INDIA | Periodistas «subastadas» en una web sexista y discriminatoria

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Una aplicación en línea que apareció en la India el 1 de enero pretende «substar» a decenas de mujeres de origen musulmán, entre ellas varias periodistas. Reporteros Sin Fronteras (RSF) ha recibido numerosos testimonios y pide a las autoridades indias que intervengan para poner fin a este infame y potencialmente peligroso tráfico de periodistas.

«El 1 de enero empezó a suceder», declara Ismat Ara, periodista del diario digital The Wire. «Uno de mis amigos me envió una imagen y la abrí pensando que era un deseo de Feliz Año Nuevo, pero no lo era. Fue bastante impactante ver mi foto allí». Debajo de su foto estaban las palabras: «Tu BulliBai del día».

«BulliBai» es el nombre de la aplicación que se hace pasar por un tipo especial de casa de subastas y que apareció el 1 de enero en GitHub, una plataforma de desarrollo de software muy popular en la India, y que se ha descargado ampliamente desde entonces. Un término de origen poco claro -se refiere a un pene en el sur de la India y a una sirvienta en el norte-, «Bulli Bai» es ahora un insulto para las mujeres musulmanas de todo el país, muy utilizado por los trolls online que apoyan a la derecha nacionalista hindú.

Las fotos de un centenar de mujeres -robadas de sus cuentas en las redes sociales- y la información personal sobre ellas se han publicado en la aplicación como si estuvieran siendo «subastadas» o «puestas a disposición» de los usuarios de la aplicación. Entre las víctimas hay muchas periodistas como Ismat Ara.

 

Comodificación

Ara ha declarado a RSF que ha presentado una denuncia sobre la aplicación. «En mi denuncia la he calificado de conspiración porque también es una especie de ataque coordinado contra un tipo de mujeres musulmanas», confiesa. «Es muy deshumanizante: la gente te está mercantilizando, te está cosificando».

El clamor en la India ha sido tal que Microsoft, propietaria de GitHub, ha retirado la aplicación y el ministro indio de Electrónica y Tecnología de la Información, Ashwini Vaishnaw, dijo en un tuit el 2 de enero que la policía estaba investigando. La policía de Bombay anunció esta mañana que se había realizado una primera detención.

«La aparición de este tipo de aplicación, que ofrece poner a las mujeres periodistas a disposición de sus usuarios como si fueran objetos, es absolutamente escalofriante», denuncia Daniel Bastard, responsable de la sección Asia-Pacífico de RSF. «Instamos a las autoridades indias a hacer todo lo necesario para llevar a los responsables de estas aplicaciones ante la justicia. No hacer nada sería consentir una forma de acoso extremadamente violenta, una forma de intimidación que discrimina a todo un sector de la comunidad periodística y expone a sus destinatarios a posibles ataques físicos.»

 

Sin lugar en la vida pública

Ara revela a RSF: «Como periodista, resulta arriesgado que circulen imágenes de este tipo, porque estoy bastante tiempo en el terreno. ¿Y si la gente me hace daño físicamente? No me gustaría que esto le ocurriera a nadie más».

Este fenómeno es tanto más chocante cuanto que no es la primera vez que las periodistas musulmanas son «subastadas» en las redes sociales. Como informó RSF en su momento, en julio de 2021 apareció en GitHub una app casi idéntica a BulliBai, llamada «SulliDeals». «Sulli» es otro término degradante para referirse a las mujeres musulmanas, muy utilizado por los activistas de extrema derecha vinculados al fundamentalismo hindú.

La editora del sitio web Print, Fatima Khan, que fue una de las varias periodistas anunciadas como «oferta del día» en SulliDeals, describió a RSF el efecto de esta forma de acoso especialmente chocante. «El denominador común de todos los objetivos es que se trata de mujeres musulmanas que se expresan con claridad y que no tienen miedo de hacerlo», explica. «La idea es humillarlas y enviar el mensaje de que no pertenecen a la vida pública».

Las periodistas más expresivas son el blanco favorito de los trolls que utilizan estas aplicaciones. «Esto me viene ocurriendo desde hace cuatro o cinco años», confiesa a RSF la conocida presentadora de Radio Mirchi, Sayema. «Con la modificación de mis fotos y el uso de un lenguaje poco diplomático, este método para silenciar a una mujer no es nuevo. Es como si quisieran ponerme en mi sitio después de haber sido muy ruidosa en Twitter».

 

Impunidad

Los usuarios de este tipo de aplicaciones parecen pensar que a cierta categoría de personas no se les debe permitir ser periodistas. «En la India hemos visto un aumento de la focalización comunal», dijo Sayema. «Se apunta a todo lo que te rodea: en primer lugar, que eres mujer, en segundo lugar, que eres musulmana y en tercer lugar, que eres una voz liberal popular y progresista».

Lo más preocupante, en su opinión, es la impunidad que acompaña a la aparición de este fenómeno. «En julio se produjeron subastas sistemáticas y eso debería haber sido una llamada de atención, pero no pasó nada», explica. Se registraron denuncias en la policía, «pero ¿qué pasó después?», se pregunta.

No se acusó a nadie ni se detuvo a nadie. Esta falta de reacción cómplice de las autoridades anima a los responsables del acoso, que están impregnados del clima de odio hacia la minoría musulmana de la India que fomentan los partidarios del Hindutva. Hindutva es la ideología nacionalista hindú que engendró el Bharatiya Janata Party, el partido que lidera Narendra Modi, primer ministro de la India desde 2014.

 

Círculo vicioso

Para los periodistas de estas minorías, especialmente las mujeres periodistas, un círculo vicioso se está cerrando lenta pero inexorablemente sobre ellos. Acoso, impunidad, intimidación, autocensura, silencio…

Hida Beg, que escribe para The Quint, describe este mecanismo en Twitter. «No hicieron nada para detener esto la última vez, y aquí está de nuevo. Me he autocensurado, ya casi no hablo aquí, pero aun así, me venden en Internet, me hacen ‘tratos'».

Quratulain Rehbar, periodista independiente de Cachemira, de mayoría musulmana, que se encontraba entre los ofrecidos en venta en BulliBai, ha experimentado los efectos devastadores de este acoso de forma muy personal.

«Vengo de una sociedad conservadora, pero sentí que esto era algo de lo que teníamos que hablar», explica. «Es un tema serio y sentí que debía decirle a alguien que también es víctima que no está sola. Pero no podía decírselo a mi madre». Sostiene que su madre le preguntó recientemente: «¿Crees que deberías hacer otra cosa?». Insinuando que debía dejar el periodismo por el bien de su seguridad personal. «No tengo ninguna esperanza», añade Rehbar.

India ocupa el puesto 142 de 180 países en la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa 2021 de RSF.