El pasado domingo 10 de agosto, un ataque israelí mató a seis profesionales de los medios de comunicación –cinco de los cuales trabajaban o habían trabajado para el medio catarí Al Jazeera– y a un periodista independiente, en la Franja de Gaza. Reivindicado por el ejército israelí, el ataque tenía como objetivo al reportero de Al-Jazeera Anas al Sharif, al que acusa, sin aportar ninguna prueba sólida, de “pertenencia a organización terrorista”. Reporteros Sin Fronteras (RSF) denuncia esta técnica indigna utilizada de forma recurrente contra los periodistas con el fin de encubrir crímenes de guerra, mientras el ejército ha asesinado ya a más de 200 reporteros y trabajadores de medios. La organización pide una reunión urgente del Consejo de Seguridad de la ONU para poner fin a esta masacre.
“RSF denuncia con contundencia e indignación el asesinato de seis profesionales de los medios por parte del ejército israelí, perpetrado una vez más utilizando acusaciones de terrorismo contra un periodista. Se trata de Anas al Sharif, uno de los reporteros más conocidos de la Franja de Gaza. El ejército israelí ha asesinado ya a más de 200 periodistas desde el inicio de la ofensiva. Es urgente poner fin a esta masacre y a la estrategia de bloqueo informativo de Israel, destinada a ocultar los crímenes cometidos por su ejército desde hace más de 21 meses en el enclave palestino sitiado y hambriento. La comunidad internacional no puede seguir cerrando los ojos y debe reaccionar y acabar con esta impunidad. RSF pide al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que se reúna de urgencia sobre la base de la resolución 2222 de 2015 acerca de la protección de los periodistas en tiempos de conflicto armado para detener esta matanza.
Thibaut Bruttin | Director general de RSF.
En la noche del 10 de agosto, el ejército israelí asesinó al reportero de Al Jazeera Anas al Sharif en un ataque selectivo contra una tienda de campaña que albergaba a un grupo de periodistas cerca del hospital al Shifa, en Gaza. Este ataque, reivindicado por las autoridades israelíes, también mató a otros cinco profesionales de los medios, cuatro de los cuales trabajaban o habían trabajado para la cadena catarí Al Jazeera: el corresponsal Mohammed Qraiqea, el videorreportero Ibrahim al-Thaher, Mohamed Nofal, asistente de cámara y conductor ese día, Moamen Aliwa, periodista independiente que trabajaba para Al Jazeera, además de a Mohammed al Khaldi, también periodista independiente, creador de un canal de información en YouTube. En el ataque también resultaron heridos los reporteros independientes Mohammed Sobh, Mohammed Qita y Ahmed al Harazin.
Reivindicado por el ejército israelí, este ataque reproduce una táctica ya utilizada contra periodistas de Al Jazeera. El 31 de julio de 2024, el ejército israelí mató a los reporteros Ismail al Ghoul y Rami al Rifi en una operación selectiva también reivindicada por las fuerzas de defensa del pais, que sucedió a una campaña de desprestigio contra Ismail al Ghoul, acusado, al igual que Anas al Sharif, de “pertenencia a organización terrorista”. Hamza al Dahdouh, Mustafa Thuraya y Hossam Shabat, trabajadores todos del canal catarí, también han sido víctimas de este método denunciado por RSF.
Ya en octubre de 2024, RSF había advertido de la inminencia de un ataque contra Anas al Sharif tras las acusaciones vertidas por el ejército israelí. La comunidad internacional, con la Unión Europea, el Reino Unido y los Estados Unidos a la cabeza, hizo oídos sordos a estas advertencias. En virtud de la resolución 2222 de 2015 sobre la protección de los periodistas en situaciones de conflicto armado, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas tiene la obligación de reunirse de urgencia tras este nuevo asesinato extrajudicial cometido por el ejército israelí.
Desde octubre de 2023, RSF ha presentado cuatro denuncias ante la Corte Penal Internacional (CPI) para pedir que se investigue lo que califica de crímenes de guerra cometidos por el ejército israelí contra periodistas en Gaza.