ESLOVAQUIA | Presión política en la televisión pública RTVS

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Tras el asesinato de Ján Kuciak, en febrero, la tensión ha vuelto a los medios eslovacos. Reporteros Sin Fronteras condena la presión política a la que está sometida la radiotelevisión pública RTVS.

En los últimos tiempos las autoridades eslovacas han intentado interferir en la programación y gestión de RTVS. Los periodistas del medio han intentado frenar esta interferencia y defender sus políticas editoriales.

La presión política a la prensa remitió durante la crisis desencadenada tras el asesinato del periodista de investigación Ján Kuciak. Pero, tras disiparse el miedo a futuras elecciones, ha vuelto la tensión a RTVS en las últimas semanas.

En lugar de intentar fortalecer el nivel de libertad de prensa en Eslovaquia, el nuevo dirigente de RTVS, Jaroslav Rezník, ha estado intentado reducirla. Rezník se hizo cargo de la radiotelevisión pública en agosto, tras ser nombrado por el parlamento eslovaco en Junio con el apoyo del partido que dirige la coalición gobernante, el SMER,  y el Partido Nacional Eslovaco.

Desde entonces se ha instalado un clima envenenado en RTVS con el nombramiento de ayudantes ministeriales y gubernamentales a los editores. En enero, se retiró “Reporteri” (Reporteros), el único programa de investigación de la cadena, tras haber difundido una información crítica con una organización cultural fundada por el Estado y vinculada al SNS. Poco tiempo después también se produjeron modificaciones en el equipo que produce “Dejiny.sk” (Historia), otro programa criticado por el SNS.

En marzo se prohibió a los periodistas que llevaran el eslogan “#All for Ján” (Kuciak) en directo, una frase que se utilizó como símbolo entre los periodistas eslovacos. Cuando algunos desafiaron la prohibición, Rezník les tachó de “revolucionarios”.

El mes de abril estuvo marcado por la dimisión de Oľga Baková, una de las periodistas más experimentadas de la cadena, que se negó a un injustificado reajuste. El director de programación, Tibor Búza, dimitió a los pocos más, oficialmente por motivos personales, pero algunas fuentes atribuyen su marcha a discrepancias con la gestión del canal.

El conflicto volvió de nuevo el 4 de abril con la carta abierta firmada por 60 periodistas a Rezník condenando las numerosas disputas con sus superiores, los conflictos de interés resultantes de tener como editores a responsables de prensa del gobierno, y la forma en la que los periodistas críticos habían sido “silenciados o reubicados”

“Seguimos trabajando de forma libre (…) pero en un clima hostil”, y “no creemos que nuestros superiores sean capaces de proteger a la plantilla de una fuerte presión externa”, decía la carta. Los gestores de RTVS aseguraron que los firmantes de la misiva “buscaban enemigos internos y externos”.

“Es esencial que la gestión de la radiotelevisión pública pueda de hecho protegerla de la presión política y restaure el clima interno de confianza”, afirma Pauline Adès-Mével, responsable de la oficina de Europa – Balcanes de Reporteros Sin Fronteras.

“Tras la grave crisis política resultante tras el asesinato de Ján Kuciak, Eslovaquia necesita más que nunca medios públicos independientes. Apoyamos a los periodistas de RTVS y a todos los periodistas que luchan por defender su libertad editorial”.

Pese a la necesidad de financiación, la RTVS gozaba de una gran independencia editorial y credibilidad entre el público el pasado mes de agosto, cuando Rezník se hizo cargo de ella. Sus programas de noticias eran considerados de los más objetivos del país.

Aunque la mirada internacional está en Eslovaquia tras el asesinato de Kuciak, sus asesinos siguen sueltos, y las autoridades todavía no han adoptado ninguna medida para restaurar la confianza de sus periodistas. Eslovaquia ocupa el puesto 17 de los 180 países que conforman la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa elaborada anualmente por Reporteros Sin Fronteras.