IRAK | Reporteros a prueba en Mosul
Las muertes, el 19 de junio, de dos periodistas que cubrían los combates en Mosul, han puesto de manifiesto la creciente dificultad a la que se enfrentan centenares de informadores iraquíes y reporteros extranjeros que intentan cubrir la batalla que tiene lugar desde octubre de 2016 en la segunda ciudad más grande de Irak.
El periodista francés Stephan Villeneuve y el iraquí Bakhthiar Haddad fueron asesinados por la detonación de un explosivo en el caso antiguo de Mosul el día después del ataque lanzado para completar la reconquista de la ciudad, todavía parcialmente ocupada por el ISIS.
Varios periodistas freelance con sede en Erbil, a 85 kilómetros al este, y varias decenas de periodistas iraquíes y extranjeros siguen cubriendo esta batalla decisiva, adaptándose a los crecientes peligros sobre el terreno.
Ayer, un día después de la explosión que mató a Villeneuve y Haddad, e hirió a la periodista suiza Véronique Robert y su colega francés Samuel Forey, las autoridades restringieron a los periodistas el acceso al caso antiguo de la ciudad, que ocupa la zona oeste y es el principal centro de los combates. Medidas similares a las adoptadas en octubre de 2016 tras la muerte de dos periodistas iraquíes pocos días antes de la ofensiva militar que permitió a las fuerzas gubernamentales iraquíes y sus aliados retomar el control de la parte este de la ciudad.
Desde que comenzara la ofensiva por tierra para reconquistar la parte oeste de la ciudad, al menos 226 equipos de medios, 84 de ellos extranjeros, se han registrado con el Comando de Operaciones Conjuntas, según su portavoz, Yahia Rasoul.
Es difícil saber el número exacto de periodistas actualmente en el terreno porque no se han registrado necesariamente con una autoridad central. Sin embargo, en lo que respecta a periodistas franceses, Reporteros Sin Fronteras ha podido establecer que hay al menos seis en la zona de Mosul o Erbil, la capital del kurdistán iraquí. Dos de ellos tienen base permanente.
Oriane Verdier es una freelance de 25 años, con sede en Erbil que trabaja para RFI, Radio France, Libération y RTS. Se estableció en 2014, cuenta, “no para ser reportera de guerra, sino para explicar los temas de la región”. Ha recibido entrenamiento en seguridad de France Médias Monde, que la han ayudado a “pensar dos veces, mantener control y calibrar enter entre el peligro al que exponerse y la información a obtener”.
Verdier ha tenido que hacer este análisis con mucha frecuencia como resultado de un notable deterioro de las condiciones de seguridad en la región en los últimos tres años.
“Las condiciones para informar en Irak son cada vez más difíciles y complicadas”, afirma Pierre Barbancey, de L’Humanité, que lleva cubriendo el país desde los últimos 17 años.
Visitó Mosul en diciembre de 2016: “Es imposible sentirse realmente seguro porque, aun cuando piensas que estás fuera de la zona de combate, puede explotar un coche o aparecer alguien de no se sabe dónde con un explosivo en cualquier momento”.
Barbancey, que ha cubierto guerras en otras partes del mundo recuerda: “En Mosul, como en otras partes, no sólo somos blanco de asesinatos y secuestros. El riesgo existe como en cualquier parte del mundo, pero en Mosul el peligro es aún mayor”.
La ciudad vieja de Mosul, donde el ISIS mantiene su presencia, es un laberinto, tanto para las fuerzas gubernamentales como para los reporteros. Tienen que caminar por calles estrechas, a menudo minadas. En última instancia, se exponen a la detonación de explosivos o a ser víctimas de los francotiradores del ISIS.
“El ISIS es maestro del arte de alcanzar a periodistas (…) con bombas que tira desde drones o con francotiradores en el frente de batalla”, afirmaba Ziad Al-Ajili, responsable del Observatorio de Libertades Periodísticas con sede en Bagdad, poco antes de que el ISIS tomara el control de Mosul en junio de 2014.
Tres años después, las cifras de Al-Ajili son tristes. “Nueve periodistas han sido asesinados en la batalla por Mosul (…) y casi 46 periodistas iraquíes y extranjeros han resultado heridos”, afirma. Pero no se debe en exclusiva a la ferocidad del combate, sino, según su opinión, a la falta de equipos de protección para periodistas y su falta de experiencia en este tipo de guerras, así como la ausencia de entrenamientos previos.
Laurence Geai, fotógrafa freelance que lleva cubriendo la batalla de Mosul para Le Monde, es ahora consciente de esos peligros. “Tienes que estar atento a los explosivos, a los frantotiradores, a las minas”, cuenta. Cubrir los combates en el casco antiguo será cada vez más peligroso las próximas semanas, “porque ahí está el corazón de ISIS asentado”, añade.
Va a ser una “batalla terrible”, afirma el fotógrafo freelance Frédéric Lafargue, que ha trabajado varia veces en Irak desde la primera guerra del golfo en 1991 y que ha cubierto la batalla de Mosul para Paris Match.
“Ambos bandos son nocivos, tanto las fuerzas iraquíes como del ISIS y la naturaleza del terreno no es favorable, así que cubrir este tipo de situaciones conlleva necesariamente un alto riesgo”, advierte.
Lafargue añade: “La presencia de civiles hace más difícil aún la situación porque el ISIS puede sentir que estamos ante su Fuerte Alamo y que tiene que causar el mayor daño posible. Todo esto te hace pensarte dos veces ir allí”.
El ISIS mantiene privados de libertad a diez periodistas iraquíes y trabajadores de medios capturados en Mosul hace casi dos años. El grupo yihadista confiscó todas las sedes de medios en Mosul en 2014 y convirtió a la ciudad en un agujero negro informativo hasta que el Ejército iraquí y sus aliados lanzaron su ofensiva el pasado mes de octubre.
RSF y el Observatorio de Libertades Periodísticas, publicaron en octubre de 2015 un informe conjunto sobre la situación de la libertad de prensa en Mosul desde que la ciudad fuera tomada por el ISIS.
Irak ocupa el puesto 158 de los 180 países que conforman la actual Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa elaborada anualmente por Reporteros Sin Fronteras.
Consulta más información sobre Irak en el Informe Anual elaborado por RSF-España.
En colaboración con la UNESCO, RSF ha publicado su Guía para la Seguridad de los Periodistas, disponible en Francés, Inglés, Español y Árabe. Está escrita por reporteros que van a zonas peligrosas y ofrece consejos prácticos para ayudar a reducir los riesgos.