Hoy, 27 de octubre de 2012, el periodista sueco-eritreo Dawit Isaak cumple 48 años, los últimos once los ha pasado encarcelado en Eritrea. Pronto habrá gastado una cuarta parte de su vida en prisión. En todo este tiempo, nunca ha sido presentado ante un tribunal, ni acusado de ningún cargo y está actualmente recluido en régimen de aislamiento.
Con su encarcelamiento, el régimen eritreo no sólo viola su propia legislación y los derechos humanos de Dawit Isaak, sino que viola también convenciones internacionales y varios convenios africanos firmados por Eritrea. Por todo, Reporteros Sin Fronteras ha llevado su caso ante la Comisión Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos (CADHP).
Dawit Isaak está apadrinado además por la sección española de Reporteros Sin Fronteras. Su presidenta, la periodista española Malén Aznárez, también madrina de Isaak, denuncia sus condiciones de encarcelamiento : “Es realmente intolerable, no sólo porque se encuentre encarcelado en unas penosísimas condiciones en barracones en medio del desierto, ya por más de once años, sino porque su situación viola todas las leyes internacionales de derechos humanos y de la propia legislación Eritrea”. Aznárez, madrina de Dawit, el único preso de conciencia europeo, añade, “no puedo comprender cómo la Unión Europea, a la que RSF ha recurrido reiteradamente, no se implica en su liberación, ni asume el Habeas Corpus presentado, y sigue dando la callada por respuesta. Es una vergüenza para todos los europeos y por supuesto para la defensa de libertad de prensa de la que tanto presume”.
La campaña de apadrinamientos de RSF-España, compuesta por un total de diez periodistas encarcelados en varios países del mundo, tiene el apoyo de conocidos periodistas españoles que prestan su voz a sus colegas privados de libertad. Entre sus actividades en Eritrea, destaca la última carta, enviada en febrero, a la Delegación de la Unión Europea en Eritrea, con motivo del tercer aniversario del encarcelamiento de la periodista Yirgalem Fisseha, para pedir la puesta en libertad de todos los periodistas encarcelados en el país.
Pedro Piqueras, padrino también de Dawit Isaak, lamenta su situación: «Desgraciadamente no se ven muchas posibilidades de que Dawit Isaak encuentre justicia. Los precedentes, los casos de otras personas encarceladas y torturadas al tiempo de Dawit o antes que él, no permiten ser demasiado optimistas. Esa es la razón por la que Reporteros Sin Fronteras redobla sus esfuerzos. Hay que hacer todo lo posible para que Dawit Isaak, ciudadano europeo y eritreo, pueda ser presentado ante la corte de justicia del país africano. Su penosa situación es absolutamente intolerable. Y por eso uno mi reclamación a la de otros muchos. Es necesaria la implicación de gobiernos democráticos y de organizaciones de derechos humanos para que su caso en particular y los de otros muchos sean definitivamente solucionados… Y no solo por el derecho a la información, simplemente por humanidad».
Dawit Isaak, periodista, dramaturgo y escritor, fue detenido, en septiembre de 2001, junto a varios colegas, días después de que el presidente actual, Isaias Afewerki, ordenase el encarcelamiento de un grupo de compañeros de partido, y miembros de su propio Gobierno, y ordenase también el cierre de todos los medios de comunicación independientes. Detrás de estas medidas estaba una carta abierta, escrita por sus amigos y compañeros, pidiéndole que acelerase el proceso democrático y la convocatoria de elecciones. Los periódicos recogieron estas demandas, pero la reacción a todas ellas fue una brutal ofensiva del presidente, silenciando toda crítica y deteniendo el desarrollo del país.
Muchos de los detenidos en 2001 han muerto ya, víctimas de las duras condiciones de reclusión. Según los datos que maneja Reporteros Sin Fronteras, de todos los periodistas detenidos entonces, sólo Dawit Isaak y otros tres están vivos todavía. En su informe de agosto, la organización confirmó la muerte de Dawit Habtemichael, Mattewos Habteab y Wedi Itay.
El tiempo se acaba para Dawit Isaak y Reporteros Sin Fronteras recurre ahora ante la Comisión Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos (CADHP). El gobierno eritreo reconoció inicialmente ante la Comisión Africana que el Habeas Corpus se aplicaba en su país, y la Comisión Eritrea declaró que sus propios tribunales tenían competencia para tratar el caso de Dawit y los demás encarcelados, por lo que la organización presentó inicialmente, el pasado verano, un recurso de Habeas Corpus ante el Tribunal Superior de Eritrea.
El proceso Habeas Corpus supone la posibilidad de que cada preso tenga derecho a presentarse ante un tribunal, un viejo principio adoptado para proteger a las personas de detenciones arbitrarias y poner fin a los intentos de las autoridades de encerrarlas y olvidarse de ellas. No es lo mismo que una prueba de culpablidad o inocencia sobre un cargo, el tribunal sólo puede probar si es legal mantener a la persona bajo custodia. Pero de su aplicación destaca que el detenido deba ser presentado ante un tribunal para que los jueces puedan comprobar su estado de salud y el preso tenga la oportunidad de hablar por sí mismo. El Habeas Corpus es un recurso legal en muchos países, no sólo en Eritrea, y toda persona tiene derecho a presentarlo. Sin embargo, el Tribunal Superior en Eritrea no ha querido confirmar la recepción del recurso presentado por RSF. Un silencio semejante al del Tribunal Europeo de los Derechos Humanos, que sí ha confirmado haberlo recibido, durante el invierno de 2011, pero que todavía no se ha pronuniciado al respecto. Dawit Isaak es el único ciudadano europeo preso de conciencia, según Amnistía Internacional, por lo que procedía presentarlo también ante la Unión Europea, y RSF ha vuelto a dirigirse al Tribunal para pedirle una reacción e informarle de que su silencio se interpretará como como una negativa a llevar el caso.
Dada esta inactividad, tanto de Eritrea como de la Unión Europa, el recurso de Habeas Corpus se presenta ahora ante la Comisión Africana. El escrito denuncia la violación de muchas leyes y convenciones. Por ejemplo, la Ley de Procedimiento Penal de Eritrea, que prohíbe el encarcelamiento de una persona durante más de 28 días sin juicio y sin haber sido sentenciada por ningún cargo. Recoge también el derecho de todo individuo a tener un abogado y la violación de los derechos de todos los prisioneros eritreos a ver a sus familiares y tener correspondencia. Ya internacionalmente, la detención de Isaak viola las normas mínimas de la ONU para reclusos, la Carta Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos, y las Directrices de Robben Island.
El tiempo se agota y el periodista corre el riesgo de acabar como sus colegas. Todavía es posible que la Corte de Eritrea exija a las autoridades del país que le presenten a Dawit Isaak. Pero en lugar tomar esta iniciativa, Eritrea se enfrenta a la posibilidad de que la Comisión Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos le obligue a hacerlo. Últimamente se multiplican las críticas de otros países africanos a Eritrea. Las acciones del país gobernado por Afewerki dañan la reputación de todo el continente. Es el momento de poner fin a estas prácticas, todo lo que tiene que hacer Eritrea es cumplir sus propias leyes y poner en libertad a Dawit Isaak.