cargos falsos con poca relación con delitos de prensa: pertenencia a organización terrorista; participación en manifestación ilegal; difusión de noticias falsas, o alteración del orden público. Muchos de ellos son juzgados en juicios políticos injustos, contrarios a la Constitución egipcia de 2014 y al derecho internacional en materia de derechos humanos, lo que demuestra la falta de independencia del poder judicial egipcio.

Conocido como el seudónimo de «Shawkan«, el periodista independiente Mahmoud Abu Zeid es víctima de este sistema de detenciones arbitrarias. Detenido el 14 de de agosto de 2013 cuando cubría las protestas en la plaza Rabaa Al-Adawiya para las agencias Demotix y Corbis, lleva más de dos años de prisión sin comparecer ante un juez y sin acusación oficial. Su detención provisional, una de las más largas del país según sus abogados, infringe la ley egipcia (143 Código de Procedimiento Penal egipcio). Su juicio comenzó el 12 de diciembre de 2015 junto a más de 700 acusados, entre ellos miembros de los Hermanos Musulmanes. Se le acusa, entre otros cargos, de asesinato, de intento de asesinato y de pertenencia a un grupo prohibido. Puede ser condenado a cadena perpetua. Anímicamente agotado y puesto en régimen de aislamiento durante varios días, este reportero está enfermo y padece hepatitis C.

Otros reporteros también afrontan duras condenas. Seis periodistas fueron condenados a cadena perpetua en abril de 2015 en el caso conocido como «sala de las operaciones de Al Rabaa Adawiya». Se les acusó de «publicar noticias falsas», de incitar a la violencia y el caos, y de organizar una supuesta «sala de operaciones» para orquestar ataques contra el gobierno durante las protestas en favor de Morsi, en agosto de 2013, en la plaza Rabaa al Adawiya en el Cairo. El Tribunal Supremo anuló esta última sentencia en diciembre de 2015 y el nuevo juicio debería haberse celebrado el 8 de febrero. Algunos de los acusados, como Abdallah Al Fakhrany y Samhi Mostafa, no pudieron comparecer en la corte y la sesión fue aplazada para el 1 de marzo.

Estos periodistas están detenidos en condiciones terribles. Algunos son torturados y se les niega tratamiento médico. Es el caso del fotógrafo del diario digital Masr Al-Arabia Omar Abdel Maksoud, quien tiene problemas cardiacos. Lo detuvieron a 14 de febrero de 2014 y fue puesto en libertad antes de ser detenido de nuevo, en abril de 2014. Se le acusa de atacar e incendiar vehículos pertenecientes a la campaña presidencial.

Señor Presidente, usted dijo en septiembre que país disfrutaba de una libertad de expresión sin precedentes, pero la realidad sobre el terreno es muy diferente. En Egipto, ser periodista se ha convertido en algo tan peligroso como oponerse abiertamente al régimen. La última ley antiterrorista aprobada en agosto pasado ataca directamente a la cobertura mediática de los atentados, ya que si no se ciñe a la versión oficial de los hechos –en el recuento de víctimas mortales, por ejemplo- se castiga con una multa considerable. Sin embargo, es su responsabilidad garantizar la protección de los periodista para que libremente y desde la seguridad realicen su función de informar. No pueden estar sometidos a un clima de temor e impunidad.

El 14 de agosto de 2013, tres periodistas murieron a manos de la policía mientras cubrían una manifestación de partidarios de Mohamed Morsi en la plaza de Rabaa Al-Adawiya en El Cairo. Un año después, aún no se había abierto ninguna investigación ni por la masacre ni por las muerte de los periodistas, y no se ha detenido a ninguno de los responsables de estas muertes. Y lo mismo ocurre con los asesinos de otros profesionales de la información muertos desde enero de 2011.

Es absolutamente crucial que el pluralismo periodístico y de las opiniones quede garantizado en su país. La Constitución egipcia garantiza la libertad de información, base fundamental de un sistema democrático. Por esta razón, RSF le pide que libere a los periodistas detenidos injustamente y que deje de perseguirlos. De lo contrario, quedarían pocas perspectivas de futuro para el país a largo plazo.

Con todo mi respeto,

Christophe Deloire, Secretario General