IRÁN | Nilufar Hamedi y Elahe Mohammadi pueden volver a prisión tres meses después de su apelación

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Han pasado tres meses desde los juicios de apelación de Nilufar Hamedi y Elahe Mohammadi y su posterior puesta en libertad bajo fianza. Sin embargo, siguen esperando una decisión sobre su recurso. Reporteros Sin Fronteras (RSF) pide a las autoridades iraníes que absuelvan cuanto antes a las periodistas de todos los cargos y les permitan trabajar libremente. 

Después de más de un año detenidas, Nilufar Hamedi y Elahe Mohammadi fueron puestas en libertad el pasado 14 de enero, bajo una fianza equivalente a 185.000 euros, dos días después de sus juicios de apelación. Sin embargo, su libertad dista mucho de estar asegurada. En un principio, surgieron versiones contradictorias sobre los motivos de su liberación, y el poder judicial iraní aclaró posteriormente, a través de su agencia de prensa, que la puesta en libertad era temporal, a la espera de que se resolviera su recurso.

Las periodistas llevan tres meses esperando que el tribunal emita esa decisión, sin fecha fija a la vista. Con las duras penas de seis y siete años de prisión que pesan sobre sus cabezas, la amenaza de una posible nueva encarcelación persigue a las reporteras. Es el precio que llevan pagando desde septiembre de 2022, por cumplir con su labor de informar.

«El limbo judicial en el que se encuentran Nilufar Hamedi y Elahe Mohammadi es profundamente preocupante. La verdadera libertad sigue siendo esquiva mientras el sistema judicial mantenga la amenaza de volver a encarcelarlas y no les absuelva de sus condenas. Reporteros Sin Fronteras (RSF) insta al gobierno iraní a revocar las condenas de ambos periodistas y permitirles retomar sus vidas y su trabajo con total seguridad y tranquilidad».

Jonathan Dagher | Responsable del Área de Oriente Medio de RSF

Mientras que Hamedi ha reanudado su trabajo en el periódico Shargh Daily, Mohammadi se ha abstenido de actividades periodísticas por el momento. Según fuentes cercanas a las periodistas, el riesgo de un posible nuevo encarcelamiento supone una gran presión sobre el bienestar de las periodistas, llevándolas a practicar la autocensura por temor a enfrentarse a  acusaciones aún más graves. RSF informó en enero que las dos periodistas ya afrontan nuevas acusaciones, según la agencia de noticias Mizan, controlada por el Estado, por aparecer en fotos sin la cabeza cubierta a su salida de la cárcel.

En 2022, fueron las primeras periodistas en informar sobre el asesinato Mahsa Amini, la joven estudiante kurda que se encontraba bajo custodia policial. Posteriormente, fueron detenidas por las fuerzas de seguridad el 21 y el 29 de septiembre de 2022. En 2023 fueron condenadas a 12 y 13 años de prisión, respectivamente, por cargos como «difusión de propaganda», «comisión de delitos contra la seguridad nacional» y «colaboración con Estado extranjero». Sin embargo, según el código penal islámico de Irán, solo deben cumplir la más larga de las tres, es decir,  los seis años de Mohammadi y los siete de Hamedi.

Desde el inicio del movimiento de protesta “Mujer, Vida, Libertad” en 2022,  se ha detenido a 87 periodistas, de los cuales 11 continúan en prisión a día de hoy.