HUNGRÍA | El gobierno asfixia a los medios con el nuevo impuesto a la publicidad

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| El gobierno asfixia a los medios con el nuevo impuesto a la publicidad
12.06.2014 21:18

El Parlamento de Hungría aprobó este miércoles 11 de junio una ley que grava los ingresos por publicidad de los medios de comunicación, con un impuesto por tramos en función del volumen de ingresos y con un límite máximo del 40 por ciento a las ganancias por encima de 65 millones de euros.

Es probable que la medida empeore los problemas del ya enfermo sector mediático de Hungría y parece diseñada para perjudicar especialmente a RTL Klub, un canal de televisión de entretenimiento que pertenece al grupo alemán RTL. Actualmente, es el canal con mayor número de espectadores, y tendrá que pagar más impuestos que cualquier otro medio.

Las palabras de János Lázár, el jefe del grupo parlamentario del partido gobernante Fidesz, quien dijo a los medios que «RTL está amenazando al país (…). Estaría bien que quisieran practicar esto en casa, en Alemania, y no en Hungría», vienen a alimentar la sensación de que se trata de un ataque deliberado contra el grupo alemán.

Al mismo tiempo, TV2, un canal comercial considerado  afín al Fidesz, ha recibido una exención especial que le permite compensar parte de su déficit fiscal del año anterior con el nuevo impuesto. La coalición de izquierdas en la oposición ha presentado una denuncia ante la Comisión Europea acusando al gobierno de favoritismo.

La mayoría de los medios de comunicación húngaros han sido muy crítica con la nueva ley. El 5 de junio, tres días después de su presentación, 16 cadenas de televisión pusieron sus pantallas en blanco durante 15 minutos en señal de protesta. Al día siguiente, varios periódicos y revistas publican ejemplares con las páginas en blanco y las palabras: «Protestamos contra la introducción del impuesto sobre los ingresos por publicidad». Alrededor de un millar de personas se manifestaron frente al Parlamento el 9 de junio.

«Constatamos con pesar que esta nueva ley refuerza el arsenal legislativo de represión que el gobierno de Viktor Orbán ha desarrollado desde 2010», apuntó Reporteros Sin Fronteras. «Hungría está pasando por dificultades económicas que justifican nuevos impuestos, pero el pluralismo informativo ya es demasiado frágil como para permitir una nueva tasa a los medios de comunicación.

«Fidesz continúa con su metódica demolición de los cimientos democráticos de Hungría. Una parte importante de este proceso afecta a los medios de comunicación independientes. Lo único que faltaba era el estrangulamiento económico. Gracias a Fidesz, esto es ahora la ley. «Hungría de Orbán continúa su guerra contra los medios independientes».

La nueva ley llega después de que el Fidesz haya reforzado su posición política. Tras ganar las elecciones parlamentarias con el 45 por ciento de los votos, un récord, el partido domina los dos tercios del Parlamento húngaro gracias a un hábil reajuste de los distritos electorales.

La aprobación de la ley es otra demostración de la constante erosión de la libertad de información en Hungría. El editor de Origo.hu, una web de noticias que a menudo ha revelado historias sobre los abusos del gobierno, fue despedido recientemente por su propietario, la compañía de teléfonos Magyar Telekom, por informar de que el jefe de personal de Orbán ha recibido más de 6.000 euros para alojarse en un hotel de lujo durante un viaje al extranjero.

Muchos de los miembros del personal de la web dimitieron como respuesta a la presunta salida «negociada» del editor.

Fidesz ha seguido por el camino que eligió en 2010, cuando se aprobó una ley de medios que fue ampliamente condenada como represiva por la sociedad civil húngara y las organizaciones internacionales e intergubernamentales. Esta nueva forma de presión económica está diseñada para debilitar aún más a los medios de comunicación que aún no se han puesto bajo el control político del gobierno.

Hungría no parece haber despertado a los peligros de la pérdida de la democracia desde que Fidesz asumió el gobierno en 2010. En tan sólo tres años, ha retrocedido 45 puestos en la Casificación Mundial de la Libertad de Prensa de Reporteros sin Fronteras. Ahora ocupa el puesto 64 entre 180 países.

La OSCE criticó las irregularidades de las elecciones de abril, en las que salió fortalecida la posición del primer ministro Orbán y su partido. Ahora, la Unión Europea debe reaccionar como una cuestión de urgencia.