ESTADOS UNIDOS | Las elecciones presidenciales americanas, un camino pedregoso para los periodistas
Reporteros Sin Fronteras analiza el duro trato que dan a los medios los candidatos favoritos en la carrera hacia la presidencia de Estados Unidos, y especialmente, el pulso del precandidato republicano, Donald Trump, con la cadena Fox News. Las primarias arrancan este 1 de febrero en el estado de Iowa.
El candidato favorito de los republicanos, Donald Trump, se negó a participar en el debate entre los precandidatos de su partido en la cadena Fox News el jueves por la noche y acusó a una de las moderadoras del debate, Megyn Kelly, de sesgo y falta de honradez, además de llamarla reportera «de tercera categoría» con un conflicto de intereses. Trump proclamó en Twitter que, sin él, el debate de esa noche sería «un desastre total», con «bajos niveles de audiencia, y con los anunciantes y las tarifas de publicidad en caída libre».
Trump ha acosado durante meses a Megyn Kelly con retweets del estilo de «la guapa tonta ha vuelto. Espero que no por mucho tiempo». La periodista de Fox News no ha sido su única víctima. Politico, por ejemplo, tampoco se ha librado del Twitter de Trump:»Me pregunto por qué nadie hace nada con los payasos de @politico y sus reportajes totalmente deshonestos».
Desde que entró en campaña el verano pasado, Donald Trump, ha sido responsable de una serie inédita de restricciones a la prensa. El 15 de enero de 2016, su equipo de campaña prohibió a un reportero de The New York Times cubrir un evento en Iowa. En agosto pasado, Trump expulsó al presentador de Univision Jorge Ramos de una rueda de prensa, antes de permitirle volver y hacer preguntas. Además, en los últimos siete meses ha restringido o vetado la cobertura de campaña de Fusion, The Des Moines Register, y The Huffington Post.
En los mítines, los candidatos han confinado a menudo a la prensa a un área designada de press pen, una práctica común a veces forzada por el servicio secreto, por lo que es difícil para los periodistas incluso hablar con los asistentes. Trump fue un paso más allá al obligar a los periodistas a llevar escolta hasta para ir al baño.
«Esta táctica de palo y zanahoria con los periodistas es preocupante, sobre todo en el país de la primera enmienda «, asegura Delphine Halgand, directora de Reporteros Sin Fronteras en Estados Unidos. «En una democracia, los políticos y los candidatos presidenciales no deben dictar lo que es o no es buena información. La pelea a navajazos de Donald con los medios ha alcanzado un nivel extremadamente peligroso para la libertad de prensa».
Desde el punto de vista histórico, se han dado caso de restricciones semejantes de la libertad tanto de los demócratas como de los republicanos. La actitud de Trump hacia los periodistas que no lo retratan de una manera positiva no difiere mucho de la del expresidente Richard Nixon, que tenía una lista documentada de «enemigos políticos», varios de los cuales eran periodistas.
La campaña de Hillary Clinton
El trato a la prensa de Hillary Clinton a veces ha sido semejante al de Trump, especialmente en lo que respecta a la prensa extranjera. En junio, denegó a un reportero del Daily Mail acceso a un acto en New Hampshire. Los periodistas también se han quejado de que su equipo de campaña se niega a comunicarles el origen de información básica. The Huffington Post habló de «continuas tensiones entre el equipo de Clinton y la prensa «, aunque señaló en enero que no se han producido incidentes en los últimos seis meses.
Este tipo de restricciones no se limita sólo a los candidatos. Los periodistas también han criticado la falta de transparencia de la actual administración y los actos abusivos hacia los periodistas en todo el mandato.
Estos sucesos en el período previo a las elecciones presidenciales de 2016 marcan una alarmante tendencia a restringir la libertad de prensa en Estados Unidos, país que ha caído 14 posiciones, desde 2013, en la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa de Reporteros Sin Fronteras. En 2015 ocupa el puesto 49 de 180 países.