IRAK | Aumentan las demandas judiciales a periodistas y el acoso de las fuerzas de seguridad
Los políticos y diversas figuras públicas iraquíes siguen acosando a los periodistas del país, bien mediante los procesos judiciales, bien mediante la violencia que ejercen las fuerzas de seguridad, tanto gubernamentales como privadas.
«Estas prácticas, diseñadas para intimidar a periodistas y censurar a los medios de comunicación, constituyen graves violaciones de la libertad de expresión y deben parar inmediatamente», considera Reporteros Sin Fronteras.
Acciones judiciales
Uno de los últimos casos ha sido la multa de 150.000 euros impuesta al diario local de Bagdad, Al-Akhbariya, después de haber sido demandado por el director general de Instituto de Ingeniería del Ministerio de Industria, tras la publicación en el periódico de una queja de un grupo de empleados del Instituto y una serie de documentos que apuntaban a un posible caso de corrupción en el centro. El 7 de julio, una nueva audiencia desestimaba el caso.
El 4 de julio tuvo lugar la audiencia contra la periodista Majid Al-Kaabi, demandada por Muhammad Taqi Al-Mawla, jefe de una organización iraquí de peregrinaciones a La Meca, que exigía a la periodista 1,2 millones de euros en daños y perjuicios por un artículo crítico con dichas peregrinaciones. Al-Kaabi declaró que su artículo no pretendía atacar a cualquier persona pública o partido político, y que era un deber de los medios de comunicación señalar los errores en la organización de las peregrinaciones. El juicio ha sido aplazado hasta el 25 de julio.
El general Qassem Atta, portavoz del comando militar de Bagdag, anunció, el 20 de junio, haber interpuesto una demanda contra Fakhri Karim, editor del diario Al-Mada, y tres de sus periodistas – Daoud Ali, Hussein Ali y Ali Abdel Sada-. Pide 4.800 euros en daños y perjuicios por difamación, tras la publicación de varios artículos de opinión críticos con la conducta de las fuerzas de seguridad durante las manifestaciones.
El portavoz de la Cámara de Representantes, Osama Al-Nujaifi, demandaba al editor del Al-Mada y a dos de sus periodistas, Daoud Ali y Hussein Ali, pidiendo una indemnización de 90.000 por los artículos publicados, el 2 de junio, críticos con las cuotas de los parlamentarios, la ley que rige sus pagas y la negociación existente en la asignación de los puestos de la cámara.
La oficina de prensa del ministerio de Industria amenazó con demandar a la televisión Al-Sharqiya por culpar al ministerio, el 10 de mayo, del asesinato de Salam Abdallah, jefe de una cementara que había amenazado, pocos días antes de su muerte, con entregar documentos que probaban la existencia de corrupción dentro del ministerio.
Reporteros Sin Fronteras condenaba, en la rueda de prensa del 21 de mayo, la demanda por difamación de Faraj Haidari, presidente de la comisión electoral de iraquí, contra Hashem Hassan, por un artículo escrito en el periódico Al-Mashreq, el 4 de mayo, donde cuestionaba la legitimidad y profesionalidad de la comisión a quien acusaba de corrupción y de despilfarrar fondos públicos. El 2 de junio, Haidari anunció que retiraba su demanda.
Kadhi Miqdadi fue expulsado de la Unión de Periodistas, el 4 de julio, por un artículo que criticaba la eficacia de la organización.
Violencia ejercida por las fuerzas de seguridad
El 3 de julio, durante la visita del primer ministro, Nouri Al-Maliki, a Kerbala, los guardaespaldas del mandatario maltrataron a periodistas y fotógrafos en presencia del propio Al-Maliki. También se les negaba el acceso a varios periodistas de canales de televisión como Al-Sumariyah TV, TV Al-Iraqiya, Afaq y Al-Masar y a agencias de noticias como la Agencia Nacional de Noticias Iraquí. Los periodistas se plantaron para exigir una disculpa del primer ministro, que no se produjo.
El 15 de junio, Salah Al-Hassan y Mohamed Saleh Talaqani Al-Saidi, de la agencia de noticias Anba´Al-Iraq, fueron atacados por los agentes de seguridad del ministro de Medio Ambiente, en el centro de Bagdad, por un altercado ente el ministro y varios transeúntes. Los guardaespaldas dispararon al aire para ahuyentar a los periodistas, que fueron también golpeados. Les confiscaron sus cámaras y teléfonos móviles.
En una misiva fechada el 6 de junio, Reporteros Sin Fronteras pedía a las autoridades iraquíes que garantizasen con urgencia los derechos de los periodistas: «Cualquier acción de las fuerzas de seguridad que impida a los periodistas hacer su trabajo es una violación inaceptable de la libertad de expresión», dice el texto. «La libertad de prensa es un factor esencial del proceso democrático iniciado en Irak. Observaremos de cerca al país para comprobar que se respete el derecho a la información «.
A pesar de este llamamiento, las fuerzas de seguridad siuen impidiendo a los periodistas la cobertura de muchas de las manifestaciones ocurridas en Bagdad. Varios periodistas han sido golpeados o amenazados en la plaza Tahrir, y a algunos se les han incautado sus equipos.